Invitación
PRESENTACION DEL LIBRO
"Por la vía, el FC en la Argentina, palabra e imágenes",
de Marta Rodil,
Ediciones UNL
el próximo
viernes 15, a las 19.30 hs,
en la Alianza Francesa
(Bv. Gálvez y Las Heras)
CIUDAD DE SANTA FE.
Se referirán al libro Claudia del Río(de Rosario) y Adolfo Colombres(de Buenos Aires).
Al finalizar se compartirá un brindis.
Reúne testimonios de ferroviarios recogidos a lo largo y a lo ancho del país, testimonios literarios (cuentos, poemas, un tango y fragmento de una novela) y testimonios de historiadores y especialistas en el tema, acompañados por fotografías ilustrativas de distintas épocas.
Esperamos tan estimada presencia el próximo viernes 15, a las 19.30 hs, en la Alianza Francesa (Bv. Gálvez y Las Heras).
Marta Rodil ( [0342] 456-5846),
Centro Editor de la UNL
([0342] 457-1194, Int.109/116)
ARTES Y LETRAS /
LA LITERATURA Y EL TREN
Edición del Jueves 18 de setiembre de 2014
La literatura y el tren
• “Por la vía”, libro de Marta Rodil de próxima aparición, editado por el Centro de Publicaciones de
De
Por Marta Rodil
En literatura, preguntarse por el acontecer del ferrocarril es preguntarse por las ilusiones, los logros y aventuras, por las postergaciones y fracasos del devenir humano. Los textos de esta Segunda Parte se corresponden con la realidad del tren en
“El tren expreso” de Oliverio Girondo vale como referencia universal: el espectáculo habitual de una campiña, ya sea de piedra, o de vides como manos que se levantan de la tierra, de soldados que roncan, del loro que es el único pasajero que protesta por las veintisiete horas de retraso, o de las chicas que van a ver pasar el tren porque es lo único que pasa.
Es notable el paralelo entre algunos sucesos referidos en
La poesía popular va de la mano de un tango en “Barrio de tango” (letra: Homero Manzi). Con intensa emoción poética, describe el antiguo barrio de Pompeya y recurre a la siempre vigente pregunta por lo que fue (ubi sunt, “dónde están”, recurso expresivo que se remonta a los clásicos latinos). El arrabal, el dolor por un perdido amor, por las ausencias, y el misterio del adiós que siembra el tren.
Y ahora vamos a un mundo fantasmagórico, protagonizado por vehículos que detentan atroces poderes. Hoy, lo corriente es que los automóviles prevalezcan sobre el tren; no obstante, el humor de Roberto Fontanarrosa se permite enunciar lo contrario en el cuento “Los trenes matan a los autos”, con una guerra desembozada, sin cuartel, sin fin, sin límites entre los dos bandos. Con manifestaciones de protesta, castigos, tortura, venganza... al mejor estilo de lo humano.
A veces no hay retorno, nos dice Celia Fontán en “Cruce de trenes”, entonces la partida se dilata, se demora. Somos tiempo y bruma, también el tren que se aleja; en tanto el musgo va diluyendo las viejas leyendas y el humo se empecina en los antiguos cercos. El cielo nuevo, las hojas viejas y el tiempo; siempre el tiempo dando al hombre (que por momentos lo olvida, o aparta su peso de la conciencia) la medida de todas las cosas.
Conmueve la ternura (no exenta de humor e ironía) con que Conrado Nalé Roxlo celebra las tragicómicas aventuras de un quijotesco jefe de estación, para quien todo vale a la hora de reactivar la oxidada locomotora de una vía muerta.
Ante la competencia entre el andén y la plaza para atraer a los paseantes, él ideará los recursos más sagaces y no dudará en organizar pequeños descarrilamientos que captarán al gentío y a los inactivos bomberos.
Con subyugante lirismo, Francisco Madariaga nos participa de un tema recurrente: la vida como viaje. Un mítico itinerario, iniciado a los quince días de su nacimiento, por el norte de
El formoseño Orlando Van Bredam amplía nuestra perspectiva, situándonos en la guerra por las Islas Malvinas: un andén y los planes e ilusiones de cuatro amigos adolescentes. Dos de ellos marcharán a un destino incierto y, después, habrá quienes volverán al mismo andén lamentando lo que se llevó el último tren, “con demasiados discursos, demasiadas banderitas celestes y blancas, y demasiado 2 de abril sobre nosotros”.
Beatriz Vallejos: palabra madre, la suya (y enigmática cuando aspira a transmitir lo inefable). En su mística de lo cotidiano, no podía faltar el tren. La mayoría ignora que en San José del Rincón -localidad más antigua que la capital santafesina y lugar de pertenencia de la poeta- hubo ferrocarril. Mas, dónde está (otra vez el tópico ubi sunt). Entre tantas cosas, el tren pasa. O su paso permanece en la memoria como los mitos de la tierra.
“Poema para el hombre de la locomotora” del santafesino Horacio Rossi rinde homenaje a sus conductores. Nuestro entrevistado de
Otras perspectivas e impresiones nos dejará Manuel Mujica Lainez, respecto del trayecto Retiro-Tigre. Minuciosos apuntes y reflexiones del protagonista con cada ingreso de un pasajero en el vagón, o de cada barrio que ingresa a sus retinas. Las muchachas en flor, la idiosincrasia de las gentes y una mirada estética que todo lo registra.
Finalmente, Daniel Moyano: el esplendor del antiguo ferrocarril, y el resplandor de “Miss Annabel”, cuando los relojes se ponían en hora con la llegada del tren. El paso del coche presidencial, las indicaciones de la hermosa y bien argentina tía Annabel a sus sobrinos, sobre el comportamiento y los modales. Y más tarde, el frío, el ruido y los papeles sucios en los deficitarios trenes gastados, con viajeros empobrecidos que consumen tristes vituallas.
Foto: Guillermo Di Salvatore
fuente: diario EL LITORAL, 14/09/2014
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