“En los últimos años el carácter de Luciano había empeorado, así como sus elecciones musicales”, aseguró Magiera en el libro titulado “Pavarotti visto da vicino” (Pavarotti visto de cerca), en el que cuenta su recorrido profesional.
El libro fue publicado ayer en Italia por el director de orquesta Leone Magiera, quien acompañó al cantante durante toda su carrera.
Magiera agrega en el epílogo que incluso para él, que lo acompañó desde su debut, se le hizo difícil dirigirle: “Sus olvidos se multiplicaban y se me hacía más problemático acompañarlo”, expresó.
Magiera señala que Pavarotti “se dio cuenta de sus problemas” y “comenzó a espaciar los conciertos para dedicarse a enseñar”.
Según el director de orquesta, el tenor “se acercaba la última etapa” de su vida.
“A pesar de los dolores cada vez más punzantes que sufría —probablemente aviso de la enfermedad que lo llevó a la tumba— y que estaba obligado a moverse en una silla de ruedas, participó en el espectáculo de inauguración de los Juegos Olímpicos de Turín”, se lee en el libro.
“Creyeron que era una retransmisión en directo, pero en realidad fue muy diferente”, dijo el director de orquesta.
Magiera narra cómo grabó con la orquesta el aria “Nessun dorma” del acto final de Turandot, de Giacomo Puccini, con ayuda de los técnicos de la RAI, y después se llevó lo registrado a un estudio de Modena.
Pavarotti cantó con una voz que el maestro define como “casi intacta” y que le hizo sentir “escalofríos”.
fuente: Efe cultura@laprensa.com.sv
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SAN SALVADOR - EL SALVADOR
9 DE ABRIL DE 2008
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