¿Sabes cuánto puede tardar un delincuente en copiar los datos de tu tarjeta de débito y utilizarla para dejarte sin los ahorros que tanto te ha costado conseguir? Sólo tres minutos. Con más de 300 millones de tarjetas de débito en el mercado, Europa es el lugar perfecto para la proliferación de este tipo de delitos.
A pesar de que el robo y uso de información bancaria continúan en aumento, unas simples recomendaciones te ayudarán a evitar convertirse en una víctima más. Seguro que eres de los que piensan que tomas las medidas de protección necesarias, pero eso mismo creían los más de 10.000 europeos que fueron víctimas de este fraude en 2008.
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Según el último informe de la Agencia Europea de seguridad en Redes (EINSA), las estafas por el clonado de datos bancarios superaron los 500 millones de euros en el Viejo Continente. Es decir, cada día los expertos en estafas en cajeros automáticos, bautizadas como 'skimming', roban una media de casi 250.000 euros a los ciudadanos de la Unión.
Mire bien antes de usar la tarjeta
Para ponerle freno, lo primero que debemos hacer al disponernos a operar con un cajero automático es inspeccionarlo en busca de anomalías u objetos que nos resulten extraños o desconocidos. Entre las trampas más conocidas que se emplean en cajeros automáticos están los dispositivos para trucar, sustituir o superponer la ranura lectora con el fin de copiar los datos de la banda magnética de tu tarjeta.
Con un sistema de microcámaras disimuladas junto al cajero los estafadores acceden al número secreto. Ahí es donde viene la recomendación número dos: siempre tapa el teclado cuando introduzcas tu número secreto. Además, si sospechas de algo extraño, notifícalo inmediatamente al banco.
Vigile su cuenta
También es muy importante saber elegir bien el cajero en el que sacamos dinero. Los expertos en fraude bancario aseguran que, en la medida de lo posible, debemos huir de los dispensadores de efectivo situados en lugares como centros comerciales, aeropuertos o zonas de paso muy concurridas. Normalmente estos cajeros están menos vigilados por las entidades financieras. Además, los delincuentes saben que los clientes que los usan van a toda prisa y no se paran a fijarse bien si hay anomalías.
Aun así, en ocasiones la inventiva de los estafadores supera toda precaución, y ni siquiera con estos consejos es suficiente para evitar el robo. Por eso es importante que consultes de manera periódica el estado de tus cuentas bancarias. Si ves alguna operación anómala o que no recuerdes haber realizado, denúncialo a tu entidad cuanto antes. Es la única manera de que se congelen esas transacciones y puedas recuperar tu dinero.
fuente: www.yahoo.com.es/finanzas
viernes 25 de marzo de 2011
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