sábado, 30 de mayo de 2015

MEXICO: EL ARTE DE NOVELAR Liliana V. Blum y su novela PANDORA.











El sueño de todo hombre: una mujer que no come ensaladas.” Afirma Liliana V. Blum en su novela Pandora, publicada por Tusquets México, en febrero de 2015. Se trata de una historia inquietante, con interesantes personajes femeninos cuya vida tiene como referente insoslayable el modelo de mujer delgada, fuerte, sometida a una dieta estricta, madre atenta, que permite que su marido tenga aventuras; además de Pandora, que es un gorda de más de 120 kilos que está condenada a sufrir de sobrepeso toda su vida y a la soledad, a no ser porque topa con un joven médico que la encuentra de lo más atractiva y la convierte en su amante.  

Liliana V. Blum, que nació en Durango, México, en 1974, es una narradora de estilo directo, que lleva poco a poco la historia, de tal suerte que la situación difícil de una gorda a la que no quiere ni su madre, se va a enganchar con la de una flaca que quieren todos. El caso es que ninguna de las dos personas está conforme consigo misma. Una come en exceso y la otra resiste el hambre también en exceso. En medio, está Gerardo, el médico guapo, esposo de Abril, la flaca, que debido a una fijación de la niñez se obsesiona con Pandora, con quien se pasa las mejores horas sexuales de su vida; ella, a quien nunca nadie se había acercado, se deja ir con todo cuando Gerardo le hace la propuesta; después de cada orgasmo piensa que: “Eso es el amor. Embonar a la perfección piezas que fueron creadas para formar un mismo paisaje”, pero eso que dicen que nada es gratis, es verdad, y esta chica terminará siendo objeto de algo que usted irá descubriendo mientras avanza en la lectura, de la mano de la novelista. 

“Liliana Blum se revela como una narradora cruelmente excepcional”, manifiesta Eduardo Antonio Parra; seguramente mortificado por un desgarramiento que va creciendo con las páginas. Cada capítulo es una creación donde los personajes se describen y conviven en el mundo que les toca. Gerardo y Pandora establecen un acuerdo en que uno de los dos alimenta y el otro come, pero come en serio, por kilos de tocino, barras de pan y refrescos de un litro. Al final serán las circunstancias las que pondrán a cada quien en su lugar. 


Hay muchas maneras en que una mujer piensa en sí misma; en Pandora, la autora trabaja la más practicada en la historia, la que tiene que ver con la imagen y los esfuerzos para lograr verse cada día más atractiva, frente a unos hombres que se pierden en tables dance o en casas de masaje. Paty Quijada afirma que toda belleza es un sacrificio, y aquí es evidente esa aseveración. Blum no tiene miramientos para señalar cómo muchas mujeres actuales echan a perder su vida ocupándose sólo del cuerpo cuando su oficio no es el de modelar. Señala también el terrible desgaste de los matrimonios en que uno de ellos decide no ser lo que debería ser para vivir de parecidos, y deja de regirse por aquello de que “cualquier mujer es bonita si sonríe”. 

El universo femenino es complejo; no sólo el cuerpo sino la forma de vivir y tomar decisiones. Como tema, con esta novelista, no pierde complejidad; cada detalle de ese universo está expresado con propiedad literaria, misma que facilita identificar los tipos de personajes que presenta. Quizá por eso el escalofrío es fuerte. Cuando una novela es más que un ejercicio estético, cuando se vuelve humana, sus páginas son un desfile en el que participamos todos objetiva y subjetivamente. “La novela es la forma más capaz, entre los distintos géneros de literatura narrativa, de representar la subjetividad”. Dice David Lodge en El arte de la ficción. Tal es el caso de Pandora, que nos ofrece personajes completos. 

Esta historia gira alrededor de Pandora. Liliana V. Blum propone un acercamiento a cómo la mujer se concibe a sí misma: “ser gorda equivale a ser una pared lista para ser grafiteada por el odio de los demás”. 


Sin embargo, Pandora se convierte en un personaje que vive para amar, y se compromete con la idea de que: “el deseo es amor”, y es la puerta para que dos personas se aproximen, y al menos, ella logra desdramatizar el momento y no dudar para dar los pasos necesarios. Abril, que por supuesto se niega a ser “ama de casa de televisión”, también sabrá dar el siguiente paso. Definitivamente, es una novela que llega al sentimiento, que los hombres y mujeres que se han enterado de lo que cuenta, han hecho votos por leerla sin leerse a sí mismos. 

Sé que la disfrutarán. 

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tambien publicado el 12 de Mayo 2015 en
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lunes, 18 de mayo de 2015

Mujeres latinoamericanas en la poesía...Catalina Boccardo



















FUEGOS

poema de Catalina Boccardo


arrojó poemas
como un vaso de agua
había pasto seco en la dedicatoria
y su lectura
desnuda
corrosiva
taló mi cuerpo
"que mi escritura no haya caído
en la punta filosa de las cañas_ pensé
"hay palabras buitre
y otras 
originan incendios"





CATALINA BOCCARDO, nacida en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Abogada y docente. Publicó “el jardín santo”, Ediciones en danza, 2011; “territorios”, Ediciones Del Dock, 2012; “mangos”, “elementos”, “bailar” y “clases de collage”, ediciones La Mariposa y La Iguana, 2013-2014. Cuenta con los libros de poemas “bailar”, “collage” y “pequeña formosa” sin publicar, y otros dos libros en preparación. Participó con su microrrelato “sangrar” del libro objeto en la Cuarta Edición, Foro de ediciones contemporáneas del Museo de Arte Carrillo Gil, (c)acto ediciones, México, 2012. Invitada por la S.E.A. en 38~ Feria Internacional  del Libro, en la mesa “Femicidio. Asesinadas por amor”, 2012. Jurado literario en Jornadas Artísticas Hospital D.F. Santojanni, 2014. Colabora en blogs de difusión de poesía. Ha asistido a Encuentros,  Jornadas literarias y Festivales en Argentina y en Uruguay y México. Incursiona en la fotografía y el collage. Recibió menciones en concursos con algunas de sus fotos, algunas de ellas son parte de proyectos literarios de otros autores, y participó de diversas muestras de Artes Visuales.


fuente: poesía y foto:  Facebook de Piero De Vicari-
            CV-  http://revistaombligo.com/


martes, 12 de mayo de 2015

En la ciudad de SANTA FE, la "A.S.D.E".-ASOCIACION SANTAFESINA DE ESCRITORES- "CICLO DE CONFERENCIAS 2015”, miércoles 20 de mayo A LAS 18,30 HRS.




INVITACIÓN:

LA A.S.D.E. INICIA SU CICLO 

DE CONFERENCIAS 2015.

La ASOCIACIÓN SANTAFESINA DE 
ESCRITORES (A.S.D.E.), auspiciada por la Fundación Banco Bicainicia el 
"CICLO DE CONFERENCIAS 2015”, 
el próximo miércoles 20 de mayo a las 
18 y 30en su Sala Cultural, sita en 
Pje. Falucho 2 552, P.A. de esta ciudad.

En esta oportunidad, tratará el tema 
“Reflexiones sobre el quehacer 
poético”la escritora tucumana, 
Licenciada Nicasia Baunaly. 

Al finalizar su exposición, se invitará a 
un intercambio de opiniones.
Esperamos y agradecemos la presencia 
de cada uno de Uds.                

Saludamos cordialmente en nombre 
de la C.D.:

                                                                                                                                     
        Zunilda Gaite,                                                                Secretaria General.             

       Nora Didier  
           Presidente.                                                                     

Los judeoconversos piden paso tras cinco siglos



SAL EMERGUI
-Especial para EL MUNDO 
 Netanya (Israel)

José Manuel Laureiro, de 60 años, viene de una familia republicana. Su padre luchó en la Resistencia en Francia. Cuando en el Madrid de los 60 decían en su casa aquello de "nosotros y ellos", el pequeño José Manuel lo asociaba con republicanos y franquistas.

A los 12 años, se dio cuenta que estaba equivocado. Era la primera semana de junio en 1967. Un verano más en la España franquista. La televisión mostraba imágenes de la guerra entre Israel y varios países árabes. El chaval comentó: "Van echar los judíos al mar". Su abuelo, con fama de pacifico y pacificador, le propinó un bofetón que aún resuena en la cara y alma del nieto.

"¿Estás loco? No quiero hablar contigo", recriminó al estupefacto niño que sólo había repetido lo escuchado en la tele sobre el lejano conflicto. Al parecer no tan lejano, ya que su abuelo volvió a mirarle para soltar la frase-bomba que sacudió los cimientos de su identidad: "Nosotros somos judíos y debemos ayudar para que eso no ocurra". Eso sí, le pidió mantenerlo en secreto.

Fue cuando entendió la frase "nosotros y ellos". Y las visitas a sus "primos" en Madrid pese a que lucían otro apellido. Ese día, recogió el secreto familiar tan bien guardado durante más de 500 años y empezó a componer el puzle.

Décadas después y ya con barba, Laureiro sigue inmerso en el puzle personal e histórico. Una exploración de estudioso y objeto del estudio. Como criptojudío, marrano (del portugués marrar, equivocarse, usado de forma despectiva) o hijo de anusim que es el término en hebreo. Descendiente de los judíos que practicaron su religión en secreto tras ser obligados a convertirse al cristianismo en la Inquisición. Prueba de carne y hueso del fracasado intento de borrar todo rastro judío forzando su expulsión o conversión.

Hijos de la Inquisición


Conversamos con Laureiro en la ciudad israelí de Netanya, al norte de Tel Aviv. En calidad de criptojudío e investigador, participa en la conferencia internacional que ha reunido a 300 académicos ydescendientes de aquellos judíos de España y Portugal que se desperdigaron por todo el mundo con su identidad oculta en el salón.

Los hijos de la Inquisición piden paso. Rompen cinco siglos de silencio. "En la ponencia sólo puedo hablar en español porque sobre anusim hablo con el corazón. La faceta académica se aparca", comenta en el Centro de Estudios del Judaísmo de Sefarad de la Academia de Netanya. Se escucha inglés, italiano o hebreo pero sólo el español provoca la auténtica sensación de vuelta a casa.

A su lado, Anun Barriuso asiente con la cabeza. Esta profesora en Madrid es su compañera de vida y viaje por las ramas de un árbol genealógico que desciende al fuego de la era inquisidora. De niña, también se sintió diferente. Ni mejor ni peor, puntualiza. Su casa en la localidad cántabra de Reinosa era especial. En esta zona industrial, su hogar era un vibrante centro cultural lleno de libros y solfeos. Por eso, sus amigas siempre la visitaban.

"Era muy diferente a las otras niñas. Por ejemplo, mi madre y abuela se reunían para preparar alimentos sefardíes, dulces, orejuelas, torrijas...", cuenta con nostalgia. Su bisabuela reunía a los nietos en el pueblo de Villanueva del Campo y les contaba las historias del Antiguo Testamento. Nunca del Nuevo. Tenía sus motivos.

Cuando supo que sus antepasados eran judíos, no le dio mucha importancia. Quizá porque era una familia católica practicante que incluía varios clérigos.

Regreso a las raíces


Laureiro cuenta cómo la madre de Barriuso siguió con emoción el regreso a las raíces. Ver en la vida de otros lo que ella deseaba aunque temía. Así, cuando la emisora "Radio Sefarad" invitó a la pareja a una entrevista en su sede en Madrid, pidió acompañarles. A sus 92 años, dijo que quería ver una radio desde dentro. Pero el motivo no era la Radio sino Sefarad.

"En el programa hablamos de una judería que habíamos visitado. La madre de Anun estaba emocionada pero nos preguntó preocupada: "¿No pasa nada si habláis de esto?". Según denuncia el matrimonio, "su pregunta nace del miedo ancestral de un país antisemita. Aunque apenas haya judíos".
El director del "Centro de Estudios de Judaísmo de Sefarad y Anusim" en Netanya, Salomón Buzaglo, señala a este diario que "hay muchos españoles que no saben aún que tienen raíces judías". En este sentido, en los últimos años se han publicado varios trabajos sobre los orígenes judíos de Miguel de Cervantes. El autor de Don Quijote de la Mancha no está solo.

"Desgraciadamente, la juventud israelí desconoce el fenómeno contemporáneo de los judeoconversos. Las autoridades de Israel deben apoyarnos para profundizar el estudio y conocer las raíces judías en Sefarad", añade.
Cuando la corresponsal del New York Times en París, Doreen Carvajal, viajó a España hace unos años buscaba algo más que una historia para su diario: su propia identidad. Citarse con los suyos y el pasado en un reencuentro con Sefarad. La de entonces... y la de hoy.

Nacida en California y de origen costarricense, Carvajal recorrió 16 generaciones de su pasado para toparse con una famosa estirpe. Diego Arias Dávila era consejero real. Como muchos otros judíos, fue obligado a convertirse al cristianismo. Igual que Juan Arias Dávila, obispo de Segovia que introdujo la imprenta en España. O Isabel Arias Dávila casada con el conquistador y primer gobernador de Costa Rica, Juan Vázquez de Coronado.

"Cuando confirmé mis orígenes judíos, fue electrizante. Viajé a Segovia y la sensación que tuve allí fue especial e inexplicable", cuenta a EL MUNDO. No faltaron señales. Las palabras de un rabino de Filadelfia revelando el origen sefardí de su apellido o la Menorá (candelabro judío) encontrada en el cuarto de su tía abuela. "Mi primo me dijo que la abuela le reveló su sueño: regresar a la región que va desde la desembocadura del Guadalquivir a Granada", apunta en emocionado español.

'Judía en el alma'

La investigación la llevó a las callejuelas españolas de Arcos de la Frontera, a las páginas de su libro 'Lo que el río calla' y ahora a Israel. "Francia es la casa de mi familia, Estados Unidos es la de mis padres, España es la de mi corazón y espero que Israel sea la casa del futuro", concluye en su primera visita a este país. Carvajal colabora ahora en una producción televisiva norteamericana que sigue la huella de los judíos en España y Portugal. Segovía, Toledo o Madrid son plazas que ya han visitado para investiga y filmar en este ambicioso proyecto de un reencuentro con la historia.

Genie Milgrom nació en La Habana en una familia católica de origen español llamada Medina Ramos. Hoy es judía religiosa en Miami y experta en genealogía. "Soy judía en el alma, por genealogía y por ADN. No es algo de moda sino un hecho", reivindica tras encontrar 15 abuelas en la línea materna en los últimos cinco siglos y las raíces judías de Fermoselle. De esta localidad a las orillas del Duero, proceden sus antepasados. El alcalde entregó a Milgrom la llave que conserva como si fuera un tesoro.

Más allá de pedir el reconocimiento de Israel, los criptojudíos quieren recuperar el hilo secreto heredado generación tras generación. Carvajal sentencia que aunque la verdad pueda estar sumergida nunca estará verdaderamente perdida.
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Actualizado: 11/05/2015

lunes, 11 de mayo de 2015

EN LA CIUDAD DE SANTA FE, PRESENTACION DEL LIBRO "Por la vía, el FC en la Argentina, palabra e imágenes", de Marta Rodil, el día viernes 15, a las 19.30 hs, en la Alianza Francesa



Invitación

PRESENTACION DEL LIBRO 


"Por la vía, el FC en la Argentina, palabra e imágenes",

 de Marta Rodil
 Ediciones UNL














el próximo 
viernes 15, a las 19.30 hs,
en la Alianza Francesa 
 (Bv. Gálvez y Las Heras)
 CIUDAD DE SANTA FE.

Se referirán al libro Claudia del Río(de Rosario) y Adolfo Colombres(de Buenos Aires). 

Al finalizar se compartirá un brindis.

Reúne testimonios de ferroviarios recogidos a lo largo y a lo ancho del país, testimonios literarios (cuentos, poemas, un tango y fragmento de una novela) y testimonios de historiadores y especialistas en el tema, acompañados por fotografías ilustrativas de distintas épocas. 


Esperamos tan estimada presencia el próximo viernes 15, a las 19.30 hs, en la Alianza Francesa (Bv. Gálvez y Las Heras). 



Marta Rodil ( [0342] 456-5846), 

Centro Editor de la UNL 
([0342] 457-1194, Int.109/116)




ARTES Y LETRAS / 

LA LITERATURA Y EL TREN

Edición del Jueves 18 de setiembre de 2014

La literatura y el tren

“Por la vía”, libro de Marta Rodil de próxima aparición, editado por el Centro de Publicaciones de la UNL, recrea distintos aspectos relacionados con el ferrocarril. Adopta análogo método y estructura que la autora había practicado en “Puerto perdido”, pero, además, al testimonio de un maquinista, a los textos de escritores, a las imágenes y fotografías suma aquí opiniones de críticos e historiadores.


 De la Segunda Parte, titulada “Literatura y ferrocarril”, ofrecemos un fragmento de la introducción referida a los autores incluidos.



Por Marta Rodil

En literatura, preguntarse por el acontecer del ferrocarril es preguntarse por las ilusiones, los logros y aventuras, por las postergaciones y fracasos del devenir humano. Los textos de esta Segunda Parte se corresponden con la realidad del tren en la Argentina. Fue preciso, entonces, dejar de lado páginas memorables de todos los tiempos: de Antón Chéjov, León Tolstoi, Ernest Hemingway, Clarice Lispector, Saki, Miguel Ángel Asturias, por citar algunas.

“El tren expreso” de Oliverio Girondo vale como referencia universal: el espectáculo habitual de una campiña, ya sea de piedra, o de vides como manos que se levantan de la tierra, de soldados que roncan, del loro que es el único pasajero que protesta por las veintisiete horas de retraso, o de las chicas que van a ver pasar el tren porque es lo único que pasa.

Es notable el paralelo entre algunos sucesos referidos en la Primera Parte del libro y algunas escenas de la novela de Adolfo Colombres. Veamos un ejemplo: Tucumán, noche de grillos, un treinta y uno de diciembre y el pavo tradicional en la mesa. Sirenas, cohetes y fuegos artificiales. Una locomotora a petróleo, volcada sobre su costado, y el pesar de un niño que aguardó en vano. Pero aparecerá un libro, semilla de futuras aventuras.

La poesía popular va de la mano de un tango en “Barrio de tango” (letra: Homero Manzi). Con intensa emoción poética, describe el antiguo barrio de Pompeya y recurre a la siempre vigente pregunta por lo que fue (ubi sunt, “dónde están”, recurso expresivo que se remonta a los clásicos latinos). El arrabal, el dolor por un perdido amor, por las ausencias, y el misterio del adiós que siembra el tren.

Y ahora vamos a un mundo fantasmagórico, protagonizado por vehículos que detentan atroces poderes. Hoy, lo corriente es que los automóviles prevalezcan sobre el tren; no obstante, el humor de Roberto Fontanarrosa se permite enunciar lo contrario en el cuento “Los trenes matan a los autos”, con una guerra desembozada, sin cuartel, sin fin, sin límites entre los dos bandos. Con manifestaciones de protesta, castigos, tortura, venganza... al mejor estilo de lo humano.

A veces no hay retorno, nos dice Celia Fontán en “Cruce de trenes”, entonces la partida se dilata, se demora. Somos tiempo y bruma, también el tren que se aleja; en tanto el musgo va diluyendo las viejas leyendas y el humo se empecina en los antiguos cercos. El cielo nuevo, las hojas viejas y el tiempo; siempre el tiempo dando al hombre (que por momentos lo olvida, o aparta su peso de la conciencia) la medida de todas las cosas.

Conmueve la ternura (no exenta de humor e ironía) con que Conrado Nalé Roxlo celebra las tragicómicas aventuras de un quijotesco jefe de estación, para quien todo vale a la hora de reactivar la oxidada locomotora de una vía muerta.

Ante la competencia entre el andén y la plaza para atraer a los paseantes, él ideará los recursos más sagaces y no dudará en organizar pequeños descarrilamientos que captarán al gentío y a los inactivos bomberos.

Con subyugante lirismo, Francisco Madariaga nos participa de un tema recurrente: la vida como viaje. Un mítico itinerario, iniciado a los quince días de su nacimiento, por el norte de la Mesopotamia en un tren antiguo, marrón, casi fluvial que se detiene en las arenas de una estación de vaquerías y puñales, con el resabio de guerras civiles y en medio de las ánimas que perviven. Viaje-vida-sueño-fantasía de amantísima fidelidad y eterno retorno al “Joyante Cosmos de Corrientes”.

El formoseño Orlando Van Bredam amplía nuestra perspectiva, situándonos en la guerra por las Islas Malvinas: un andén y los planes e ilusiones de cuatro amigos adolescentes. Dos de ellos marcharán a un destino incierto y, después, habrá quienes volverán al mismo andén lamentando lo que se llevó el último tren, “con demasiados discursos, demasiadas banderitas celestes y blancas, y demasiado 2 de abril sobre nosotros”.
Beatriz Vallejos: palabra madre, la suya (y enigmática cuando aspira a transmitir lo inefable). En su mística de lo cotidiano, no podía faltar el tren. La mayoría ignora que en San José del Rincón -localidad más antigua que la capital santafesina y lugar de pertenencia de la poeta- hubo ferrocarril. Mas, dónde está (otra vez el tópico ubi sunt). Entre tantas cosas, el tren pasa. O su paso permanece en la memoria como los mitos de la tierra.

“Poema para el hombre de la locomotora” del santafesino Horacio Rossi rinde homenaje a sus conductores. Nuestro entrevistado de la Primera Parte, Dante Balestro, fue maquinista como su padre, y desde niño anduvo por los rieles con su sueño “de hollín, hierro y estruendo”; sueño que Balestro pudo hacer realidad en una vida plena de experiencias intelectuales además de las ferroviarias pero que en muchos casos, como el sugerido por el poema, se frustraría.

Otras perspectivas e impresiones nos dejará Manuel Mujica Lainez, respecto del trayecto Retiro-Tigre. Minuciosos apuntes y reflexiones del protagonista con cada ingreso de un pasajero en el vagón, o de cada barrio que ingresa a sus retinas. Las muchachas en flor, la idiosincrasia de las gentes y una mirada estética que todo lo registra.
Finalmente, Daniel Moyano: el esplendor del antiguo ferrocarril, y el resplandor de “Miss Annabel”, cuando los relojes se ponían en hora con la llegada del tren. El paso del coche presidencial, las indicaciones de la hermosa y bien argentina tía Annabel a sus sobrinos, sobre el comportamiento y los modales. Y más tarde, el frío, el ruido y los papeles sucios en los deficitarios trenes gastados, con viajeros empobrecidos que consumen tristes vituallas.

Foto: Guillermo Di Salvatore
fuente: diario EL LITORAL, 14/09/2014

sábado, 9 de mayo de 2015

Lucio Albirosa, poeta y escritor radicado en Maipú (Mendoza).


Lucio Albirosa.

Muchos hacen leña del árbol caído
y salen al espanto fogonero 
provocando más divisiones. 
La utopía también camina a pleno día, 
marcha sin preguntarse la razón del caminar
y sigue postergada ante la verdad 
que aún no se sabe ni se descarta.
Hoy no vi ningún discurso, tampoco una pancarta. 
Ayer hubo gatillo fácil y todos tacañaron palabras. 
Ayer un Quom se fue entre las ausentes miradas 
y hoy siento un velorio adentro, 
más allá de los micrófonos y las cámaras.
Una niña miró el fuego a los ojos y ahora
la pobreza le prepara la lagrimal morada... 
Hoy murió otro indigente y nadie dijo nada,
tal vez porque no tenian cargos ni apellidos, 
tal vez porque los menos para algunos, 
son una prohibida palabra.
El amarillismo esta noche sigue vendiendo
el sensacionalismo sangrío de ayer y ahora 
en mis calles no anda enlutada ninguna marcha.
Han muerto otros y no tienen cargo de renombre: 
éstos no son títulos de portada. 
Estas otras muertes no venden tanto 
aquello que al pueblo le duele a desnuda entraña.


 OFRENDA AL OLIVO Y EL VINO

Labrador del Maipú mendocino:
que brote de tu garganta el canto a esta tierra
para celebrar entre la verde crispancia del olivo
el trago largo vertido en la infinita cosecha;
que se desparramará en el trinar de las cuerdas
y se volverá vino de gloria en cuna de esta ofrenda.
Terruño profeta de la tanta cosecha iluminada
donde Tormo se hizo tonada del vendimiador;
por tus hileras fluyen sollozos del dichoso cultivo,
de tus racimos brota la esperanza de esta canción.
Caudal labrador bendecido por rayos de sol,
melodía del surco, la zapa y el bendito olivo;
elevándose en la piedra de tu originaria cruz
para perdurar en el mito de la sangre y el vino.
Un fogón de huarpes encendido en la noche
canta a tus bodegas, tus manos, rostros de luz
pregonan tu historia y al sudor del inmigrante,
a tu luna andante, a tu nombre amado Maipú.
General Gutiérrez, Luzuriaga, la Capital, 
Rusell, San Roque, Coquimbito y Cruz de Piedra,
Barrancas, Lunlunta, Rodeo del Medio,
Fray Luis Beltrán y General Ortega;
llenan sus copas, cubas, vasijas y tinajas
despertando la alegría que tus hijos celebran.
Andarán cantando alegres los cosechadores
oyendo un canturrear del agua entre las hileras,
mujeres trabajadoras esparcerán coronas de belleza
en la danza trajinada de aceitunas, tachos y tijeras.
Perdurará sobre el tiempo este cantar cuan perlino,
cantarán los abuelos, los niños, la dichosa juventud,
Cante dichoso, compadre, esta ofrenda al olivo y el vino
que abrazará cada entraña del bien amado Maipú.
Letra: Lucio Albirosa.
Música: Alejandro Sicardi
.



Lucio Albirosa presenta su libro 
"Poemas para un tren de olvido"
El  sábado 6 de diciembre de 2014, 
a las 20:00, en la Escuela 1, se 
realiza la presentación del libro 
"Poemas para un tren de olvido" 
(el libro de las veleidades) del poeta 
y escritor Lucio Albirosa, en el 
marco de las actividades por el 125º 
Aniversario de la Fundación de la 
ciudad de San Salvador, Entre Ríos.

Este es el cuarto libro oficial del 
autor, sin contar las distintas 
publicaciones sueltas que ha 
realizado en todo su andar literario. 
La obra en si, contiene poemas 
que datan desde la era 
adolescente del autor y varios de 
ellos ya han sido premiados y 
publicados en sitios web o revistas 
literarias.

Una mirada profunda sobre la 
obra, a manos de críticos 
literarios, denota la absoluta 
madurez literaria temprana del 
autor, que bien puede 
considerarse la antesala de lo 
que Albirosa logró canalizar 
poéticamente y trasladar luego 
a la poesía social; cuya estirpe 
lo hizo acreedor de un nombre 
más que reconocido en el plano 
exigente de la literatura, llevando 
sus poemas a cientos de 
escenarios donde el poema es la 
coronación de la palabra exácta, 
justa y válida.


Por otra parte, la visita del poeta a su pueblo de la infancia, denota su interés dedicado a la acción del trabajador rural ligado a labores del arrozal. No es un dato menor que las poesías "A San Salvador", "La iluminada", "Peoncito molinero", "Anhelando tu regreso", "Labriego sansalvadoreño", "Suelo elegido" y otros, acompañan el poemario a modo de cancionero que el poeta escribió en alusión al marco de los 125 años de la ciudad.


Un poco más del escritor

LUCIO ALBIROSA

Nació el 28 de Abril de 1982. Argentino. Poeta y escritor del proletariado, estudiante de Letras la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO. Libros: "El vuelo del régulo" (2008), "¿Poemas informales?" (Difusión poética, 2011), "Versos ventrílocuos" , "Cartas para Bárbara" (inédito), "El canto de las Injusticias" y “Gritos de las injusticias” (inédito). Ha editado infinitos poemas sueltos, cuentos y columnas de opinión, en distintos medios nacionales.

Integra el dueto poético-musical "Decires de la Tierra" junto a la cantautora Daniela Trovati. Autor de canciones del folklore nacional. Distinguido y premiado en distintos certámenes y concursos literarios nacionales y latinoamericanos. Fue elegido en 2013 por la Edit. Mis Escritos como uno de los "10 Jóvenes Escritores Argentinos" en la Biblioteca Nacional de Bs As. Su trayectoria poética fue distinguida por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Mendoza. No se le conoce otra biografía que su propia expresión escrita.

http://www.reportecuatro.com.ar/
Las poesías y la foto son del 
Facebook del autor.

Marcos Silber: sus respuestas y poemas .- Entre-vista en tramos-e realizada por Rolando Revagliatti.





  
















Marcos Silber nació el 4 de agosto de 1934 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, la Argentina. A partir de 1958 ha publicado los poemarios “Volcán y trino”, “Las fronteras de la luz”, “Libertad” (poema escénico), “Sumario del miedo”, “Dopoguerra”, “Ella” (Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores), “Suma poética”, “Historias del oeste”, “Primera persona”, “Boca a boca: cuaderno del resucitado”, “Thrillers (Historias en “16”)” (finalista en certamen de Casa de las Américas, Cuba), “Bajo continuo”, “Noticia sobre el incendio en la nave mayor”, “Doloratas” (con Carlos Levy), “Cono de sombra y casa de pan”, “Preposiciones y buenos modales” (primer premio en Mérida, España), “Roca viva” (Primer Premio Concurso de Poesía “La Luna Que”), “Cabeza, tronco y extremidades”. En 2010, la Editorial Monte Ávila, de Venezuela, editó “Convocados”, antología de su obra poética. El volumen “Visita guiada” es otra selección de sus textos,  desde 1968 hasta 2012 más algunos inéditos, por él realizada y con prólogo de Ivonne Bordelois (Ediciones Desde la Gente, Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, 2013). Además de ser incluido en numerosas antologías de su país y de Francia, Venezuela, Colombia, Perú y Cuba, colaboró en innumerables diarios y revistas soporte papel, y muestras de su poética es hallable en la Internet. Es uno de los fundadores de la Sociedad de los Poetas Vivos (integrada por Carlos Carbone, Eugenio Mandrini, Santiago Espel, Hugo Toscadaray, Carlos Levy…). Participó en el Programa de Lecturas del Ciclo “Poetas del ‘60”, desarrollado durante 2004 en bares notables, invitado por la Secretaría de Educación del Gobierno de su ciudad. Obtuvo el Primer Premio Municipal en el género poesía, correspondiente al bienio 1998-1999.







          1 – “Nací en un barrio donde el lujo fue un albur…” (primer verso del maravilloso tango “El corazón al sur” de nuestra compatriota Eladia Blázquez; ella se refería a un barrio pobre de la ciudad de Avellaneda, del otro lado del Riachuelo, lindando con la Capital Federal; y nos cedía allí un esbozo sobre su infancia, su entorno familiar, su nostalgia, su devenir). Te transfiero, Marcos, aunque sea en prosa y a vuelapluma la inquietud: “Nací…”

          MS - Nací pegado al Mercado de Abasto: ese universo que define a la época: algo así como el hotel de inmigrantes del trabajo. La polifonía representativa del hervor social -1930-1940-; la infancia o los juegos (que es lo mismo) se desarrolló en un campo de batalla, el escenario mundial de entonces. Jugábamos a la guerra, a la vida y a la muerte. Mamá, la mensajera del incendio europeo, con las cartas cada vez más espaciadas, hasta que cesó. Por entonces, la memoria visual se remonta hasta la mesa de la cocina, ella y yo; el silencio, la noche donde se repetiría la ceremonia de la lectura de ella para los dos. Por eso siento a veces que escribo para ella que leyó por mí. Me nutrió con alimento del mayor valor calórico: Dostoievsky, Tolstoi, Puskin, Chejov, Gorki… Oigo su voz todavía, apenas cascada, su dulce afonía. No es posible precisar por qué ventanal ingresó el entusiasmo, el trabajo con la palabra, su necesidad. Sí debo señalar esos encuentros como nacimientos, puntos de partida, fuente de emociones, destino de una travesía ineludible. Marea fatal, forzosa, que se instaló y va conmigo, convive conmigo y completa mi identidad. Si uno no asume esa realidad, no la atiende, padecerá un fatal desvelo como castigo por “incumplimiento del deber de creador”. Mi cabeza no dejó de generar y fraguar imaginerías, invenciones, fantasías que consiguieron se me premie con el título de mentiroso. Ignorancias y confusiones de entonces. Mi ser y mi quehacer asumieron la sobrecarga de la pulsión creativa. Pinté y no prosperó; toqué el violín y tampoco. Cada intentona se derrumbaba ante la ansiedad de la conquista del “absoluto”, lo grande y definitivo. Y las empresas se vieron interferidas por la oleada incontenible del desvelo y la imperiosa proclividad a cantar presente y expresarlo. La provisión materna de literatura convivió con la dura limitación de papá analfabeto. “Suma poética” abre con lo siguiente: “NOTICIA – Papá era analfabeto y durante toda su esforzada vida padeció esa infame condición. Tal vez, de allí, provenía esa veneración, ese como culto reverencial por la palabra impresa. Cierta vez descubrí el faltante de algunos ejemplares de un título que acababa yo de publicar. A mi requisitoria, mamá, no sin previo juramento de reserva, me confesó: ‘Es tu papá que se los lleva al mercado (donde trabajaba), allí los reparte’. Con el tiempo, una de mis más caras aspiraciones, apunta a que cada una de las palabras escritas por mí, acuda al espacio desierto de cada una de las palabras no escritas por él. Ése, tal vez se constituya en el lugar más intenso del encuentro, el del deseo satisfecho, el del consuelo y la reparación; al fin, el de la victoria de la palabra de los dos sobre los hielos del silencio.” Se fueron sucediendo trabajos variados en un contexto de agitado transcurrir. Siempre perturbado por la visita infalible de la pulsión “escribidora”. Como mandato, como fiera hambrienta que nunca abandonó el centro del ring. En el revés del papelerío laboral se apuntaba la idea urgente, una sola palabra espontánea, resumen de una ráfaga emocional o una evocación. Persistía la impronta de construir la “gran sinfonía”, la sonoridad, esa voz, ese tono de cada vocablo, y el ritmo, la marcha musical, la cadencia acosándome (con gusto). Sobre el papel escribo –con pretensión de escritor- pero el dictado proviene del adentro del compositor. La poesía –amante inmortal- actuará como dueña, con rigurosa presencia soberana. Sobre mis veinte años el contacto con el periodismo militante permite que participe con notas y entrevistas. Se destaca –foto mediante- la realizada a Nicolás Guillén. Y fue Raúl González Tuñón quien me condujo hasta el “último de los editores románticos”, como lo denominó a don Manuel Gleizer. El último título de su sello fue mi primer poemario. (Suelo repetir con Julio Rutman, periodista de la provincia de Mendoza, y nieto de Gleizer, que el editor murió por la publicación de mi trabajo…) A esos tiempos corresponde la lectura sembradora y generadora de Vladimir Maiakovski, Serguéi Esenin, Miguel Hernández, César Vallejo, los chilenos Vicente Huidobro y Pablo Neruda, Juan L. Ortiz, T. S. Eliot, Whitman, Fernando Pessoa, Eluard, Aragón, Ungaretti, Quasimodo, Eugenio Montale, los norteamericanos. El vértigo aluvional de éstos acompañaron mis años juveniles. Ingreso a la Facultad de Medicina con el sueño de una profesión de entusiasta sentido solidario y el mandato de “mi hijo el Doctor”. Todo se dispone y propone como labor poética central. En la casa del sentimiento conviven la anécdota callejera, el guión doméstico, la expectante mirada sobre el mundo. Con pedido de ubicación preferencial aterriza mi fascinación por el cine, que se me instala e incorpora con inusitada intensidad y seguirá presente en toda mi obra. La pantalla parroquial del barrio me ganó con vigor de fe. El “biógrafo” del barrio con “las de convoy”…





          2 – Aprovechemos la cámara, encendámosla, e improvisá unos acercamientos sin afán cronológico ni exhaustivo, una “panorámica” sobre tus libros y algún apunte de contexto.

          MS - “Las de convoy” me remiten a “Historias del oeste”; la pasión amorosa, no sin alguna incursión atrevida: “Dopoguerra”. Un episodio histórico provoca el poema escénico “Libertad”, representado varias veces y dedicado a don David Álvaro Siqueiros (de quien atesoro carta desde su prisión). Con papeles especiales aparece la carpeta “Las palomas”, ilustrada por Mabel Rubli y con tirada reducida para bibliófilos. Es mientras aparece “Cono de sombra y casa de pan” cuando me integro al Grupo Barrilete, con los poetas Carlos Patiño (1934-2013), Alberto Costa, Horacio Salas, Martín Campos, Rafael Alberto Vásquez, Roberto Santoro (1939; director de la revista  “Barrilete” y detenido-desaparecido en 1977 por la última dictadura cívico-militar), Miguel Ángel Rozzisi, y otros cercanos al Grupo, como Humberto Costantini. Aquello supuso un fuerte compromiso político-cultural. Del que surgió la colección conformada por siete separatas cuyo título fue “Informes”. A través del sello Ediciones El Barrilete aparece “Sumario del miedo”. “Doloratas” es una suerte de oratorio que memora el Holocausto. “Noticia sobre el incendio en la nave mayor” surge desde los cuentos de piratas que le contaba a mi nieto.  “Bajo continuo” se distribuyó acompañando, en un sobre de plástico, una edición de la revista de poesía “La Guacha”, por lo que llegó a unos 2500 lectores. “Cabeza, tronco y extremidades” vale como pago de asignatura pendiente saldada con el médico –yo- que desertó.





          3 -Estoy casi seguro que debo haber leído tu poema escénico “Libertad” …  ¿Cuál es el hecho histórico que provocó su concepción? ¿Quién o quienes lo representaron? Imagino que si lo has dedicado a Siqueiros, gravitará en la obra la figura del gran muralista. ¿Qué te dice en la carta que te envió?

          MS - La carta es de agradecimiento. “Libertad” fue generado a raíz de la detención de él, que parece que había liquidado a un tipo a los tiros. Fue editado por “El Barrilete” y lo representaron los actores Adriana Aizemberg, Hugo Álvarez y Jorge Amosa en la primavera de 1963.





          4 -Me encantaría que nos cuentes sobre una experiencia que conozco desde la excelente edición en C. D.: textos de “Thrillers” que con tu lectura y en contrapunto con el saxo de Sergio Paolucci, se representó en unas cincuenta ocasiones y no sólo en nuestra ciudad. ¿En qué ámbitos se representó, en qué localidades, alguna anécdota?

          MS - Así es: además de dar funciones, la mayoría en nuestra ciudad y en el Gran Buenos Aires, las dimos en las provincias de Mendoza, Córdoba y Tucumán. Un episodio que recuerdo aconteció cuando ofrecimos el espectáculo en la sala central de la Biblioteca Nacional: Paolucci solía entonarse un tantito antes de cada función. Esa vez llegaba la hora de inicio y no apareció sino recién cuando yo ya estaba a punto de suicidio público. De lo más exultante copó el centro del escenario acostándose en el piso, desde donde la emprendió con lo suyo. Los espectadores, sorprendidos, habrán pensado que actuaba. Cuando se puso se pie, lo ovacionaron.





          5 -No ignoro que asististe como invitado a encuentros internacionales de poesía en algunos países. ¿Qué ha caracterizado a cada uno de ellos? ¿Nos precisarías cuáles han sido, en qué años, si hallaste alguna marcada diferencia con los que se realizan en estas pampas…? Si llegaras a colaborar en la organización de uno, ¿qué propondrías? ¿Qué “le faltan” a los festivales?

          MS - Estimo que las motivaciones organizativas son semejantes: auténtico interés cultural y de difusión de una honesta minoría y afán de protagonicidad en el resto (la condición humana, ¿vio?). El festival de mayor peso y nivel en el que participé fue el de Medellín, en junio de 1993. Luego concurrí al de Bogotá, en dos ocasiones. Funcionaba la Casa de Poesía Silva, fundada por Belisario Betancurt (excelente poeta él mismo y ex presidente de Colombia). La Casa estaba dirigida por la poeta María Mercedes Carranza, quien en 2003 llegó a quitarse la vida en la misma habitación donde José Asunción Silva lo había hecho. Ella y yo estuvimos en el Festival de Poesía Internacional de Lima. Impactante resultó el Festival Mundial de Poesía en Caracas, en el Teatro “Carreño” (equivalente a nuestro Teatro “Colón”): lectura individual en un escenario enorme. Además, lecturas en varios estados de Venezuela: conmovedor. Conocí al Nobel caribeño Derek Walcott, de quien me traje un texto con su firma. Los encuentros que se conciben en nuestras pampas, básicamente, conllevan similares virtudes y defectos. ¿Qué propondría yo?: que los organizadores se abstengan de incluirse en la programación. No considero ético que lo hagan. Los festivales carecen de dinamismo, sentido crítico (mirada y oído de espectador / oyente). Debieran ingeniárselas para no mortificar ni aburrir. Imbuirse del cómo juega la imagen y la actuación y operar en consecuencia.





          6 - Atmósfera de homenajes y reconocimientos explícitos o implícitos –y no sólo por tu trayectoria de seis décadas- es la que advertimos alrededor tuyo, desde hace un largo rato, los que estamos atentos.

          MS - Homenajes y reconocimientos sospechosos de avisos de esos que señalan la recta final y que resultan, por lo menos, inquietantes. Con Joaquín Giannuzzi jodíamos: “estamos en lista de espera”. Procuro ubicarme en términos existenciales y soy conciente de ello: prolongar el recorrido con trabajo poético como resistencia, como vital expresión afirmativa.





          7 – Siempre quise preguntarte sobre aquella intervención tuya –creo que única-, sobre los sesentas, como co-adaptador al castellano nuestro, el de los porteños, junto con Jorge Hacker, de “Raíces”, la pieza teatral del prolífico inglés (ahora Sir) Arnold Wesker, que inicia la trilogía que prosigue con “Sopa de pollo” y “La cocina”. Yo fui espectador de las tres (asistía a todos los espectáculos del grupo “Nuevo Teatro” de Pedro Asquini y Alejandra Boero).

          MS - La primera traducción de esa pieza fue en la Argentina a través de Ediciones   Nueva Visión, en 1966. En 1971 salió con el sello del Centro Editor de América Latina. Se representó, con la dirección de Jorge Hacker y actuaciones de Norma Aleandro, Héctor Alterio, Rubens Correa, Alejandra Boero… Tres años en cartel. Eso fue comenzar a bailar con la más linda: “no conveniente”, porque lo que sigue queda por debajo…





          8 – A varias personas –y probablemente no a vos- les he referido lo mucho que me quedó grabado nuestro primer encuentro (fue en el bar “La Ópera”, de la esquina de las avenidas Callao y Corrientes).  Habrá sido alrededor de 1990, días después de recibir yo una carta tuya, manuscrita, en la que me trasmitías tus impresiones tras la lectura de mi primer poemario (yo rondaría mis 45 años), y hasta tus asociaciones con cierto sesgo de uno de tus libros. Fue mi primera verdadera conversación –casi lo juraría- con uno de los poetas que yo más seguía desde mi adolescencia. Todo este prologuito lo instalo para inquirir sobre tus primeros encuentros personales con escritores que más se te hayan grabado. 

          MS - De impacto emocional: con Olga Orozco (también ella había sido invitada a Colombia, pero se negó a concurrir en nombre de no sé qué conjuro que la esperaba para atentar contra ella; en vano –me lo habían encomendado- procuré disuadirla). Con gran placer charlé con Juan L. Ortiz, Raúl González Tuñón, Marco Denevi, Nicolás Olivari (en un cabarute del barrio de La Boca), Leopoldo Marechal (a quien visité con Roberto Santoro). Por teléfono te conté que de jovencito yo me paseaba como novio –presuntuoso, ¿no?- con Lila Guerrero, la notable traductora al español de Vladímir Maiakovski: ella me introdujo en el mundo social de la literatura. Con Bernardo Ezequiel Koremblit, fallecido en 2010, tuve una especial amistad y profundo afecto. Talentoso como pocos e ingenioso como ninguno: arrancó con la presentación de uno de mis poemarios declarando: yo este libro no lo leí para evitar que influya en mi opinión… ¿Otros?: Sábato había dejado en mi casa una copia del todavía inédito “Informe sobre ciegos” y se me extravió entre tanto papelerío. A Neruda lo conocí donde vivía Margarita Aguirre, su secretaria. Y en Santa Fe, en ocasión de aquel largometraje memorable, “Los inundados”, charlé con Juan José Saer.





          9 – Una noche de abril de 2007, en el hermoso departamento de la recientemente fallecida poeta Graciela Wencelblat, estábamos comiendo, bebiendo y chacoteando, la dueña de casa, nosotros, los escritores Alfredo Palacio, Alicia Grinbank, el venezolano Luis Gilberto Caraballo, Beatriz Shaefer Peña, Roberto Glorioso, el español Antonio Quiroga, Emilce Strucchi y tu hijo Ramiro; yo, después de canturrear un tramo de la milonga “Yo soy Graciela oscura” -letra de Ulises Petit de Murat y música de Astor Piazzola-, te pregunté si habías llegado a tratar a Petit de Murat. Vos hiciste un chiste, tipo “¿qué se creen, que soy tan mayor como para haber conocido a Esteban Echeverría o Florencio Sánchez o Miguel Cané?”, y me quedé sin saber siquiera si te habías cruzado con él. Y bueno, pues: aquí estoy con el  interrogante. Y como también recuerdo que algunos jóvenes poetas de tu generación fueron a visitar a Antonio Porchia, en una época de mucha difusión de sus aforismos, me gustaría saber si lo visitaste y qué recuerdo conservás.

          MS - De Ulises Petit de Murat tengo presente que me contó no pocas intimidades de su amigo Jorge Luis Borges. (Estela Canto, que visitó mi casa –cabe destacar-, jamás me contó nada de su relación con Borges.) A Porchia no llegué a conocerlo: le había enviado uno de mis primeros poemarios y me respondió con manuscritos de sus textos originales –que me dedicó- y que también atesoro. Tanto como cartas manuscritas de Vicente Alexandre y Carlos Fuentes.




         10 – Fuiste uno de los responsables de la colección de poesía Elefante en el Bazar, que a través de ediciones de La Sociedad de los Poetas Vivos promovió certámenes –Concurso Nacional de Poesía “Ramón Plaza”-  y ediciones no sólo de los ganadores de dichos certámenes. ¿Cuáles fueron los objetivos de ese grupo?

          MS - La Sociedad de los Poetas Vivos surge, claro, después de ver el film de Peter Weir con Robin Williams: “La sociedad de los poetas muertos”, decadente y desalentador. Con una práctica político-cultural, el grupo encaró la impresión y difusión de miles de pequeños volantes con poemas breves y ocasionales. El concurso homenaje al poeta Ramón Plaza resultó un acierto: participación masiva y nivel creativo.




         11 -¿Algún suceso que vos consideres que ha incidido muchísimo en tu inmersión en la vida literaria?

          MS -  Uno de los dos que ha sido determinante en mi vida literaria –que es mi única y elegida vida-, es éste: Sobre los ’80 yo llevaba ya varios años como representante de ventas –o como se nos denominaba: corredor- en el rubro textil, con zona de privilegio. Gané suficiente dinero como para convertirme en propietario de varias viviendas y otros bienes. En el ’84, a la salida de un Banco, me asaltaron. Fue muy cruento. Terminé internado con serias lesiones craneanas. La tomografía (“desgracia con suerte” asevera el vulgo) detectó un tumor hipofisario con mal pronóstico. Fui operado durante ocho horas y el postoperatorio demandó quince días en terapia intensiva. La empresa me jubiló por incapacidad y por la tremenda depresión que me invadió. Aspirando a eludir interpretaciones sicologistas de ocasión y sin atribuirme “mano mágica” o fatalismo, sigo creyendo que los acontecimientos tendieron a ubicarme en la centralidad de mi pasión creativa, sobre todo con la poesía. Gracias (vale la ironía) a la depre fui perdiendo los bienes. Al punto de sólo quedarme con mi pequeño departamento, y ninguna otra cuestión más que atender fuera del trabajo poético. Y sin percibirme contrariado, en la medida en que prevalece la satisfacción, tras haber logrado conciliar el ser y el quehacer. Dentro del laburo poético estoy vivo, presente y digno. Fuera de él: huérfano en el desierto.





*




Marcos Silber selecciona para esta entrevista, en 2014, cinco poemas de su autoría:


Un cabello apareció en el lavatorio;
suficiente para interrumpir el inmaculado paisaje,
suficiente para quebrar su casta blancura.
Vaya a saberse qué asuntos lo afligían,
qué pesadumbre lo abatió.
porqué decidió saltar, vaya a saberse.
Allí aparece ahora el moribundo, vencido, entregado.
Pero no se exhibirá más de la cuenta
su ya esmirriado cadáver. Alguien irá por agua
y el desdichado rodará y entrará
en tinieblas  de abismos  sin retorno.
Un cabello.
También fue vida.
Es todo.
 

                                                                          (De “Primera persona”)




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TRES
 
 

La pelirroja se para en medio de la pista
como en el trono del centro del mundo.
Los hombres susurran y ella lo sabe
por eso avanza las tetas,
el mascarón de su proa.
La rubia de pelito corto sonríe,
los hombres susurran y ella lo sabe,
por eso todo el tiempo sonríe
con dibujo de tonta felicidad.
La morena planta en la escena
su cabeza de mar nocturno que perturba,
y ella lo sabe.
Los hombres apuntan
al camino de seda negro de su pelo
después que pone el cielo en el grito:
"el que no se desnuda bajo la lluvia
no juega;
el que no trepa hasta la cocina de la pasión
no juega.
Vamos muchachos, vamos,
hasta la victoria  siempre" !...
 

                                                                     (Inédito incluido en “Visita guiada”)


*



LLUVIA



La lluvia es Dios.
Con mano una de piedad
y de furia la otra.
Si la lluvia se retira
la tierra abandona la tierra
el mar cierra la boca
y toda la palidez se cita
para caerle a la soñadora del ventanal.
La lluvia es Dios.
Si se niega la lluvia
encallan los barquitos de papel,
ningún corazón se dibuja en los cristales
y se queda sin bendición
el pelo de las mujeres de la casa.
Si se retira la lluvia
cómo se lava el demasiado dolor del mundo
y a la carne de la tontita
echada sobre las lozas del patio
quién la lava?
Si se queda la lluvia, si no sale,
se miran perdidos los amantes
debajo del cinc difunto.
Dios es la lluvia.
Si la lluvia se retira
qué será de la sin rostro
que viene cada vez que agua
y no sabe que canta para mí.
 

                                                                                   (Inédito incluido en “Convocados”)


*



 
LA MOJADITA             
                                          
 (A la sagrada de su  entrepierna)
 
 
Allí vive, allí, en el centro
del arco de triunfo de sus caderas;
al pie de los terciopelos del horizonte pubiano.
Me llama. La llamo. Nos llamamos.
Habla la siempreviva o lo que es lo mismo
deja oír sus correntadas.
Con mi nave a la vista
se aluviona, se anega,
y a mi mano responde con sus fuentes termales.
Ni pensar cuando el llamado del timbre divino;
entonces ocurren olas  de una marea incontenible.
Juega. Juego. Jugamos.
Los disparos que dan en el blanco
agitan el carrillón de su cielo.
Me llama. La llamo. Nos llamamos.
La insaciable, la voraz
muerde el collar que la visita
y en cada pequeña muerte me devora.
Lavas nacidas en el centro de la tierra
trepan hasta la caldera
de una y otra boca de los dos.
A la conclusión
la mojadita va a decir y dice:
que haya paz, una breve tregua.
Yo, el amador voy a decir y digo:
estamos vivos y esto que sucede es la felicidad.
Ella, la amada, va a decir y dice:
me dio un poquito de frío,
tápame por favor.
 
                                                                       
                                                                        (Inédito incluido en “Convocados”)



*
  

 
Estampida, fogonazo; los dos dieron en el blanco.
Para que todo se corra, se retire.
Abrió sus ventanas el cielo. Y apareció el Arco Iris.
 Allí, en la noche. En el cielo de la noche.
(Vale, adentro de la caja del sueño).
Vértigo, luego vahído, desarreglo, sismo.
Nada deja de temblar.
Cada algo se asusta, huye, se guarda.
Impasible el Arco. El de la noche.
En el cielo de la noche.
Y continúa fantasmal con luz y luces
sobre uno que allí baila
(tengo cinco años)
y otra, Jeanette McDonald que allí canta
(y tiene, no sé...)
Que ocurrió ? Por qué ruta llegó el hechizo?
Se dislocó el destino?
Se le fue la mano a la razón?
(Tomó de más, seguro)
Afónica, la vitrola alumbra el entonces.
No cuenta preguntar: en la noche,
en el cielo de la noche, qué ocurrió?
Se amotinó el sentido?
De todos modos, a quien le importa.
Dejémoslo así.
Estampida hubo y fogonazo.
En la noche. En el cielo de la noche.
Con Arco Iris y luz y luces
sobre uno que allí baila
(tengo cinco años)
y otra, Jeanette McDonald que allí canta
( y  tiene, no sé...)

                                                                                         

                                                                                 (Inédito)
 
                                                 



*
  

En la ciudad de Buenos Aires, Marcos Silber y R. R., en 2014.




fuente: recibido directamente del autor, al que felicito y agradezco por su confianza.

JOSE PIVIN