por SARA HUSSEIN
Miles de personas madrugaron este miércoles en la Plaza Tahrir de El Cairo tras la gigantesca manifestación –la mayor en dos semanas de protestas- que el martes volvió a reclamar, pese a las iniciativas de apertura del régimen, la renuncia del presidente Hosni Mubarak.
"No se cansen, no se cansen. La libertad no ha sido aún liberada", alentaba un militante con un megáfono delante de las carpas instaladas en el centro de la plaza y protegida por barricadas, donde volvieron a pasar la noche desafiando el toque de queda.
Tras el éxito de la movilización del martes, Estados Unidos instó a Egipto a acelerar su democratización. El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó a su homólogo egipcio, Omar Suleimán, a ampliar el diálogo hacia la transición política a más grupos de la oposición y a levantar de inmediato las leyes de excepción, informó la Casa Blanca.
Pero Suleimán afirmó poco después que una precipitación en las reformas podría sumir en el "caos" al más poblado de los países árabes. Según Suleimán, "el diálogo y la comprensión" son la "primera manera (...) de salir de la crisis pacíficamente". La otra "sería un golpe de Estado y queremos evitar eso", advirtió. "No habrá final del régimen ni golpe de Estado, porque eso significaría el caos", prometió Suleimán.
El régimen egipcio intentó todo tipo de respuestas para contener la ola de protestas: desde la represión de los primeros días, que según la ONU, dejó unos 300 muertos, a las concesiones políticas, pasando por la apuesta del desgaste.
Mubarak, de 82 años, en el poder desde 1981, prometió no volver a presentarse en las elecciones de septiembre y Suleimán abrió un diálogo con sectores de la oposición -que va de grupos democráticos a los Hermanos Musulmanes- pero todo eso no logró resquebrajar el frente político ni menguar la determinación de la calle, que sigue reclamando que el mandatario se vaya ya.
El martes, centenares de miles de personas volvieron a congregarse en la Plaza Tahrir, donde aclamaron al joven activista y ejecutivo de Google Wael Ghonim, convertido en un héroe tras haber permanecido doce días detenido, con los ojos vendados, por haber participado en una
marcha opositora.
Decenas de miles de personas también desfilaron en otras grandes ciudades, incluidas unas 20.000 en Alejandría, la gran ciudad del norte.
La página de Ghonim en la red social Facebook, así como la del Movimiento de jóvenes del 6 de Abril, tuvieron un papel preponderante en el desencadenamiento del movimiento. "Hoy en día uno de nuestros sueños se ha convertido en realidad, que es el de estar unidos" con un objetivo común, declaró Ghonim en su arenga, al tiempo que la multitud extasiada gritaba: "Queremos que caiga el régimen".
La presencia en las protestas de los Hermanos Musulmanes -el grupo opositor más articulado- causa cierto temor en capitales occidentales sobre el riesgo de que el movimiento sea recuperado por los islamistas.
Pero los manifestantes insistieron en que su objetivo es celebrar elecciones libres. "No queremos un Estado militar ni un Estado religioso. Queremos un Estado con instituciones y elecciones", dijo Atif Awad, un Hermano musulmán de 34 años, de profesión carpintero.
Ahmed Mabruk, que se presenta como ingeniero obligado a trabajar de albañil, señala que el movimiento aún no tiene un líder. "Todo lo que se ve ve aquí viene del pueblo", asegura.
Un grupo integrante de la red islamista Al Qaeda, el "Estado Islámico de Irak", llamó el martes a los egipcios a dar a hacer la guerra santa (yihad) y establecer un gobierno basado en la ley islámica o 'shariá'.
La rebelión egipcia se inspiró en la que el mes pasado derrocó al dictador tunecino Zine El Abidine Ben Alí, que estaba en el poder desde hacía 23 años.
El secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, dijo el martes que esas rebeliones deben servir de advertencia para los líderes en la región. "Lo que hemos visto en Túnez y Egipto es una manifestación espontánea de descontento. Y hemos hablado con varios gobiernos de la región sobre la necesidad de encarar esas preocupaciones", dijo Gates a periodistas en Washington.
Egipto es uno de los dos únicos países árabes en haber firmado un tratado de paz con Israel (el otro es Jordania) y administra el canal de Suez, por donde transita la mayor parte del petróleo destinado a los países industrializados.
La agitación en el país volvió a orientar este miércoles los precios del petróleo al alza. Por la mañana, el barril de West Texas Intermediate para entrega en marzo ganaba 55 centavos, a 87,49 dólares. Y el de Brent del mar del Norte subía 29 centavos, a 100,21 dólares.
http://www.itongadol.com.ar/noticias/val/54479/la-calle-quiere-que-mubarak-renuncie-y-eeuu-que-acelere-la-democratizacion.html
jueves, 10 de febrero de 2011
EGIPTO: La calle quiere que Mubarak renuncie y EEUU que acelere la democratización
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