martes, 21 de diciembre de 2010

Jorge Luis Borges, poeta y escritor de Buenos Aires y Universal



Borges y algunas de sus admiradoras


BORGES

Por Nélida Duarte

La periodista Nélida Duarte ha querido compartir algunos comentarios sobre Jorge Luis Borge

[Por Nélida Duarte P/SEPA-Diario El Peso]

A pesar de la fama de escritor extranjerizante

que el peronismo y buena parte de la

izquierda argentina, quisieron labrarle a

Borges, pienso que éste genial escritor

responde al arquetipo de la argentinidad.

Muchas de las ideas y figuras que cristalizan

en el inconsciente colectivo argentino se

hallan presentes en la obra de Borges.





Borges y el barrio:

Borges vivió casi siempre en Barrio Norte,
pero tuvo
como vecino a Evaristo Carriego.

Este poeta se dedicó a pintar los barrios porteños en las décadas del 20 y del 30. Era vecino y amigo de los Borges. Su poesía es la del suburbio, la del obrero de lucha por sobrevivir, la de la vecina soltera, ya sin esperanza ni consuelo. La costurerita es una de sus más conocidas poesías "La Costurerita que dio aquel mal paso y lo peor de todo sin necesidad, con el sinvergüenza que no le hizo caso, después... según dicen en la vecindad". La huerfanita maltratada que nos describe en "Mamboretá" nos muestra su sensibilidad y desprecio a las injusticias sociales y los prejuicios.

Carriego no idealiza el barrio, ve y plasma sus miserias.
En sus "Misas herejes" nos muestra el barrio como un templo donde ciertos rituales se respetan. Hay códigos de vida. El culto al coraje es uno de ellos. El guapo es una de las figuras centrales del suburbio. Es un varón joven en general, rufián, vive de las mujeres y el juego. Es un artista en el manejo del cuchillo. Todos los pibes del barrio lo admiran. Respeta a las mujeres de sus amigos. La amistad entre varones es muy importante para él.
La amistad es un valor en su vida.


El Sur:

El sur de Buenos Aires y su hábitat, ese sur paredón, y después... que nos canta el tema del mismo nombre. El Sur fue una de las obsesiones de Borges. El Sur era la Pampa, como la describe en una de sus poesías, es esa llanura de la que nos habla su admirado Sarmiento en "Facundo".
"Ahora yo pregunto; ¿qué impresiones ha de dejar en el habitante de la República Argentina, el simple acto de clavar los ojos en el horizonte, y ver... no ver nada; porque cuando más hunde los ojos en el horizonte incierto, vaporoso, indefinido, más se le aleja, más lo fascina, lo confunde y lo sume en la contemplación y la duda". El Sur es para Borges el misterio. Un misterio donde habita el gaucho y el indio.

La civilización pertenece a la ciudad, la Buenos Aires de Borges. Una ciudad de recuerdos, de patios con aljibes. De barrios para él, poco frecuentados.
Borges afirma no haber salido nunca de Buenos Aires a pesar de haber pasado parte de su infancia y adolescencia en Suiza.

"Los años que pasé en Europa son ilusorios, yo estaba siempre (y estaré) en Buenos Aires". La Buenos Aires de Borges es una ciudad mítica, casi irreal. Parece detenido en el tiempo el barrio norte, sus museos, la calle Florida de entonces, la Torre de los Ingleses, esos son los puntos geográficos de la Buenos Aires de Borges. Hay una Buenos Aires real y una mítica. Una de sus poesías lo dice y "Fundación mítica de Buenos Aires".


Carriego ayudó muchísimo a Borges a conocer los barrios pobres y sus habitantes. "declaro ahora, dice Borges, sus amistades de barrio en las que fue riquísimo. La más operativa fue la del caudillo Paredes, entonces patrón de Palermo... Paredes es el criollo rumboso, en entera posesión de su realidad, él me saludaba diciendo a usted compañero Borges lo saludo enteramente". Por eso Borges le dedicó un largo trabajo a Carriego considerándolo el símbolo del poeta barrial.


Borges, tango y milonga:

El tango, ese sentimiento que se canta, tuvo un lugar en la obra de Borges. El tango es la expresión de suburbio. De esa periferia, de ese submundo de cabarets, va llegando poco a poco a los salones. Borges realizó comentarios poco felices sobre el tango. Pero de esto nada puede inferirse, pues su sentido del humor típicamente inglés, se hallaba presente siempre en sus comentarios. Dedicó un trabajo a la milonga titulado "Para las seis cuerdas".
Estos versos fueron escritos para ser cantados. Si el tango llora siempre las pérdidas y a la mujer como culpable de todos los males. Es el lamento del varón abandonado cuando de hecho la situación era inversa. Florecía el proxenetismo y la prostitución.

La ciudad de Rosario era llamada la Chicago argentina. Los primeros tangos eran machistas y hasta misóginos. En "Historia del Tango" Borges afirma que éste nació en los lupanares; prueba de ello nos dice "el instrumental primitivo de las orquestas confirman por el costo ese testimonio: es una prueba de que el tango no nació en las orillas, que se bastaron siempre, nadie lo ignora, con las seis cuerdas de la guitarra, prueba de esto también, la lascivia de las figuras de la danza, la connotación de ciertos títulos: (El choclo, El fierrazo).

La milonga es la versión humorística e irónica del tango, podemos citar la milonga de Borges "Muerte de Manuel Flores".
Borges y el tiempo: El tiempo es para Borges, una trampa. Puede detenerse y cristalizarse o repetirse indefinidamente.

Esto nos dice en "La Noche Cíclica". "Lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras, los astros y los hombres vuelven cíclicamente", el tiempo vuelve a traernos las cosas ya olvidadas.
Para Borges el tiempo es ilusorio. De ahí que la eternidad sea una realidad ineludible. La repetición es inevitable, lo eterno sólo consagra esa repetición. De allí la importancia de la memoria en la obra Borgiana, la memoria pesa y oprime e incluso nos impide dormir para librarnos de ella.


"De fierro, de encorvados tirantes de enormes fierros tiene que ser la noche, para que no la revienten y la desfonden las muchas cosas, que mis abarrotados ojos han visto, las duras cosas que insoportablemente la pueblan".
En los cuentos y relatos de Borges reina un ambiente onírico, todo está envuelto por una sensación de irrealidad. En uno de sus cuentos un hombre está frente al paredón, próximo a ser jubilado. En ése momento los minutos se transforman en años, se suceden decenas de hechos, se proyecta en palabras una vida. El hombre es fusilado y así finaliza el cuento.

En otros cuentos como "La muerte y la brújula" o "Emma Zunms" la temporalidad es densa y pesada, el destino inexorable y absurdo. Desde el comienzo algo debe suceder y ese algo no puede detenerse ni transmutarse.
La curiosidad de Borges por la mitología árabe lo transformó en un conocedor del concepto que los orientales tienen de destino. Su cuento de inspiración oriental siempre habla de un destino ineludible, podemos ver esto en "El jardín de los senderos que se bifurcan". [Nélida Duarte]


Nélida Duarte es una escritora argentina, licenciada en letras y periodista radial conductora del programa “Sueños y Poesías”, ha colaborado en numerosas antologías y su último libro “Violación, delito privado” ha sido publicado por Editorial Dunken. En la actualidad dirige un taller literario.

FUENTE: DIARIO EL PESO

http://www.diarioelpeso.com/anteriores/2010/01112010/HMJ_011110_JorgeLuisBorges.php

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