jueves, 17 de julio de 2008

"Terrorismo, Irán y Venezuela "




Por Sadio Garavini Di Turno



El fiscal especial que investiga el atentado contra la asociación judía AMIA de Buenos Aires, que en 1994 provocó la muerte de 85 personas, incluyendo ancianos, mujeres y niños, acusó formalmente al gobierno de Irán por el ataque y señaló al movimiento shiita libanés Hezbollah, como la organización encargada de ejecutarlo.


La Fiscalía Argentina afirma tener las pruebas de que el atentado fue decidido, en agosto de 1993, por las más altas autoridades del gobierno iraní y pidió la captura internacional de ocho ex altos funcionarios y diplomáticos iranianos, entre ellos al presidente de la república, para ese entonces, Alí Akbar Rafsanjani.


Es imposible minimizar la extrema gravedad del asunto. Un gobierno de un Estado miembro de la ONU planificó un acto terrorista en un Estado amigo, dando las instrucciones para su ejecución a un partido-milicia de otro Estado, que además forma parte del actual gobierno libanés.


Quedaría así demostrado definitivamente el carácter terrorista de Hezbollah. En efecto, para que un acto de violencia pueda ser definido como terrorista debe ser planificadamente indiscriminado.



Hay terrorismo cuando el objetivo evidente de la violencia es la muerte de civiles inocentes. No hay terrorismo cuando, por ejemplo, en un ataque a un cuartel, se producen víctimas civiles no planificadas. Los atentados de Hezbollah de los años 80 en contra de los cuarteles militares norteamericanos y franceses en Beirut son actos de guerra "asimétrica", el atentado contra la AMIA es un evidente acto terrorista.


La gravedad de la situación no es cosa del pasado, el actual presidente de Irán ha afirmado, en múltiples ocasiones, no solo que el holocausto judío es básicamente un montaje, sino que Israel debe desaparecer del mapa.


Irán además, en contra de los compromisos adquiridos en el Tratado de No Proliferación Nuclear y en contra de la opinión de todos los Estados miembros de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), salvo Cuba, Siria y Venezuela, está avanzando en el desarrollo de tecnología nuclear que, como han demostrado los inspectores de la AIEA, solo tiene sentido si se quiere obtener el arma atómica.


Venezuela mantiene una alianza "estratégica" con Irán y, por boca de su Presidente, ha afirmado que, en el caso de un ataque contra Irán, correrá sangre venezolana.


La megalomanía del caudillo y su ceguera ideológica, que le impide pensar correctamente, están conduciendo a Venezuela por un camino guerrerista sumamente peligroso e innecesario.


Publicado por Gabriel Gasave el 31 de octubre de 2006

2 comentarios:

Telma dijo...

Qué preocupante es el fanatismo en líderes políticos, en cualquiera de sus escalas.
"Recordemos a las víctimas de la AMIA"
Un placer pasar por este blog. Saludos

Martina Soto Kohler dijo...

Para sabina Feikind,
lei su testimonio, y lo primero que se me ocurre decirle, que fuerza tuvo para vivir! Creo que nacio destinada a la vida. Creo que este testimonio es muy importante, de un lado pienso que fuerte o no una persona debe hacer una elaboracion de tantos duelos! Y contar lo que paso es parte del duelo, compartir el terror tambien ayuda a vivir con ese pasado. Ademas para seguir viviendo seguramente es tambien importante repetir una y otra vez esa trayectoria al lado de la muerte. Algo que me parece muy importante es dejar estas historias para las generaciones futuras, incluso para los que nacimos después de la guerra. La violencia inhumana que fué el terror nazi, tiene que conocerse, no solo por simple conocimiento intelectual, sino sobre todo para decirle a la humanidad entera que no estamos de acuerdo con la muerte, la violencia, los asesinatos, eso no se puede banalizar, hay que denunciarlo hasta el cansancio. Evidentemente hubo mucha perversion en el pueblo aleman de esa época, dirijidos por un criminal muy astuto, muy demagogico.Yo vivo en Suiza y soy escritora, me da ganas de traducirte al francés y a otros idiomas que hablo para publicar en Europa tu testimonio. Aqui lamentablemente los ninos y los jovenes escuchan hablar del nazismo como algo "de otro planeta". Ademas los alemanes no tienen ganas de ser jusgados y prefiren "poner tierra arriba" de esa historia, y dicen "eso ya paso, punto". Yo pienso que es una actitud poco inteligente, la historia no se entierra.
Asi es sabina, preguntale a José Pivin mi mail, el te lo puede dar y si querés decime que te parece mi proposicion.
Un abrazo
Martina Soto-Kohler