miércoles, 13 de febrero de 2013

RENUNCIO BENEDICTO XVI:" El Papa aburrido", por Pedro Javier Cobo Pulido

 Written by CNN /
 DespertarDominicano.com 

foto: no es de las más actuales. De Internet    
































Esta foto es del día de su Renuncia.
http://cnnespanol.cnn.com/ 


Sí, esa es la imagen que da. O por lo menos a mí me la da. Es torpe, muy torpe moviéndose ante las cámaras. Tiene una sonrisa tímida nada atractiva y cuando se acerca a los niños no parece tener ni idea de lo que es un "pequeñajo".
 
Su voz es atiplada y monótona. No practicó ningún deporte y se manejaba mal en los escenarios preparados para las jornadas multitudinarias de los fieles. En fin, estuvimos durante ocho años ante la antítesis de Juan Pablo II.

Para colmo –lo critican- no supo o no quiso llegar al fondo en el tema de la pederastia (incluso algunos sugieren que las autoridades deberían encausarlo como encubridor); levantó la excomunión a los reaccionarios obispos lefevrianos (incluso a uno que aseguró que el Holocausto no fue tan brutal); quiso darle impulso a la misa en latín, afirmó que el condón agrava la extensión del sida.

Y, por si fuera poco, tuvo poca delicadeza en su discurso de Ratisbona y molestó gravemente a los musulmanes, con el resultado de varias quemas de iglesias e, incluso, alguna monja asesinada por musulmanes. En fin, este pobre papa ha sido –para muchos en los medios de comunicación- un verdadero desastre y por eso un grupo de feministas se ponen en top-less ante Notre Dame para celebrar el augusto acontecimiento de la dimisión del papa.

Siguiendo esa lógica, si el Papa no hubiera dimitido por sí mismo –nadie más puede hacerlo- habría que haber hecho una campaña mundial entre los católicos para obligarle a hacerlo. Quizá sí, pero si tratamos a la Iglesia como una corporación más, habría que hacer un análisis un poco más profundo.

Los números no le salieron tan mal. Los sacerdotes aumentaron durante su pontificado desde 405.450 a 412.236; y los seminaristas de 112.643 en 2005, aumentaron en un 5% al día de hoy; el número de católicos ha pasado de 1.086 en el 2003 a 1.181 millones, según datos del Anuario Pontificio. Así que podemos decir que como gerente de esa enorme empresa, a Benedicto XVI no le ha ido tan mal, y es de suponer que los "accionistas" deberían estar contentos con esa gestión (¿será por eso por lo que les molesta tanto a algunos?).

Pero creo que el enorme mérito de este hombre sencillo, que nació en un pueblito de Baviera y que quiso pasar sus días escribiendo, dictando clases y tocando el piano, es haber acabado siendo el hombre que ha asentado las bases filosóficas y teológicas de los siguientes siglos. Ratzinger fue antes y durante el concilio un teólogo de avanzada; rompió esquemas, tuvo problemas para defender su tesis doctoral por ser demasiado atrevida; participó en la revista Concilium, era amigo de los grandes teólogos que reformaron la teología católica; pero a diferencia de muchos de ellos no traspasó la línea de la tradición: la renovó.
Su estilo es profundo, muy profundo, pero también muy claro. Cualquier universitario con cierta cultura filosófica lo puede entender. No es un reaccionario. Conoce a fondo la cultura moderna y la posmoderna. Elige lo mejor de cada una: cita lo mismo a Marx que a Freud, a Adorno que a Radakrisnan. Cada uno de sus libros es un bocatto di cardinale para el intelecto; cuando acabas uno es como si hubieras leído a Harry Potter: esperas el siguiente (en eso sí que le ganó a Juan Pablo, el gran polaco era más que aburrido escribiendo).

Muchos vaticinan la crisis de la posmodernidad, del pensiero devole, del relativismo a ultranza. Pero es muy posible que con el desmoronamiento de la posmodernidad llegue el fundamentalismo –me temo que tenemos muchos y muy tristes ejemplos-.

El pensamiento de Ratzinger es un buen camino para salir de Escila y no caer en Caribdis. Es un gran defensor de la razón, pero de una razón crítica al estilo popperiano: una razón que sabe que no puede conocer todo; de una razón que le da cabida al corazón y a los sentimientos en la relación con los hombres y con Dios. Una razón que sabe que hay muchas cosas que son relativas; pero una razón que también sabe que no se puede ser violento en nombre de Dios como dejó muy claro en su discurso de Ratisbona; de una razón que sabe que los derechos humanos no pueden ser sometidos a la mayoría –como joven en la Alemania hitleriana sabe muy bien que las mayorías muchas veces se equivocan-.

Es cierto, muchos medios de comunicación lo han denostado, lo han criticado y vilipendiado. Los que lo han leído con pausas y sin prejuicios (incluyendo ateos y agnósticos -Marcello Pera, Vargas Llosa..) no pueden más que quitarse el sombrero ante un hombre que, quizás sea aburrido para una cultura de la rapidez y de la superficialidad, pero que es apasionante en su profundidad, claridad, sencillez y humildad.

Sin lugar a dudas hemos perdido un gran Papa; ojalá no un gran intelectual. Espero que siga deleitándonos con sus escritos, aunque, conociendo su humildad, es posible que no vuelva a escribir para no hacer sombra al siguiente.


Nota del editor: Pedro Javier Cobo Pulido es Profesor de Estudios Internacionales y Estudios generales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y analista de temas sobre Medio Oriente. Actualmente tiene en imprenta el libro "Theodor Herzl. El origen del Estado de Israel".

Miercoles, 13 de Febrero 2013 02:26  

fuente:http://www.despertardominicano.com/noticias/latinoamerica/7705-opinion-el-papa-aburrido



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Benedicto XVI ratificó su decisión y ya tiene casa: Mater Ecclesiae

Una ovación recibió a Benedicto XVI en su penúltima audiencia general. El aula Pablo VI estaba abarrotada de 7.000 fieles, mientras muchos peregrinos seguían la ceremonia desde la plaza de San Pedro y otros, en todo el mundo, en 'streaming' a través del webcast de News.va/, la página vaticana. El Papa saliente dijo: "Queridos hermanos y hermanas, como sabéis, he decidido renunciar al ministerio que el Señor me confió el 19 de abril del 2005. Lo he hecho con plena libertad, para el bien de la Iglesia después de haber rezado largamente, y de examinar delante de Dios mi consciencia, bien consciente de la gravedad de la decisión".
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En tono de despedida, Benedicto XVI dijo: "Doy las gracias a todos por el amor y la oración con que me habéis acompañado. He sentido casi físicamente en estos días, para mí difíciles, la fuerza de la oración y el amor de la Iglesia. Continuad rezando por mí, por la Iglesia y por el futuro Papa. El Señor nos guiará".


El Papa aparecía cansado, tal como ha sido frecuente en los últimos meses, y quizá más serio de la habitual.


"Queridos hermanos y hermanas, como saben, he decidido renunciar al ministerio que el Señor me confió el 19 de abril de 2005. Lo he hecho en plena libertad por el bien de la Iglesia, tras haber orado largamente y examinar mi conciencia ante Dios", precisó Benedicto XVI. "Y soy consciente de la importancia del hecho, pero también de no ser capaz de llevar a cabo el ministerio petrino con la fuerza física y el espíritu que lo requiere", sentenció durante su tradicional audiencia de los miércoles.


Después de las palabras sobre su renuncia, Benedicto XVI pasó a comentar el significado del miércoles de Ceniza, en el que "iniciamos el tiempo litúrgico de la Cuaresma,40 días que nos preparan a la celebración de la Santa Pascua. Es un tiempo de particular esfuerzo en nuestro camino espiritual. Cuarenta días es el período que Jesús pasó en el desierto antes de iniciar su vida pública, y donde fue tentado por el diablo".


El Papa añadió que "reflexionar sobre las tentaciones de Jesús en el desierto es una invitación a responder a la pregunta fundamental: ¿Qué es lo importante en la vida?", y a descubrir que "solamente 'perdiendo' la vida por su causa la podemos ganar".


La nueva casa


Ya se sabe dónde vivirá Joseph Ratzinger en su retiro: el convento Mater Ecclesiae, edificio de 4 plantas en los Jardines Vaticanos, antaño la casa de los jesuitas que trabajan en Radio Vaticana.


No puede ignorarse que la cercanía entre quien será el Papa ejercicio y el Papa emérito provoca muchas especulaciones, no todas benignas, considerando lo que ha vivido recientemente el Estado pontificio... 


La parte antigua del edificio consta de 4 plantas muy luminosas. En las 2 últimas hay 12 habitaciones, mientras que en la planta baja está la cocina y el comedor. Una sala de usos múltiples y una lavandería en el semisótano completan las dependencias de la casa.


Rodeado de jardines, las vistas del edificio son espectaculares. Desde la azotea se puede contemplar la ciudad de Roma y la cúpula de San Pedro, "Es un lugar muy agradable para vivir", según quien conoce el lugar.


En 1992 Juan Pablo II decidió convertirlo en un monasterio para que residieran allí por periodos de 5 años diversas órdenes religiosas de vida contemplativa y pudieran rezar por las intenciones del Papa.


La Orden de la Visitación de Santa María, conocidas como "las salesas", fueron las religiosas más recientes en pasar por el convento. Ellas regresaron a España a mediados de octubre de 2012 y desde entonces el edificio ha permanecido cerrado por obras. Cuando Benedicto XVI se instale allí después de pasar un periodo de tiempo en Castel Gandolfo dejará de ser un monasterio para convertirse otra vez en una residencia privada. 


A diferencia del Palacio Apostólico, el convento —construido en piedra y ladrillo— es mucho más pequeño y austero. No hay decoración, salvo una vidriera con los escudos de varias órdenes monacales en la capilla, que se encuentra en la parte nueva del edificio, junto a la biblioteca y el coro. "Todo es muy sencillo, incluso hay partes en que el suelo está desnivelado", explicó la monja María Begoña, una de las siete monjas "salesas" que vivieron en Mater Ecclessiae.


Durante los tres años que duró la estancia de las "salesas" en Mater Ecclesiae, las hermanas no solo se dedicaron a rezar por el Papa y sus colaboradores, también le arreglaban sus sotanas, y de vez en cuando le llevaban "tartas de manzana y de chocolate", que son las que más le gustan a Benedicto XVI. 


2 veces a la semana también enviaban al Palacio Apostólico las frutas y verduras que recogían en el pequeño huerto que hay junto al convento.
fuente: urgente24.com

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