MIGUEL ÁNGEL REVILLA O EL
DEBER CUMPLIDO
RELATA
SUS EXPERIENCIAS EN “NADIE ES MÁS QUE NADIE” (ESPASA, 2012) 250 págs.
por Manuel
Quiroga Clérigo.
Muchas
veces nos preguntamos que hay
detrás de la fachada, amable o enojada,
de los
políticos. Y pocas veces nos
contestan ellos mismos. Ahí tenemos
el hermetismo
de José María Aznar, la
callada astucia de Alfonso Guerra o la
inquina hacia todo lo español
de Artur Mas o José
Montilla e incluso
Carme Chacón que, en un momento dado,
quiso demostrar todo lo contrario..
Por
eso es muy de agradecer que un político, aún en activo aunque en segundo plano
como él mismo reconoce, nos habla de su experiencia en el servicio a los
ciudadanos. Y ahí empieza la satisfacción para el lector, sea votante de Miguel
Ángel Revilla o desconozca su curioso bigotito y sus discursos amenos y
lúcidos.
Así
que empezamos este comentario. Dice el líder del Partido Regionalista de
Cantabria que ha sido al pasar a ese segundo plano como político en la
oposición cuando, a instancias de la editora de Espasa Ana Rosa Semprúm, se
decidíó a escribir un libro y contar en estas 250 páginas sus experiencias, su
vida de hombre modesto y su visión del mundo que nos queda, bastante malherido
gracias a los malhechores de la economía y la política, a los cuales no parte
un rayo ni se lleva por delante ninguna crisis. Ni siquiera tenemosw la
satisfacción de ver entre rejas a quienes nos han robado nuestros ahorros, han
conducido a nuestros hijos al desempleo y siguen cobrando cientos de miles de
euros por su execrable pasado, digamos, laboral.
Bueno,
pues eso: que de muchachito espabilado que un día vio como un lobo desbarataba
todo su rebaño en su pueblo, en Salceda (Polaciones) un lugar que contaba en
1943 con ciento cincuenta habitantes y hoy con tan solo uno pero que, en las
laderas de Peña Labra, fue un edén para el adolescente que llegaría a ser
Presidente de su Comunidad Autónoma que él mismo ayudó a crear, dándole la
personalidad que su pertenencia a Castilla La Vieja le había negado, al menos
durante el franquismo. Total, Revilla nos responde a una pregunta que deja en
la penúltima página de su libro: “¿Cómo ha sido posible que habiendo nacido
donde nací, sin ser militante del PP, ni del PSOE, haya llegado a ser
presidente de Cantabria?” y lo responde con la misma sencillez que habla con la
gente cuando acude a los actos de su partido o cuando va a ver a quienes juegan
a los bolos.
Veamos los apartados de este interesante documento, que puede gustar conocer incluso a
quienes no interesa la política o no vivan en Cantabria. Ya en el pórtico del
libro dice su autor: “El propósito que espero haber conseguido con este libro
es quitar boato y oropel a personas que gozan de poder y de teórico prestigio y
popularidad. Al final, nadie es más que nadie”. Efectivamente, algunos pensamos que un
político o un capitalista o un famoso por cualquier motivo no son más que un
desempleado. Generalmente son menos, pues el boato con el que se adornan estos
personajes suelen ocultar su sentido común, su egoismo y su prepotencia. Lo grave
es que todavía la Fiscalía General del Estado o el Tribunal de Cuentas no
suelen tomar cartas en el asunto. Por ello apenas un escaso tanto por ciento de
estos personajes acaban en los tribunales o son investigados en su patrimonio.
Bueno, ese es uno de los temas de que habla Miguel Ángel Revilla pero no el
principal.
Vale:
el autor nos habla de su infancia, su tierra, sus sueños. Pasamos por el tema
del lobo desbarando el rebaño y de aquel detalle de Revilla comiendo su primer
plátano a los diez años mientras el superhombre Hormaechea, que anda quejándose
porque le quieren rebajar o quitar su pensión, ya tomaba batidos de leche en su
tierna infancia. A los once años el niño de Polaciones se traslada a la capital
con su familia, estudia en los Salesianos, con el episodio en el instituto por
favorecer a su hermano Jaime,se traslada a Bilbao para cursar la carrera de
Económicas con la ayuda mensual paterna de quinientas pesetas y su relación, a
través del SEU, con Xabi Echevarrieta Ortiz, fundador de ETA. Después están
esos mil oficios para ganarse la vida y, al fin o al principio, la llegada a la
política, trás pasar por la dirección de un banco y ser profesor de Economía
Aplicada en la Universidad de Cantabria. Es curioso admitir que tiene pocos
enfrentamientos con la religión salvo de
la aquel cura levantismo que se pone delante del Parlamento de Cantabria para
reclamarle sus sueldos de diputado con un burro y un cartel. Sagaz es el
abogado que escoge Revilla para demostrar que ha pagado lo que le reclama el
cura pendenciero. Mas agradables son sus referencias a Asturias y su gente,
Comunidad por la demuestra grandes simpatias bastante menos que a determinados
habitantes de los territorios de más allá de Castro Urdiales, por ejemplo.
Revilla
va contando su vida con paciencia, utilizando agradables metáforas y datos
reales en torno a hechos y personajes
que han jalonado su paso por la política. Es curioso que apenas hable de temas
de faldas, salvo cuando le preguntan cuando perdió la virginidad y él confiesa
la veradad. La honradez cobra fuerza en algunos de los apartados del libro, por
ejemplo cuando el director de Sniace pide en 1971 su firma para despedir a un
trabajo, tíldandole de comunista, o en 1987 cuando un amigo pide su
colaboración para conseguir un contrato millonario, lo cual supondría una buena
propina para el propio Revilla. No suele ser ese el modo de actuar de otros
políticos, ahí tenemos a la bella Múnar, al farsante Matas, a Fabra el del
monumento en el desierto aeropuerto de Castellón, el grotesco Roca señor de
Marbella, los hermanos Guerra y su chiringuito sevillano de recomendaciones.
Otros personajes tienen actuaciones que sin comportar llenarse los bolsillos
hacen parecer a sus protagonistas unos tontos útiles que no benefician demasiado
a la humanidad, por ejemplo el señor Aznar fotografiándose en las Azores con
Bush, Blair y Barroso para iniciar una guerra ilegal, Sancho Rof cuando decía
que el bichito que provocó muertes y más muertes hace treinta y tantos años se
moría al caer al suelo mientras seguía vendiéndose el aceite de colza asesino
en los mercadillos de toda España.. No suele dar Revilla tantos nombres pero sí
habla de lo que se podría hacer en el futuro no sólo para salir de la crisis,
también para reinventar un mundo desquiciado donde sólo los capitalistas pueden
sonreír cada mañana. El autor del libro sigue siendo Director del Banco
Atlántico en Torrelavega y en 1975 comienza a ver la política como algo que
puede cambiar, de muchas maneras, lo que él llama su tierra. Lo primero, a la
muerte del dictador, fue luchar por conseguir la autonomía provincial, a través
de la Asociaciòn para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), lo cual
vio refrendado por el rey el 30 de
diciembre d 1981 dos años después de la histórica primera votación en Cabezón
de la Sal para lograrlo. Comenta con soltura como llegó a Vicepresidente cuando
su partido forma coalición con el PP en 1995 y como en 2003 con sólo 8
diputados es llamado por Zapatero para apoyarle como Presidente de Cantabria, cargo
que tuvo dos legislaturas. Certeras son
sus opiniones sobre ZP, que tuvo una entrada triunfal en el gobierno de España
y una salida algo oscura aunque tenga asegurado su futuro con ingresos tal vez
excesivos o inmerecidos, y sobre Rajoy, conocido como el “Niño del Prestige”, y
sus acometidas trás obtener el parabién de millones de ciudadanos, a quienes se
permite engañar, haciendo todo lo contrario de lo que prometió en sus discursos
como partido emergente. No sabe el político gallego que los españoles le han
votado para que resuelva sus problemas no para que los empeore a corto plazo y
achicharre a impuestos a los ciudadanos mientras compañías como la Telefónica
deja de abonar dividendos a sus modestos accionistas, con la excusa de que solo
ha ganado más de dos millones de euros, mientras que renueva el contrato a un
ejecutivo alto (de altura) de Washington por unas cifras millonarios aun cuando
se encuentre en el banquillo de los acusados por múltiples estafas. Por cierto
que Revilla es muy crítico con las jujbilaciones millonarias, él que al parecer
ha renunciado a la suya, de políticos como Aznar o el propio Felipe González,
que siempre nos pareció ejemplo de honradez, quienes perciben en sus cuentas
corrientes unos cien mil euros por el simple hecho de haber sido presidentes
del gobierno y otros importantes emolumentos por su participación en sociedades
diversas, como conferenciantes y, en el caso Aznar, hasta como profesor en
universidades norteamericanas con su inglés macarrónico. En países como Finlandia
y Rumanía han juzgado a sus presidentes o expresidentes acusándoles de mala
gestión en su gobierno y el diputado/cantante Labordeta ya advirtió que Aznar
estaba llevando el agua que necesitaban los Monegros para salir de su sed de
siglos a las cosas de levante para construir millones de viviendas que, según
el entonces presidente popular, comprarían rápidamente los alemanes y las
gentes del norte y que, en gran parte, ha dado lugar a que millones de nuestros
hijos sigan desempleados pese a sus titulaciones universitarias, másteres, etc.
Punto
y aparte. En un libro serio como éste, aunque abunden las metáforas y las
referencias personales jocosas y amables, tal vez sobren algunos capítulos como
el tema de su afición a fumar habanos, aunque aconseja a los demás que no
fumen, y la referencia inútil al comportamiento del hoy Presidente cántabro
que, efectivamente, pecó también de colegial inutilmente malvado al andar
pisoteando los puros que Revilla andaba escondiendo antes de entrar en el
Parlamento, o sus opiniones sobre José Blanco, a quien el personal ya conoce de
sobra por sus artimañas como ministro, aunque en este caso la justificación
para mencionar las actitudes apolíticas del socialista lucense es el dolor que
produce un engaño tan grave como es prometer una obra pública, en concreto el
AVE Palencia-Santander y suspender el inicio de las obras en el último momento.
Deja siempre en buen lugar al Rey, e incluso al Príncipe pese a algún olvido, y
da muy buenas referencias de Emilio Botín, como excelente persona, buen
cántabro y banquero muy preocupado por favorecer aquellas obras que beneficien
a la comunidad, como la reproducción de la Cueva de Altamira, la creación en
Comillas del Centro Internacional de Estudios Superiores del Español, aunque no
se resiste a mostrar su cara más humana, como es cuando le acompaña a ciertos
actos o desea conocer su pueblo donde la cuenta como un zorro diezmó el
gallinero y a consecuencia de ello se hincharon a carne carne de gallina pero
también de zorro. “¡Lo del zorro es muy fuerte Revilla!”, recordaba Botín de
vez en cuando.
Al final Revilla da un tirón de orejas a Botín, ya lo verán.
Curioso el capítulo en que nos habla de los apuros que pasó el propio autor del
libro cuando, habiendo invitado a comer con su esposa e hijas al Presidente del
Senado Javier Rojo en el Restaurante La Trainera de Pedreña, recordó que su
propietario tiene a gala mantener en la pared los retratos del protomartir de
la Cruzada José Antonio Primo de Rivera y del lider del levantamiento criminal,
Francisco Franco, y es divertido y curioso ver como la esposa de Revilla
resolvió el problema. Pero esto es algo a lo que estamos acostumbrados. Todavia
existen estatuas por ahí de Franco a caballo, la de Santander se retiró hace
unos años, aunque no haya ninguna de Hitler en Alemania o de Petain en Francia,
pero sí incesantes alabanzas a Hiro-Hito en Japón, que mandó ocupar y masacrar
varios países del Sudeste asiático, entre ellos Filipinas, o a Harry Truman que
causó miles y miles de víctimas en Hiroshima y Nagasaki con la razonable excusa
de terminar una guerra o del propio Augusto Pinochet en Chile, con un sesenta y
cinco por ciento de votantes en las últimas elecciones de aquel país, que
dieron la victoria a Sebastián Piñera, entusiasta seguidor del pinochetismo que
tuvo cargos de importancia en la época asesina del general malvado, aunque esté
llevando a cabo una política progresista y de reconciliación nacional. Pero la
vida es así.”Todo pasa y todo queda”, decía Machado.
Se
habla en el libro de las obras que llevó a cabo Revilla siendo Presidente, como
organizó las cosas para ayudar a una monja misionera que trata de llevar el
agua a un poblado de Mali, en el desierto de Segé, para lo cual cede en
subasta, igual que otras personas otras cosas, el chaqué con que asistió a la
boda de Letiziz Ortiz y Felipe de Borbón, o de como se preocupó de cuidar los
accesos a determinadas zonas de Cantabria o hacer patria en el programa de
Buenafuente con esa propaganda sibilina del Banco de Santander o alabar la
actitud de David Bustamante en favor de su tierra.No refiere temas oidos en sus
discursos o charlas, como aquel de que mandó construir un puente porque un niño
tenía que cruzar todos los días un río para ir al colegio o su orgullo de ver
en pueblos como Comillas o de Valderrible con alcaldes de su partido. Sí
recuerda su aficiòn a la pesca o como actuó cuando le impusieron llevar escolta
por estar amenazado por el terrorismo etarra. A muchos interesarán sus
comentarios sobre el fútbol, con su Racing por delante, e incluso la
intercesión de Santo Toribio de Liébana para lograr la permanencia en Primera
División frente al Osasuna; a otros más recordar el descrédito de la justicia
cuando un acto vil que tuvo lugar en Castro Urdiales queda sin castigo.
Es curioso
ver el comportamiento de ciertos ciudadanos, como el caso de los votos de
Cieza, o saber que Miguel Ángel Revilla también es humano y padece del riñón o
los apuros que pasaron él mismo y Manuel Chaves en la boda real aludida y la
respuesta a Maragall recordándole su españolidad a ultranza. Algunas
confidencias son nuevas para algunos, como el saber que en su momento una de
las personas con mayor influencia en el gobierno de Zapatero era Miguel
Barroso, no el de don Algodón sino el marido de tan convencida españolista como
es Carme Chacón.
Con
todo ello Revilla no sólo nos deja gran parte de su biografía, con entrañables
fotos incluidas, sino que habla de los últimos tiempos de Cantabria y descubre
temas como su simpatía por los taxistas, que es recíproca, su capacidad de
trabajo, su sencillez a la hora de hablar con la gente incluso por la calle y
el buen entendimiento con su esposa y algunos colaboradores. Habla clara cuando
le preguntan por ejemplo por su iniciación sexual o sus sencillas costumbres de
comer los domingos en familia en Noja o Pedreña.
Pero
si algunos capítulos merecen el mejor aplauso, donde además se traslucen sus
conocimientos de economista interesado en los problemas sociales, son los dos últimos donde habla de la crisis,
nacida del ladrillo y de la mala administración. Da consejos a los políticos y
a los ciudadanos y lo hace con buenas bases, pues cita a interesantes
economistas como Keynes, Schumpeter, clásicos en las facultades universitarias,
aunque se refiere a Alan Greenspan con escasa simpatía. Los resultados de
atender sus consejos o indicaciones, tanto ciudadanos como políticos,
seguramente sean beneficiosos no sólo para Cantabria sino para España y para el
mundo, incluida Europa.
Este
libro es útil para los seguidores enfervorecidos de Miguel Ángel Revilla, que
los tiene y muchos, pero también para quienes sepan ver en su relato un
ejercicio de sinceridad y un modelo de trabajo y responsabilidad. Leerlo no
perjudicará a casi nadie.
Manuel
Quiroga Clérigo.
San
Vicente de la Barquera (Cantabria), 4 de agosto de 2012.
Manuel Quiroga Clérigo.
(Madrid, 1945).
Licenciado en Psicología Social, Estudios de Derecho ( U.C. de Madrid).
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología (Universidad Complutense de Madrid).
Tesis Doctoral: LA CRITICA LITERARIA COMO FENÓMENO SOCIOLÓGICO).
Crítico literario y de cine, narrador, autor dramático. Poeta.
Ha participado en Congresos, Simposios y Encuentros en todo el mundo.
Conferenciante, prologuista e invitado en seminarios, cursos de poesía, literatura y de ciencias sociales.
Fundador del Grupo Poético “Enero” (Madrid, 1969).
Consejero de la ASOCIACIÓN COLEGIAL ESCRITORES.
Miembro de:C.E.D.R.O.,
(Madrid, 1945).
Licenciado en Psicología Social, Estudios de Derecho ( U.C. de Madrid).
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología (Universidad Complutense de Madrid).
Tesis Doctoral: LA CRITICA LITERARIA COMO FENÓMENO SOCIOLÓGICO).
Crítico literario y de cine, narrador, autor dramático. Poeta.
Ha participado en Congresos, Simposios y Encuentros en todo el mundo.
Conferenciante, prologuista e invitado en seminarios, cursos de poesía, literatura y de ciencias sociales.
Fundador del Grupo Poético “Enero” (Madrid, 1969).
Consejero de la ASOCIACIÓN COLEGIAL ESCRITORES.
Miembro de:C.E.D.R.O.,
ASOCIACIÓN ANDALUZA DE CRITICOS LITERARIOS (CRÍTICOS DEL SUR),
COLEGIO NACIONAL DE DOCTORES Y LICENCIADOS EN CC.PP Y SOCIOLOGIA,
ASOCIACIÓN CASTELLANO-MANCHEGA DE SOCIOLOGÍA,
ACADEMIA CERVANTINA DE GUANAJUATO (MÉXICO),
S.G.A.E.,
PEN CLUB DE ESPAÑA.
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