jueves, 3 de marzo de 2011

Mexico: "OYEME CON LOS OJOS" reúne obras de 21 escritoras mexicanas que transgredieron con letras los límites impuestos a su género


Palabra de mujer

“Óyeme con los ojos” es una autoría de
Patricia Rosas Lopátegui, que reúne

obras de 21 escritoras mexicanas que

transgredieron con letras los límites

impuestos a su género



Jueves, 03 Marzo 2011

EL UNIVERSAL


Óyeme con los ojos no es sólo un libro que reúne a 21 escritoras mexicanas que han transgredido las formas de hacer literatura y los cánones establecidos por la sociedad. Es un llamado para escuchar la voz de las mujeres.

En palabras de Patricia Rosas Lopátegui, quien se encargó de la realización de este libro que reúne una selección de la obra de 21 escritoras mexicanas de distintas épocas, “Óyeme con tus ojos” es un verso escrito por Sor Juana Inés de la Cruz, seguido de otro verso “Ya que están tan distantes los oídos”.

De tal manera que estos dos volúmenes, explica la académica de la Universidad de Nuevo México, “son una metáfora que pide escuchar la voz de las mujeres. Sociedad patriarcal mexicana, oiganos con los ojos ya que no pueden escucharnos con los oídos. Aquí estamos con nuestras revoluciones, renovaciones y contribuciones a literatura y la vida política y social mexicana”.

Óyeme con los ojos. De Sor Juana al siglo XXI. 21 escritoras mexicanas revolucionarias es una interesante compilación que permite conocer el panorama literario femenino de México y que tiene como punto de partida a la llamada



Décima Musa.



Entre las escritoras que figuran en este libro están Nahui Ollin, Nellie Campobello, Elena Garro, Guadalupe Amor, Rosario Castellanos, Inés Arredondo, Elena Poniatowska, Beatriz Espejo, Sabina Berman, Estela Leñero, Ana Clavel y Carmina Narro. También se encuentra parte de la obra de Antonieta Rivas Mercado, María Luisa Mendoza, Amparo Dávila, Luisa Josefina Hernández, Silvia Molina, Cristina Rivera Garza y Liliana V. Blum.


Juana Inés Ramírez de Asbaje, “la primera gran transgresora de nuestras letras”, fue el punto de partida de Patricia Rosas Lopátegui. Ella “es un referentes de estas escritoras, pero lo es también de muchos hombres y mujeres mexicanos, y de las letras universales”, indicó.


La trangresión


Con Óyeme con los ojos, Rosas Lopátegui intenta difundir la literatura de escritoras mexicanas olvidadas, poco leídas o que han sido descalificadas o menospreciadas por desafiar las convenciones sociales.
“Mi motivación principal fue recordarle a los lectores las contribuciones que han hecho las escritoras a las letras mexicanas. Me interesa recordarles que tenemos una literatura femenina sólida de primerísima calidad. Estas escritoras han roto con estructuras canónicas u obsoletas en la construcción de un poema u obra de teatro. Son transgresoras porque han roto no sólo con los cánones literarios sino también con los patrones tradicionales establecidos para las mujeres”, afirmó.


Además, lo que tienen en común es que también “han fungido o han desempeñado un papel de conciencia crítica en el contexto que le tocó vivir. Desempeñan un papel de voceras de los problemas que tenemos no solamente en la vida cultural sino en la social, en el orden político y económico”, explicó.


“Muchas de ellas, como Inés Arredondo, están olividadas, marginadas. No se leen como se debería leer, a excepción de Elena Poniatowska, Sabina Berman y Cristina Rivera Garza, que son escritoras con mayor recepción quizá porque son contemporáneas”, añadió la biógrafa de Elena Garro.

Enfoque feminista
Detrás de la larga e intena búsqueda hemerográfica y la difícil selección literaria, en Óyeme con los ojos hay un evidente enfoque feminista.
“Aunque la situación para las mujeres ha cambiado, hay un enfoque de género en el libro. Las escritoras de hoy en día no viven en las mismas circunstancias de opresión o de marginación que las escritoras que vivieron en los años 20 o 30 del siglo pasado. Sin embargo, en el presente siglo todavía hay una gran desproporción genérica. En los catálogos hay mucho más hombres que están siendo publicados que mujeres”, explicó Patricia Rosas.


Estas mujeres, comenta, han sido descalificadas, eliminadas; no son mujeres que se estudian y se leen como deberían y como ejemplo cita a Elena Garro, quien “no se lee como se lee a Juan Rulfo. Pedro Páramo y El llano en llamas son lecturas obligatorias desde secuandaria. Son dos obras básicas de nuestras letras, pero Garro ¿dónde queda? Ella tiene la misma relevancia”.


Asegura que hay una doble discriminación hacia ellas por ser mujeres talentosas e inteligentes que se atreven a romper con el estatuto patriacal de la mujer que debe estar en casa, en la esfera privada. “En el momento en que entran en la esfera pública son lapidadadas, apedreadas; siempre van a encontrar escusas para eliminarlas”.
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