“La noche del apagón”
Denuncian que el capitán Jones Tamayo azotaba a los presos con látigo de acero.
DyN
Un sobreviviente de la última dictadura en Jujuy
denunció hoy que un militar prófugo de la Justicia federal torturaba a
los presos políticos “con látigo” y reveló que durante una de sus
estancias en una cárcel le sacaban la Biblia que leía porque era
considerado “material subversivo”.
Así lo dijo hoy, en el juicio por crímenes de lesa
humanidad que se sustancia en esta capital, Raúl Ramón Bartoletti, un
psicólogo que estuvo prisionero en el centro clandestino de detención de
la localidad de Guerrero.
Bartoletti identificó al capitán Juan Carlos Jones
Tamayo, quien era jefe de inteligencia del Area 323 y tiene pedido de
captura, como el responsable de las detenciones, torturas, vejámenes,
ultrajes y desapariciones en ese lugar.
El gobierno nacional ofrece una recompensa de 100 mil
pesos por entregar datos y otros elementos que ayuden a la Justicia
federal a apresar al acusado, lleva varios años prófugo. Bartoletti fue
detenido en la “Noche del Apagón”, entre el 20 y 27 de julio de 1976;
pasó por una comisaría y fue llevado directamente hacia el centro
clandestino de Guerrero junto a otras personas, luego al penal de Villa
Gorriti y fue liberado en la unidad carcelaria de La Plata.
El sobreviviente contó que Jones Tamayo, cuando los
detenidos eran alojados en Guerrero, preguntó quién era Johnny Vargas
Orozco, y éste le contesto que era él, que al igual que los otros
secuestrados en forma ilegal estaba esposado y con los ojos vendados.
Entonces el militar, contó, comenzó a golpearlo con
un “látigo de hilos de acero”, a la vez que le decía “así se recibe
aquí”. Bartoletti resaltó que “le debo la vida a Johnny porque lo
detuvieron para que me acusara declarando contra mí, y eso no lo hizo”, y
me relató que “me hicieron bolsa”.
Dijo que cuando los subieron al avión para
trasladarlos al penal de La Plata “fuimos engrillados al piso del avión,
nos golpearon y nos humillaron y cuando llegamos a la cárcel, nos
hicieron el ‘pasillo de la muerte’, dos filas de militares y los presos
tienen que pasar corriendo por el medio, para evitar ser golpeados”.
Bartoletti dijo que pasó por ese “corredor de golpes,
patadas y puntapiés” con el ex intendente de Libertador San Martín,
Luis Aredez, ingresando ambos a la misma celda, tras recibir trompadas y
patadas de los carceleros.
De su estadía con Aredez en la celda platense recordó
que había asumido con él un “gesto paternal” y una “actitud
espiritual”, compartiendo lecturas de la Biblia, que era secuestrada en
las requisas porque era considerada “material subversivo”.
También declaró Rosalía Toconas, hija de Juan
Toconas, un detenido-desaparecido de la causa, quien confesó que “mi
padre me salvó la vida cuando era secuestrado porque yo lloraba, era
chica, tenía tres años y los policías que se lo llevaban le dijeron que
me haga callar o me mataban”.
La joven no aguantó y estalló en llantos al recordar
el hecho y dijo que esa fue la última vez que “vi a mi papá”. Relató que
“mi abuelo, Teodoro Toconas, me contó que lo sacaron a mi papá del
campo y yo estaba en sus brazos”.Dijo que años después le contaron que
la orden de detención del padre fue dada a la policía por otro acusado
en este proceso.
Otro sobreviviente que declaró hoy fue Gerónimo
Lamas, que fue detenido en la localidad quebradeña de Volcán y llevado a
la comisaría de Tumbaya.
Aclaró que cuando era interrogado en la cárcel de
Gorriti por su arresto dijo: “Estoy detenido de upa”. El militar que lo
interrogaba era el procesado José Eduardo Bulgheroni.
fuente: publicado en el Diario EL LITORAL
DE SANTA FE, 20 de Octubre 2012
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