La ASDE- ASOCIACION SANTAFESINA DE ESCRITORES realizó en la Ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, Capital de la Provincia argentina del mismo nombre, un acto de Homenaje al talentoso
y renombrado hombre de Letras,
Profesor, Historiador y Diácono,
CESAR ISIDRO ACTIS BRU,
fallecido el dia 9 de MAYO 2010.
Uno de los disertantes fue el joven Poeta Alberto de Jesús Goicouria, muy cercano a Actis Brú, a quien consideraba no solo su amigo, sino tambien su MAESTRO.
Cesar fue indudablemente uno de las Grandes personalidades de la Cultura y la Literatura en esa ciudad, en la que residió la mayor parte de su vida, aportando a ella su vasta cultura y su bonhomía.
Los que fuimos sus amigos y todos aquellos que lo trataron en alguna de sus variadas ocupaciones pueden atestiguar lo aquí afirmado.
Deseo que disfruten de este texto y la poesía, escritos por Alberto de Jesús Goicouria y las poesías de Cesar Actis Brú citadas por el disertante.
Lic. Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al Mar Mediterráneo
5 de Julio 2010
Lectura presentación del
homenaje a César I. Actis Brú
por Alberto de Jesús Goicouria
Cuando un poeta le canta a lo eterno y a lo infinito no muere, sino que forma parte de aquello que ama, es poseído por esa grandeza que ilumina toda la vida, que no deja un solo lugar a oscuras, que salva y da significado hasta el ultimo cabello. Dostoievski decía que La Belleza salvará al mundo, pero no hablaba de algo abstracto, sino de nuestra propia vida, de una belleza que podemos ver y reconocer en otros ojos, una vida que brilla gracias al Esplendor Divino y se impone por sobre las circunstancias, que embellece lo cotidiano y lo hace nuevo, nos hace renacer, pues, gracias a este podemos llegar a lo más alto, a lo más profundo. César nos dice lo siguiente en una de sus poesías:
“He llegado al umbral donde se mezclan
mi apasionado corazón
y el perfume divino del Misterio
que acompaño toda mi vida.”
Gradual, MISTAGOGIA POETICA; César I. Actis Brú
La ausencia de una gran humanidad, de una persona excepcional, parece dejar un gran vacío, pero ¡no!, esto es reducirla, un hombre que se ha encontrado a sí mismo se convierte en motivo de esperanza, en el deseo querer de vivir lo mismo, en un desafío que vence la muerte con el esplendor de La Belleza. Este era uno de los dones de César, quien ha dejado su huella en Santa Fe, como en nuestra propia vida.
Mirando el horizonte...
Mirando el horizonte,
escuchando el silencio
con el peso de la jornada.
Adormilado cae el sol
entre suspiros.
Lentamente,
como despojándome del tiempo
en la inmensidad
me sumerges.
-Hasta ahí,
el momento es mágico-
Ocaso y nostalgia.
Viseral anhelo
de la infinitud...
se me hacen eternos
los tiempos finales.
Alberto de Jesús Goicouria
Algunas poesías de
La ausencia de una gran humanidad, de una persona excepcional, parece dejar un gran vacío, pero ¡no!, esto es reducirla, un hombre que se ha encontrado a sí mismo se convierte en motivo de esperanza, en el deseo querer de vivir lo mismo, en un desafío que vence la muerte con el esplendor de La Belleza. Este era uno de los dones de César, quien ha dejado su huella en Santa Fe, como en nuestra propia vida.
Mirando el horizonte...
Mirando el horizonte,
escuchando el silencio
con el peso de la jornada.
Adormilado cae el sol
entre suspiros.
Lentamente,
como despojándome del tiempo
en la inmensidad
me sumerges.
-Hasta ahí,
el momento es mágico-
Ocaso y nostalgia.
Viseral anhelo
de la infinitud...
se me hacen eternos
los tiempos finales.
Alberto de Jesús Goicouria
Algunas poesías de
César I. Actis Brú
Palabra
De Mí
nacieron los poemas
graves y extensos
como la vida.
De Mí
nacieron hombres
y universos
breves y alegres
como sueños.
De la vida,
del hombre,
del universo y el sueño,
renazco siempre,
pero pequeña,
mínima y desnuda
como un poema tuyo.
20 Obviamente, la “Palabra de Dios
César I. Actis Brú
El árbol
¡Quiero ese árbol
- dijo tu deseo-
para mástil
del barco de mis sueños
y hacer
alas sus velas
para llegar muy
lejos!
¡Quiero ese árbol
- dijo la Poesía-
par a darle
las alas y que viajes
muy lejos
sin que mates
sus alas y
tronches su madera!
Quiero ese árbol,
dije en el ocaso
de lila y transparencias
para sombra
feliz de mi cansancio.
César I. Actis Brú
4
La gran pregunta
sin duda
no es la muerte.
El misterio insondable
lo reclama la Vida.
No saber respondernos
cómo estamos aquí,
por qué nacimos,
cuáles y cuántos laboriosos milenios
amasaron
esta urdimbre de huesos
y de sangre.
Ceniza vulnerable
que sostiene los sueños de nosotros
y estas raras palabras
que intentamos
a la vera del río de los Quiloazas.
Estamos aquí.
En un instante, brevísimo
como el aliento de los hombres,
acordamos un profundo silencio que nos une
y desciende -quiero decir que retrocede-
hasta la misma
Memoria de nosotros.
César I. Actis Brú
Estoy aquí
Amos de la verdad
y aduaneros de Dios
no me han visto llegar.
Hoy,
como ayer, me deslizo
entre rituales, códices,
gestos solemnes,
y el humo tusígeno
de incienso.
Hoy,
como ayer, doblados están
descifrando la letra
y el sentido
para que Dios, el Señor se haga papel.
Cuando me miran
no me ven
porque traigo
los rostros de los hombres.
Hoy,
como ayer, me atrapan y golpean
y encima de maderas
me azotan y me acuestan,
me clavan y me cuelgan.
Hoy,
como ayer, me doblan y me guardan,
me esconden en la piedra
sellando las entradas.
Cuando me miran no me ven,
pero estoy siempre aquí.
Traigo en mi rostro de Dios
todos los rostros dolientes de los hombres.
César I. Actis Brú
Palabra
De Mí
nacieron los poemas
graves y extensos
como la vida.
De Mí
nacieron hombres
y universos
breves y alegres
como sueños.
De la vida,
del hombre,
del universo y el sueño,
renazco siempre,
pero pequeña,
mínima y desnuda
como un poema tuyo.
20 Obviamente, la “Palabra de Dios
César I. Actis Brú
El árbol
¡Quiero ese árbol
- dijo tu deseo-
para mástil
del barco de mis sueños
y hacer
alas sus velas
para llegar muy
lejos!
¡Quiero ese árbol
- dijo la Poesía-
par a darle
las alas y que viajes
muy lejos
sin que mates
sus alas y
tronches su madera!
Quiero ese árbol,
dije en el ocaso
de lila y transparencias
para sombra
feliz de mi cansancio.
César I. Actis Brú
4
La gran pregunta
sin duda
no es la muerte.
El misterio insondable
lo reclama la Vida.
No saber respondernos
cómo estamos aquí,
por qué nacimos,
cuáles y cuántos laboriosos milenios
amasaron
esta urdimbre de huesos
y de sangre.
Ceniza vulnerable
que sostiene los sueños de nosotros
y estas raras palabras
que intentamos
a la vera del río de los Quiloazas.
Estamos aquí.
En un instante, brevísimo
como el aliento de los hombres,
acordamos un profundo silencio que nos une
y desciende -quiero decir que retrocede-
hasta la misma
Memoria de nosotros.
César I. Actis Brú
Estoy aquí
Amos de la verdad
y aduaneros de Dios
no me han visto llegar.
Hoy,
como ayer, me deslizo
entre rituales, códices,
gestos solemnes,
y el humo tusígeno
de incienso.
Hoy,
como ayer, doblados están
descifrando la letra
y el sentido
para que Dios, el Señor se haga papel.
Cuando me miran
no me ven
porque traigo
los rostros de los hombres.
Hoy,
como ayer, me atrapan y golpean
y encima de maderas
me azotan y me acuestan,
me clavan y me cuelgan.
Hoy,
como ayer, me doblan y me guardan,
me esconden en la piedra
sellando las entradas.
Cuando me miran no me ven,
pero estoy siempre aquí.
Traigo en mi rostro de Dios
todos los rostros dolientes de los hombres.
César I. Actis Brú
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