NANAS PARA JESÚS
Duérmete, duerme pequeño
en los brazos de María.
Hermosa niña tu madre,
que entre pajas te paría.
Duérmete, mientras la estrella
a todos sirve de guía.
Y un ángel le dice al mundo
que ha llegado ya, el Mesías.
Yo, que arrobada te miro,
te ruego, mi Dios, mi guía:
Qué con tus pequeñas manos
bendigas la tierra herida.
Qué hagas posible la paz,
qué la violencia no siga.
Qué no haya niños con hambre
ni hombres con sed de justicia.
Manda ángeles sanadores
que nos borren las inquinas.
Destierra el odio, las guerras,
la soberbia y las envidias
¡Cuántas cosas en mis nanas,
pido a tu pequeña vida!...
Mientras se escarchan tus labios,
con la leche suave y tibia.
Duérmete, duerme Jesús,
porque la noche te abriga.
¡Cuánta dulzura en tu imagen
emana de tu sonrisa!
¡Duérmete, duerme pequeño...
en los brazos de María!
Ana María Sanchis
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