ARGENTINAS
ILUSTRACION: JUAN MANUEL DE ROSAS
Por Alejandro Córdoba
23-nov-09 (me) - Se trata de un personaje popular, que tuvo en vilo a la Justicia y a la Policía, durante los dos gobiernos de Juan Manuel de Rosas. Lo fusilaron tras ser declarado “enemigo público”.
El hombre quedó en la memoria popular por ser un perseguido de la ley. Sus amores lo llevaron a entreverarse en constantes enfrentamientos con la Policía, durante los difíciles gobiernos de Juan Manuel de Rosas. La historia de Juan Cuello mezcla heroísmo, pasión, injusticia y un doloroso final.
Cuello nació en la Ciudad de Buenos Aires, en 1830. Su padre era un capitán del Ejército Federal que comandaba el general José Félix Aldao y que respondería al poco tiempo a Juan Manuel de Rosas. Este militar comenzaba, por entonces, a ganar poder. Al poco tiempo, llegaría a ostentar la suma del poder público.
A los quince años, Juan Cuello comenzó a trabajar como peón en una estancia de San Isidro, por entonces uno de los límites o fronteras con los aborígenes.
Los historiadores lo describen como un personaje carismático. En 1849, tuvo un romance con una joven, que también pretendía un ayudante del Cuerpo de Serenos.
Debido a este incidente “de polleras”, Cuello se convirtió en el enemigo de la policía rosista. Una noche, al ir a ver a la muchacha, fue atacado por la mazorca (la fuerza de choque de Rosas). Al ser hábil y rápido con el facón, mató a dos policías, sobrevivió pero fue atrapado.
Llevado al cuartel y a la espera de que se firmase la orden de fusilamiento, se dio por enterado el gobernador de lo sucedido y como necesitaba gente para reclutarla, retiró la sentencia y ordenó que se uniera a las fuerzas militares.
Una mentira de los amigos del ayudante (al que Cuello había quitado la novia) le volvió a traer problemas a Cuello. Lo acusaron de haber roto unas plantas del jardín de Rosas, entonces fue castigado a lonjazos y puesto en el cepo. Al salir del castigo huyó del regimiento convirtiéndose en desertor.
Al huir fue en busca de su enamorada, encontrándose con ésta y con su rival. Los dos hombres comenzaron a pelear y Cuello mató al policía. El comisario local, enterado de lo sucedido, mandó detener al gaucho y sus cuatro compañeros.
Los cinco intentaron huir de la provincia pero fueron encontrados por un batallón. En el enfrentamiento resultó muerto el capitán del escuadrón.
Juan Cuello era un hombre al que los sentimientos siempre le traían problemas con la ley y la policía.
Más tarde, sumó otro amor prohibido: la hija del sargento de la mazorca y prometida del coronel Ciriaco Cuitiño jefe de Serenos, Margarita Oliden.
En 1850 fue declarado "enemigo público". Esto hizo que desapareciera por completo de los lugares que frecuentaba.
Buscó refugio en las tolderías del cacique Mariano Moicán. Allí, se enamoró de la hermana del cacique, Manuela Díaz.
Un policía se relacionó con esa mujer y le ofreció una recompensa a cambio de que entregara a Juan Cuello. Ocurrió en la ciudad de Azul, en 1851. Manuela aceptó, emborracho a Cuello y lo enlazó, pero luego Manuela también fue traicionada por otro miembro de la tribu, que la mató y entregó a Cuello al cuartel.
Finalmente, Juan Cuello fue fusilado el 27 de diciembre de 1851 en Santos Lugares. La orden la impartió Juan Manuel de Rosas.
Desde entonces la vida romántica y aventurera de Juan Cuello ha cautivado a muchos, que lo consideraron como un bandido rural, perseguido injustamente por la ley.
23-nov-09 (me) - Se trata de un personaje popular, que tuvo en vilo a la Justicia y a la Policía, durante los dos gobiernos de Juan Manuel de Rosas. Lo fusilaron tras ser declarado “enemigo público”.
El hombre quedó en la memoria popular por ser un perseguido de la ley. Sus amores lo llevaron a entreverarse en constantes enfrentamientos con la Policía, durante los difíciles gobiernos de Juan Manuel de Rosas. La historia de Juan Cuello mezcla heroísmo, pasión, injusticia y un doloroso final.
Cuello nació en la Ciudad de Buenos Aires, en 1830. Su padre era un capitán del Ejército Federal que comandaba el general José Félix Aldao y que respondería al poco tiempo a Juan Manuel de Rosas. Este militar comenzaba, por entonces, a ganar poder. Al poco tiempo, llegaría a ostentar la suma del poder público.
A los quince años, Juan Cuello comenzó a trabajar como peón en una estancia de San Isidro, por entonces uno de los límites o fronteras con los aborígenes.
Los historiadores lo describen como un personaje carismático. En 1849, tuvo un romance con una joven, que también pretendía un ayudante del Cuerpo de Serenos.
Debido a este incidente “de polleras”, Cuello se convirtió en el enemigo de la policía rosista. Una noche, al ir a ver a la muchacha, fue atacado por la mazorca (la fuerza de choque de Rosas). Al ser hábil y rápido con el facón, mató a dos policías, sobrevivió pero fue atrapado.
Llevado al cuartel y a la espera de que se firmase la orden de fusilamiento, se dio por enterado el gobernador de lo sucedido y como necesitaba gente para reclutarla, retiró la sentencia y ordenó que se uniera a las fuerzas militares.
Una mentira de los amigos del ayudante (al que Cuello había quitado la novia) le volvió a traer problemas a Cuello. Lo acusaron de haber roto unas plantas del jardín de Rosas, entonces fue castigado a lonjazos y puesto en el cepo. Al salir del castigo huyó del regimiento convirtiéndose en desertor.
Al huir fue en busca de su enamorada, encontrándose con ésta y con su rival. Los dos hombres comenzaron a pelear y Cuello mató al policía. El comisario local, enterado de lo sucedido, mandó detener al gaucho y sus cuatro compañeros.
Los cinco intentaron huir de la provincia pero fueron encontrados por un batallón. En el enfrentamiento resultó muerto el capitán del escuadrón.
Juan Cuello era un hombre al que los sentimientos siempre le traían problemas con la ley y la policía.
Más tarde, sumó otro amor prohibido: la hija del sargento de la mazorca y prometida del coronel Ciriaco Cuitiño jefe de Serenos, Margarita Oliden.
En 1850 fue declarado "enemigo público". Esto hizo que desapareciera por completo de los lugares que frecuentaba.
Buscó refugio en las tolderías del cacique Mariano Moicán. Allí, se enamoró de la hermana del cacique, Manuela Díaz.
Un policía se relacionó con esa mujer y le ofreció una recompensa a cambio de que entregara a Juan Cuello. Ocurrió en la ciudad de Azul, en 1851. Manuela aceptó, emborracho a Cuello y lo enlazó, pero luego Manuela también fue traicionada por otro miembro de la tribu, que la mató y entregó a Cuello al cuartel.
Finalmente, Juan Cuello fue fusilado el 27 de diciembre de 1851 en Santos Lugares. La orden la impartió Juan Manuel de Rosas.
Desde entonces la vida romántica y aventurera de Juan Cuello ha cautivado a muchos, que lo consideraron como un bandido rural, perseguido injustamente por la ley.
fuente:http://www.imagenesregional.com.ar/inde2661.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario