martes, 28 de abril de 2009
La Gripe "porcina" se expande silenciosamente, causa síntomas vagos
(Reuters) - Una nueva cepa de influenza ya causó la muerte de 103 personas en México y se está expandiendo por América del Norte y España, mientras se sospecha de la existencia de casos también en Nueva Zelanda, Israel y Francia.
Nadie está seguro sobre cuán virulento es el virus, es decir cuán severos son los síntomas, o cuáles son los patrones de transmisión.
Aquí se presentan algunos hechos sobre la gripe en general, sus síntomas y cómo se transmite.
* La "influenza" es una familia de virus que incluye a la influenza A, B y C.
* Los síntomas incluyen la aparición repentina de fiebre, dolor muscular y de cabeza, resfrío y, en ocasiones, diarrea y vómitos. La gripe se siente de manera mucho más fuerte que un resfrío.
* Las personas pueden contagiar la gripe mucho antes de sentirse enfermas y después de considerarse recuperadas. Los virus de la gripe no sólo se pueden hallar en las secreciones nasales, sino también en la materia fecal.
* El "período de incubación" para la influenza, es decir el tiempo que pasa desde la infección y antes de que aparezcan los síntomas, suele ser de unas 24 a 48 horas, aunque no está claro si éste es el caso de esta nueva cepa del virus porcino H1N1.
* El virus puede transmitirse a través de partículas de la saliva y el moco, cuando las personas tosen o estornudan cerca de otras. Los expertos generalmente coinciden en que 1 metro es la distancia que esas partículas pueden viajar entre las personas.
* Los virus de la gripe también pueden vivir por días o incluso semanas en superficies secas. Cada vez más evidencia muestra que las personas se infectan con mucha frecuencia por tocar superficies contaminadas, como por ejemplo los teclados de computadora, y luego tocarse la nariz, los ojos o la boca.
* Los virus de la gripe evolucionan, o mutan, constantemente. Nuevas cepas emergen regularmente, motivo por el cual la vacuna contra la influenza debe reformularse cada año.
* Se cree que todos los virus de la gripe se originan en los animales. Pequeños cambios o mutaciones en el ADN pueden permitirles infectar con mayor facilidad a las personas. Algunos provocan síntomas más graves que otros.
* Los virus de la gripe son con frecuencia mortales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la influenza causa la muerte de 250.000 a 500.000 personas en un año normal. Muchos más casos letales se producen durante las pandemias, como las que ocurrieron en 1968, 1957 y 1918.
* La gripe puede causar la muerte directamente al provocar neumonía y también puede volver a las personas más vulnerables a infecciones bacterianas también mortales.
(Reporte de Maggie Fox; Editada en español por Ana Laura Mitidieri)
fuente: wwe.yahoo.com.mx citando a REUTERS
jueves, 23 de abril de 2009
"Auschwitz nunca fue liberado"
Para la narración de la historia –los historiadores usan aquí mayúsculas que evito– sesenta años es nada más que un parpadeo del tiempo, para un hombre es casi todo su tiempo.
De modo que un hombre, aunque sólo sea por una mínima razón de perspectiva, no habla como historiador o como filósofo, por más que el filósofo o el historiador no sean más que un hombre. Hace sesenta años que la historiografía, y casi la entera totalidad de la literatura que se ocupó de pensar el campo de concentración como objeto, viene diciendo que el 27 de enero de 1945 Auschwitz fue liberado.
Yo mismo usé esa terminología. Pero liberar supone una acción voluntaria, una decisión política, militar, una forma de intervención específica y concreta. Y no fue eso lo que ocurrió en Auschwitz. Auschwitz, del ’41 al ’45 fue ignorado por los aliados. Los campeones de la libertad, de la democracia y el progreso humano, los líderes del antinazismo estaban ocupados en asuntos de más vasto alcance: se trataba de ganar la guerra.
De conquistar hegemonía política, económica y militar en ese escenario europeo devastado por la misma lógica de la guerra. Y en la guerra, como se sabe, las personas no cuentan, no tienen valor. Los aviones aliados sobrevolaron los campos desde 1944: jamás bombardearon una sola cámara de gas, los hornos crematorios jamás fueron concebidos como objetivos militares de guerra.
Bombardearon Munich, pero no bombardearon Dachau, que está al lado, o Slesia, un verdadero objetivo militar porque allí se concentraba parte de la industria alemana de guerra, pero no bombardearon Auschwitz, a muy pocos kilómetros de distancia. Habría que decir: hace sesenta años que Auschwitz no fue liberado.
Hace sesenta años que el Ejército Rojo encontró huellas de las víctimas, barracas vacías, montañas de zapatos, de pelo humano, de anteojos, de juguetes que habían estado en manos de los niños, cadáveres sin enterrar. El general soviético Petrenko cuenta en sus memorias (Antes y después de Auschwitz) que él “liberó” el campo, pero reconoce que hasta un día antes, hasta el 26 de enero, no tenía información acerca de su existencia y que, en realidad, se dirigía a localidades cercanas cumpliendo el plan de reconquistar zonas ocupadas.
Sin embargo, durante 1941 las primeras víctimas del gas en Auschwitz fueron oficiales y soldados del Ejército Rojo, fue con prisioneros soviéticos con quienes se puso a prueba el funcionamiento maquinal de las cámaras y la incineración en los crematorios. De modo que el ejército de la revolución proletaria sabía muy bien qué era Auschwitz.
¿Cómo podía pasar inadvertido que desde el otoño de 1941 hasta noviembre del ‘44 Auschwitz había producido un millón seiscientas mil víctimas? ¿Cómo se pudo mantener ocultos los trenes con carga humana, que salían de París, de Roma, de Budapest, de Praga, de Berlín, de Viena, de Amsterdam y llegaban por la mañana con miles de personas vivas que unas horas después, más bien durante la noche, quedaban convertidas en ceniza?
No, no fue ningún secreto. No podía serlo. Porque los grandes movimientos de transporte, la enorme energía desplegada en esa máquina de muerte era enteramente visible. Los gobiernos aliados sabían muy bien lo que pasaba. Lo mismo en el frente inglés-americano que en el frente soviético.
Los ingleses se atribuyen haber “liberado” Bergen Belsen y los norteamericanos, Dachau. Pero tampoco fue así. Los ingleses y los americanos encontraron los campos. Antes de que el ejército soviético llegara a Auschwitz, los alemanes habían huido llevándose con ellos a los prisioneros en lo que se conoce como la Marcha de la Muerte, camino de Alemania.
El comandante de Auschwitz, Rudolph Hoss, fue apresado en Alemania, enviado a Polonia, juzgado y colgado frente a una de las barracas de Auschwitz en 1947. En el ’45 yo estaba en Dachau, providencialmente me habían llevado ahí desde Auschwitz, y ningún soldado americano vino a rescatarme, los alemanes nos metieron en un tren que después abandonaron a mitad de camino; literalmente, a mí me encontraron en el cobertizo de una casa de campo en Baviera.
Cuando terminó la guerra me gustaba decir que los aliados me habían liberado de Dachau. La juventud es más épica. Tardé años en comprender que no había sido así. No hubo ninguna intención de terminar con los campos. Los sobrevivientes fuimos encontrados en la ruta de los distintos ejércitos, mientras cumplían el único objetivo que se habían propuesto: derrotar a Alemania.
La prioridad, la única finalidad, diría, fue la de derrotar al nazismo, y nunca la de rescatar a las víctimas. Los aliados permitieron que durante toda la guerra la matanza se ejecutara sin obstáculos.Hoy, escribo esta nota y me es difícil retroceder en el tiempo y verme en el planeta Auschwitz (digo planeta irónicamente, para evocar la idea de que la tierra, los hombres, no podrían dar forma a una máquina semejante de muerte, pero sin embargo fue en la tierra y son los hombres), donde los SS eran dioses siniestros que decidían sobre la vida y la muerte a cada momento.Henry Ibsen dijo que la mayoría no siempre tiene razón.
Las Naciones Unidas, todas las organizaciones que preparan actos para la ocasión, la mayor parte de la prensa mundial hablan en estos días de la “Liberación” de Auschwitz, para mí se trata de una ironía de mal gusto, no puedo pensarlo de otro modo, quizá se trata sólo de una imprecisión en el lenguaje, quizá las cosas van más rápido que el lenguaje, pero no creo en esta interpretación, las palabras siguen hablando y a su modo dan cuenta siempre, fatalmente, de la verdad que ponen a cada momento en juego: las palabras y la verdad de lo que dicen y ensombrecen.
Yo pregunto (me gustaría escribir como Zola: yo acuso, pero me reservo esa gravedad y ese entusiasmo ya un poco anacrónicos), ahora, 60 años más tarde, señores: ¿por qué los campos nunca fueron liberados? Y más, pregunto: ¿es la misma persona, soy el mismo, que hace 60 años, hasta unos meses antes, caminaba, si puede llamarse a eso caminar, entre los pabellones?
En la entrada de Auschwitz hay una placa escrita en
19 lenguas (hasta 1991 ese texto no figuraba ni en idish ni en hebreo), pretende dar testimonio universal de la tragedia, como cuando el turista se pasea por Le Marais, en París y lee “aquí vivió Victor Hugo”, el turista se detiene, se estremece, dice “Ah, la casa de Victor Hugo”, y después sigue, hay muchas otras cosas para ver, se hace tarde y quiere volver a su cuarto de hotel, sacarse los zapatos y tomar una ducha.
* Intelectual, pedagogo, historiador, sobreviviente del campo de concentración y exterminio AUSCHWITZ.
Fuente: Diario Página 12
Nota del Editor,
Este texto fue publicado en el diario Pagina 12 en marzo de 2005.
Recien lo encontre y decidi que debe ser publicado, por su vigencia y por ser un documento necesario.
DE LECTURA OBLIGATORIA !!!
Lic. Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al mar Mediterráneo
GITO MINORE : POETA ARGENTINO
Para bucear tus aguas claras,
será necesario previamente
exorcisarme del mundo,
pelar una a una
las cáscaras
que recubren mi alma.
Será imprescindible
que deje a tus orillas,
junto a la ropa,
las pólizas de seguro rotas,
los títulos, las identidades,
todo lo que pervierte y distrae.
También será indispensable
deshacerme del tiempo
y sus maldades,
del cuerpo
y sus vicios.
Y así poder
una vez purificado
entrar en tus aguas,
desintegrándome,
para renacer en vos.
GITO MINORE -Inédito
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miércoles, 22 de abril de 2009
JOSE PIVIN: 'A PESAR DE LA NOSTALGIA'
A pesar de la nostalgia
Y de la distancia traicionera
Que nos separa.
A pesar de la nostalgia
Y de los cambios climáticos
A pesar de la nostalgia
Esa saudade triste que me envuelve
A pesar de la nostalgia
Digo, a pesar de todo eso
A pesar de todo aquello
A pesar de la nostalgia
De praderas verdes
Y marrones ríos
Serpenteando
Deslizandose como culebras
Rápidamente
A pesar de este marzo
De invierno israelí
Tormentoso e imposible
Con peligrosos vientos
Que sacuden y estremecen
A pesar de la nostalgia
Esa nostalgia que me quema.
(c) JOSE PIVIN
HAIFA - ISRAEL
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domingo, 19 de abril de 2009
66 AÑOS DEL LEVANTAMIENTO DEL GHETTO DE VARSOVIA-“Los nazis mataban para su deleite”
foto: Sandra Cartasso
Por Facundo Martínez
–Simon Wiesenthal marcaba las dificultades que él mismo tenía para explicar lo que había pasado en el Holocausto, pero que la esperanza vive cuando la gente recuerda.
–Fue una masacre, tan tremenda, tan horrorosa y terrible, como despiadada. Los nazis mataban para su deleite. Sentían una satisfacción tan grande que yo, con mis 14 años, no lo entendía. Y después iban a sus casas y eran buenos padres e hijos. Hasta el día de hoy lo pienso y no lo puedo entender. Soy una persona creyente, que ama a todo el mundo; amo al prójimo, amo al hombre al que hace un rato le llevé algo de comer y que está siempre en la esquina. Y con todo el dolor del alma digo que no guardo odio ni rencores. A pesar de todo, no quedé envenenada. Creo que Dios me salvó entre seis millones para que yo cuente, sobre todo a la juventud, lo que pasó durante esos seis años, entre 1939 y 1945, para que nunca más vuelva a suceder. Porque, le repito, fue una masacre tremenda y despiadada.
–¿Dónde se encontraban usted y su familia cuando los alemanes invadieron Polonia y estalló la Segunda Guerra Mundial?
–Yo nací muy cerquita de Varsovia, a unos 50 kilómetros de la capital polaca, en un pueblito llamado Garwolin. Cuando los nazis lo bombardearon yo acababa de terminar la escuela primaria. Garwolin era un pueblo grande, lindo, un pueblo muy importante. Bombardearon nuestra vivienda y, apenas con lo que teníamos puesto, nos obligaron a marchar a pie hacia Varsovia. Fue un viaje terrible. Yo tenía una abuela que era una belleza; los nazis la pisotearon y dejaron muerta en el camino. Y yo lloraba. Después, cuando llegamos a Varsovia, nos llevaron al ghetto y nos pusieron entre alambres de púas.
–¿Cómo era su vida, su familia, antes de la llegada de los nazis y qué pasó después, una vez en el ghetto?
–La mía era una familia muy linda. Mi padre era rabino. Yo vivía en una casa que era muy religiosa. Nos habían criado con libertad. Mis hermanos, por ejemplo, uno era comunista, otro era sionista, otro era derechista, otra hermana quería ser artista. Todos eran personas muy lindas.
–¿Qué fue lo pasó con ellos?
–Los mataron a todos. Los nazis mataron a toda mi familia. Treinta y cinco personas. Primero mataron a mi madre. Sin ningún motivo. La pusieron en una fila y la balearon. Pero mi madre no se murió enseguida y comenzó a gritar y entonces el nazi, de la rabia que le dio que ella gritara, la agarró de los pelos y la metió en un pozo de cal. En otra de esas razzias mi papá cayó muerto sobre mí. A otro hermano lo denunciaron porque estaba en la guerrilla; y él estaba un poco conectado. Entonces lo sacaron a la calle, al lado de nosotros, y le rompieron varios palos encima. Los gritos llegaban hasta no sé dónde. A palazos lo mataron. Otra hermana se escapó del ghetto, la pescaron y la fusilaron. Y otra desapareció y nunca más la vimos. Y a mi hermana mayor, pobrecita, la quemaron viva. Ella trabajaba en una fábrica de uniformes para los nazis y un día llegó la orden de traslado para 700 judíos que tenían que ir a los vagones, pero ellos se pusieron de acuerdo y se negaron y entonces los nazis los quemaron vivos. Los otros murieron en las cámaras de gas.
–¿Cómo era la vida dentro del ghetto?
–Sufríamos toda clase de enfermedades, hambre, frío, tortura y vejaciones. Nosotros éramos catorce en una habitación y teníamos que dormir sentados, porque ni camas había. Y de cuando en cuando hacían razzias y nos mataban. Venían con tanto odio...
–¿Qué pensaba, siendo apenas una adolescente, de las prohibiciones de las que eran objeto los judíos?
–Fue como que de a poco nos fueron sacando todo lo que un ser humano necesita para vivir. Lo que único que no pudieron sacarnos fue el aire. Nos moríamos de hambre, vinieron las enfermedades, estábamos tirados. Nos sentábamos al lado de los muros pero no teníamos ganas de hablar, estábamos agotados, porque ni dormíamos. Y mire, un ser humano que no come, que no duerme y que está siempre asustado de que no lo maten, que está denigrado, que no tiene ya nada de humano, no tiene ganas de nada. Estábamos muertos en vida. Eso éramos.
–Usted habló del hambre, que fue una de las primeras armas que los nazis utilizaron contra los judíos. ¿De qué forma afectaba la falta de alimentos a la vida cotidiana?
–Parecíamos todos vagabundos, andábamos mugrientos, pidiendo algo de comer. Dentro del ghetto había algunos que tenían más o que por ahí andaban en el contrabando o que les quedaba algo de sus riquezas y si bien ellos compartían un poco, tampoco sabían qué iba a pasar con ellos. Un pedazo de pan negro mustio y dos papas, eso comíamos.
–He leído que los niños, que podían entrar y salir de ghe-tto con mayor facilidad, cumplieron un rol importante con respecto al abastecimiento de sus propias familias.
–Un día yo me escurrí por debajo de los alambres de púas y me fui a una aldea a pedir algo de comida, y me dieron. Pero de golpe aparecieron dos soldados nazis y junto a otro hombre judío nos pusieron en el piso y nos pegaron con un palo. Rompieron dos palos sobre mi espalda, que todavía hoy me duele. Y como pensaron que estábamos muertos, nos dejaron ahí; el otro hombre sí estaba muerto. Un campesino nos llevó en un carro hasta el ghetto y me acuerdo que en la puerta gritó: ‘Tengo dos personas para enterrar’. Alguien fue a avisarle a mi mamá, que vino corriendo y dijo no, déjenla que ella respira. Yo había quedado malherida y no sé cómo se me cerraron esas heridas, pero así y todo tuve que ir a trabajar en los caminos. ¿Sabe usted cuántos chicos murieron durante la Shoá? Un millón y medio. Los niños no aguantaban mucho y se morían, o los tiraban contra las paredes, los pisoteaban y los enterraban vivos.
–¿Cómo era el régimen de trabajo forzado, de qué forma eran ustedes reclutados para trabajar en los caminos?
–Los nazis entraban en el ghetto y nos sacaban a trabajar en esos caminos, porque en Polonia no había caminos y ellos tenían que pasar con los tanques. Nos sacaban del ghetto a la madrugada y cargábamos piedras durante todo el día. Cuando volvíamos a la noche, todo ese polvillo se nos ponía en los ojos y en las partes íntimas y se nos infectaba todo. No había alcohol y a veces ni siquiera había agua.
–Cuando en julio de 1942 comienzan las deportaciones al campo de exterminio de Treblinka, ¿qué sucede con usted?
–En Treblinka ya habían puesto las cámaras de gas y yo fui de los últimos judíos en ir. Subí al vagón con mis dos hermanitos, los últimos que me quedaban. Me acuerdo que nos subieron a unos vagones en los que estábamos apretados. La gente se hacía encima. Todos lloraban y gritaban y se arrancaban todo. De alguna forma sabíamos que nos estaban llevando a la muerte.
–Pero usted pudo escaparse... ¿En qué momento lo hizo?
–Apenas el tren se detuvo en Treblinka empecé a correr hacia un bosque. Polonia está llena de bosques. Un nazi me apuntaba y el otro le dijo que dejara, que no gastara una bala. Yo corría. Estaba medio desnuda, descalza, pero corrí por el bosque hasta que se hizo de noche. Anduve por el bosque, muerta de frío y de miedo. A lo lejos descubrí una luz, que era la casa del guardabosque. Le pedí que me dejara dormir y si podía darme de comer. Estaba helada. Polonia en invierno tiene temperaturas de 20 grados bajo cero. Aquel hombre me dio comida y una manta, y a la madrugada me pidió que me fuera para no ponerlo en peligro. Los nazis mataban a los polacos que ayudaban a los judíos.
–¿Y volvió a internarse en el bosque?
–No sabía a dónde ir, pero empecé a caminar (N. del R.: En ese bosque, según consta en el Museo del Holocausto de Buenos Aires, Sabina fue atacada y violada por un grupo de polacos). Hasta que encontré un campesino que venía en un carro y que me dijo que conocía a un grupo de partisanos y me llevó con ellos. Imagínese cuál sería mi estado que cuando los partisanos me vieron se pusieron a llorar. Pesaba unos pocos kilos, era un esqueleto. Entre los partisanos había polacos y judíos que se habían escapado del ghetto. Ellos eran muchachos y yo apenas una criatura. Un día me dijeron que lo mejor para mí era que me escondiera en alguna parte hasta que todo terminara.
–¿Y tenía usted algún lugar a dónde ir?
–Pensé y me acordé de la casa de una vecina polaca, Helena Sluswska, en la que yo solía hacer los deberes del colegio. Su marido era juez y sus hijos abogados, médicos, gente de alta alcurnia. Una noche los partisanos me llevaron hasta la entrada de mi pueblo. Yo pensaba, me la juego y si no me sale, me entrego. Caminé hasta esa casa, entré y me quedé sentada en la cocina. Al principio la señora no me reconoció. “Soy yo, Sabina. Soy la última de mi familia. Los mataron a todos.” Entonces ella me dijo que no iba a dejar que me agarraran y ofreció esconderme en el chiquero. En Polonia hace tanto frío que los animales están bajo techo. Arriba había como si fuera un altillo y ahí me quedé, sobre un montón de paja, con una manta. Yo no podía salir, pero todos los días la señora me tiraba la comida.
–¿Alguien más sabía que usted estaba escondida ahí?
–El marido de ella sospechaba algo, incluso me buscaba. Entraba con un palo y golpeaba cosas, pero nunca miraba hacia arriba. Dicen que hay infiernos, pero yo pasé setenta infiernos. Hasta que un día no aguanté más. No sé cuánto tiempo estuve, en ese lugar perdí la noción del tiempo. Era realmente espantoso. Tenía que dormir con las ratas, que me querían comer, con las pulgas y con los chanchos, que se hacían encima y yo hacía encima de ellos y se lo comían. Un día dije basta, yo ya pagué por todos los míos, y salí del chiquero, fui hasta la casa y le dije a la señora que no valía la pena que ella arriesgara su vida por un esqueleto, un ser infrahumano, y también le dije que ese chiquero era peor que la muerte, que me iba a entregar. Ella me habló de un camionero que podía llevarme a unos campos de concentración que eran de trabajos forzados. Me dejó lavar, no bañarme. ¡Durante seis años no pude bañarme, durante seis años no dormí en una cama! Después me vistió con la ropa que usaban las campesinas polacas y me llevó con aquel hombre.
–¿Después de todo decidió ir a un campo de concentración?
–No había salida. Era un campo de concentración de trabajos forzados. Cuando llegué a Varsovia fui a un edificio donde juntaban a polacos y a algunos judíos, a los que luego trasladaban hasta los campos. La segunda vez que me salvé fue ahí, porque. a pesar de ser una piltrafa humana, conseguí pasar la inspección. Después me pusieron en una ducha para desinfectarme. Nos subieron a un tren cerrado, no eran vagones, que estaba custodiado por los nazis. Fuimos hasta un lugar cerca de Berlín, a un campo de concentración que se llamaba Spandau. A mí me mandaron a trabajar a una fábrica de municiones, en la cual se decía hacían bombas que iban para Inglaterra.
–¿En qué situación la encontró el final de la guerra?
–Empezó a correr el rumor de que los aliados y los rusos se estaban acercando y que los alemanes aflojaban. Y nosotros estábamos en el medio. Los nazis nos obligaron a marchar hacia Checoslovaquia; teníamos que atravesar casi toda Alemania, eran marchas de la muerte. De los trescientos que salimos a la frontera con Checoslovaquia llegamos sólo quince. Los otros se fueron cayendo en el camino, como moscas. Caminamos días y noches. No sé cómo aguanté. Eran días de primavera. Y en eso entraron los aliados y los rusos, que cuando nos vieron comenzaron a llorar y a vomitar. Estuvieron a punto de enterrarme, pero un médico se dio cuenta de que estaba viva y me llevaron en una ambulancia a un hospital que estaba cerca de Munich. Ese hospital había sido de los alemanes y luego lo destinaron a los sobrevivientes. Me tuvieron que operar varias veces de los intestinos, tenía el hígado destrozado y me tuvieron que sacar todo de adentro; por eso no pude tener hijos. Se me habían secado las tripas. Cuando mejoré hice un curso de enfermera y ayudé a otros sobrevivientes. Cuando estuve mejor, me llevaron a París, a una casa de reposo, donde terminé de recuperarme.
–¿Cómo se cruza la Argentina en su vida?
–Un señor de la Cruz Roja me preguntó si yo no tenía algún familiar vivo en alguna parte. Me acordé de una hermana de mi madre que, antes de la guerra, se había venido a vivir con el marido a Buenos Aires. Ni siquiera sabía el apellido de casada, pero la encontraron. Llegué a Montevideo en el barco “Le Havre”, de bandera yugoslava. Tardé 32 días. Durante ese viaje todos me trataban muy bien. Yo tenía 20 años y mucho éxito, mucha aceptación. Los muchachos me andaban detrás. Pero yo me sentía muy sola. Ansiaba ver a mi tía.
–Las leyes argentinas no favorecían a la inmigración judía. ¿Le resultó fácil el ingreso al país?
–No. Primero tuve que pasar seis meses en Montevideo, en casa de una señora, esperando a alguien que me iba a hacer entrar clandestinamente. El hombre nos llevó por tierra, a mí y a otros cinco sobrevivientes, hasta el paso de Concordia, donde nos debía recoger una camioneta. Pero nos recibió la Gendarmería y nos metieron a todos en una cárcel. Era el año 1948. Perón dejaba entrar a los nazis, pero a los judíos no. Y me metieron en un calabozo al que le entraba agua por todos lados.
–¿Qué fue lo que sintió en ese momento?
–Me golpeaba la cabeza. ¿Esto es lo que me esperaba? Estuve una semana en ese calabozo hasta que vino un médico, un buen hombre, y me dijo que me derivaba a un hospital para que cumpliera ahí la condena, mientras esperaba que llegara el salvoconducto. Fui muy querida por la gente de ese hospital. Ahí aprendí enseguida el castellano, lo hablaba mal, pero lo hablaba. Cuando me fui, las enfermeras me pedían que no me fuera, que me quedara a vivir ahí.
–¿Cómo fue el encuentro con su tía?
–No fue fácil. Porque llegué a una casa que estaba destruida. El marido tenía una amante. Ella y las dos hijas se querían mandar a mudar. Un día me dijo que si yo buscaba cariño, un hogar, afecto, no lo iba a tener. Viví en esa casa de Villa Crespo hasta que pude alquilar una habitación en la casa de una señora. Y trabajé en un taller de sastrería y después me presenté en el colegio Scholem Aleijem para trabajar como celadora. Durante ese tiempo estudié para maestra jardinera y trabajé en un elenco de títeres; mi personaje se llamaba Sara y tenía gran aceptación en los chicos. Trabajé siete años como maestra hasta que me casé.
–¿Con un argentino?
–Me lo presentó una maestra jardinera. El era argentino, un judío sefaradí, viudo y con un hijo, que era un tiro al aire. A los seis meses nos casamos y no nos separamos más. Tuve una vida muy feliz. Yo tenía 28 años y necesitaba una persona que me envolviera. Estuvimos casados 33 años. Trabajaba con él en su negocio, que era muy importante y conocido: Todo para la novia menos el novio, se llamaba. Viajamos por todo el mundo, fuimos a Europa, dos veces a Israel, a Estados Unidos, a Sudáfrica, al Oriente. Pero al final lo pagué muy caro. Mi esposo se murió de cáncer y mi hijastro me hizo las mil y una. Me obligó a malvender el piso que teníamos en Figueroa Alcorta y Tagle. Me compré el departamento en el que vivo hoy y mi hijastro me obligó a hipotecarlo. Estuve a punto de perderlo. Otra vez casi me quedo en la calle, sola. Me quería suicidar. Pero en la AMIA supieron lo que me estaba pasando, vinieron a verme y me ayudaron. Volví a sentirme otra vez acompañada. Y empecé a luchar, me hice voluntaria y empecé a trabajar para los pobres, a ayudar a los necesitados. Ahora soy cada vez más creyente y soy cada vez más feliz. Pero mire, siempre digo que por más que yo cuente lo que me pasó, había que vivirlo.
fuente:www.pagina12.com- 20 de Abril 2008.
Abraham Salloum Bitar
Nací en una aldea árabe, Ayoun El Wadi, de un país llamado Siria, donde algunos de sus pobladores aún recuerdan el arameo, el idioma en el que predicaba el Cristo, hijo de Dios. Recuerdo que ese día, porque así me lo contaron mis mayores, el cielo mostraba a la avara luna de Oriente y un planeta, acaso Venus, confundía sus destellos con el oro del trigo que daba el pan de la mesa y el pan de la eucaristía, en la que el nombre de Dios purificaba el espíritu y alejaba el cuerpo de los martirios confesados y, más aún, de los callados.
Por la aldea andaba un antiguo astrólogo cuyo nombre, Abu Tasi, "El Padre de la Taza", quería dar fe de su otra inconmovible profesión: lector de agua. Mi padre, que fue intérprete de sueños, recurrió al doble lector, de estrellas y de agua, para conocer el destino de su hijo. Maktub dicen los árabes para referirse al destino como un alfabeto que ya ha sido escrito y a un libro que guarda una hoja para cada uno de los seres humanos, donde está anotado el día de su nacimiento y el día de su muerte, cuando la hoja, cansada, se desprende.
Abu Tasi aceptó el ruego y por unas pocas monedas, miró a la luna en su cuarto menguante, a lo que debía de ser Venus y, quizá, algunas estrellas que apenas lograban mitigar, junto con las lámparas de keroseno, la justa oscuridad del poblado. Tomó una taza, vertió en ella suficiente agua y se dispuso a su tarea. La misma que lo había llevado a los más distantes y diversos puntos de aquella geografía que, en el nombre de Alah, escucha la voz del Almuecín convocando a la aguda oración de los fieles.
Muchos años después, instalado en Angostura, un amigo, médico, me llevó ante un individuo que practicaba las viejas artes de la adivinación. Cuando entré a su cuarto, en penumbra, pude ver que encendía una vela. Con la temblorosa iluminación, vi que había una mesa y sobre la mesa, al lado de la vela, una taza donde el personaje, entrado en años, empezaba a verter agua.
Las profecías que dijo Abu Tasi en aquella perdida aldea del mundo árabe, ahora pertenecen a un recuerdo que el tiempo se ha encargado de disipar en el silencio. Las que oí del otro adivino me han bastado para que el sueño procure la íntima confesión y el sosiego que dan las palabras olvidadas.
Queda en mí la duda. ¿Habrá vuelto Abu Tasi a manifestarse en otro cuerpo y en otra lengua? ¿Acaso uno y otro habrán arribado a las mismas profecías? Que ignoro y aún olvido.
Maktub.
YO SOY EL POETA
domingo, 12 de abril de 2009
CHISTE CRUEL, PERO MUY REAL.
(en algunos paises de America Latina...)
El junior termina el bachillerato y no tiene ganas de estudiar nada. Como el padre es un tipo de renombre, lo aprieta:
- ¿eh? ¿No querés estudiar? Bueno, yo vagos no mantengo, así que vas a trabajar. ¿Entendés?
El padre, hombre con mucho dinero, metido en la política, con relaciones de amigos políticos, trata de conseguirle un empleo y habla con uno de sus compañeros de partido que está en ese momento en el gabinete y le dice:
- Rodríguez, ¿Te acordás de mi hijo Robertito? Bueno, fijate que terminó el bachillerato y el muy flojo no quiere estudiar ahora. Si podés, necesitaría que le consiguieras un puesto como para que empiece a trabajar mientras decide si va a seguir una carrera... El asunto es que haga algo y no vague ni se la pase en la casa haciendo nada, a ver si así se compone y hace algo de provecho ¿me entendés?
A los tres días llama Rodríguez: - - 'Tito, ya está. Le conseguí el puesto de Asesor del Presidente de la República. Unos $70.000 al mes, una belleza, ¿verdad?
- No, no podés, Rodríguez ¡Es una locura!, Recién empieza. Tiene que comenzar de abajo, y si gana mucho dinero se va a poner peor.
A los dos días, de nuevo Rodríguez:
-Tito, ya lo tengo. Le conseguí un cargo de Asistente Privado de un Diputado. El sueldo es más modesto, de $40,000 al mes...
- ¡No, Rodríguez!, ¡Recién terminó el colegio! No quiero que la vida se le haga tan fácil de entrada. Quiero que sienta la necesidad de estudiar, ¿me entendés?
Al otro día:
- 'Tito, ahora sí'... Jefe de compras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, ya está, claro que el sueldo se va muy abajo...serán $30,000, nada más.-
- Pero Rodríguez, ¡por favor!, Conseguile algo más modesto. Recién empieza... Algo de unos $5,000 ó $6,000 .
- 'Noooo, eso es imposible, Tito'.
- ¿Por qué ????
- Porque esos cargos son por concurso, necesita: currículum, inglés , título Universitario, haber hecho por lo menos una maestría o un post-grado en el extranjero... Antecedentes... y por supuesto experiencia previa. Es difícil Tito, es difícil, trabajos así no se encuentran tan fácilmente..
sábado, 11 de abril de 2009
La escritora Corín Tellado muere en Gijón a los 82 años
La escritora Corín Tellado ha muerto esta madrugada a los 82 años de edad en su domicilio de Gijón, según han confirmado fuentes familiares. La autora, la más leída en español después de Miguel de Cervantes, ha publicado más de 4.000 novelas románticas, de las que se han vendido más de 400 millones de ejemplares, a lo largo de su vida.
Hace años, los médicos diagnosticaron a Corín Tellado problemas renales, lo que le obligaba a seguir un tratamiento de diálisis. Pese a todo, la escritora continuaba en activo, escribiendo relatos breves para la revista Vanidades, con sede en Miami (EE UU).
María del Socorro Tellado López nació el 25 de abril de 1926 en Viavélez, una localidad costera del municipio asturiano de El Franco. Tras residir algunos años de su adolescencia en Cádiz, donde se mudó la familia, en los 50 regresó a Asturias, donde fijaría su residencia en Gijón. allí, la escritora tendría dos hijos, fruto de un matrimonio que terminó en separación pocos años después del enlace.
La autora estuvo vinculada a la editorial Bruguera durante la mayor parte de su precoz y prolífica carrera. En 1945, con menos de 20 años, publicó Atrevida apuesta. Sería la primera de una larga serie de novelas románticas que tuvieron gran éxito a ambos lados del Atlántico. En los años 60, la UNESCO le atribuyó el reconocimiento de autora viva más leída en lengua castellana.
El Gobierno de Asturias destaca su "modernidad"
Al conocer la noticia, la consejera de Cultura y Turismo de Asturias, Mercedes Álvarez, ha lamentado la muerte de la escritora, de quien ha destacado los "rasgos de modernidad" que acompañaron su obra. "Corín Tellado fue una escritora muy leída y muy querida, además de una mujer muy adelantada a su época", ha afirmado Álvarez en un comunicado.
Tanto la consejera de Cultura como el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, tienen previsto acudir esta tarde al tanatorio de Cabueñes, en Gijón, donde se ha instalado la capilla ardiente de la escritora, para dar el pésame a la familia.
fuente: diario EL PAIS.COM- 11 DE ABRIL 2009-
FOTO; web de Corin Tellado
Científicos creen que comer chocolate ayuda a comprender las matemáticas
Londres, 3 abr (EFE).- Un equipo de investigadores ha descubierto que comer chocolate mejora las habilidades numéricas de los estudiantes y evita que éstos se sientan cansados tras una jornada de trabajo.
El estudio, llevado a cabo por la Universidad de Northumbria (Reino Unido) y presentado hoy en la conferencia anual de la Asociación Británica de Psicología, revela que las propiedades de los flavonoides presentes en el chocolate mejoran la actividad intelectual de los sujetos y reducen el cansancio tras una jornada de estudio.
Las propiedades beneficiosas de los flavonoides aplicadas al estudio se basan en la capacidad que tienen estos compuestos químicos de incrementar el flujo sanguíneo en el cerebro.
Para llevar a cabo el experimento, los investigadores reclutaron a 30 individuos, a los que se les pidió que contaran hacia atrás de tres en tres comenzando desde un número aleatorio situado entre 800 y 999.
Después, los sujetos tomaron un chocolate caliente y volvieron a repetir la prueba.
Los científicos comprobaron que los individuos hacían los cálculos mucho más rápido tras haber ingerido la bebida y observaron también cómo éstos se mostraban menos cansados tras realizar las operaciones.
Hay que destacar que cada uno de los participantes ingirió un total de 500 miligramos de flavonoides, una cantidad mayor a la que suele estar presente en cualquier dieta diaria.
El equipo investigador aseguró que a partir de ahora comenzarán a estudiar los efectos de la ingestión de menores cantidades de flavonoides, en torno a los 100 miligramos presentes en cualquier barra de chocolate.
miércoles, 8 de abril de 2009
martes, 7 de abril de 2009
"CATALINA KAHAN , POETA Y PINTORA- MI MADRE- FALLECIO EL 3 DE ABRIL A LA EDAD DE 95 AÑOS"
Prof. Ernesto Kahan
Después de un doloroso período de 6 meses debido a una enfermedad maligna, cerró sus ojos para siempre mientras pidió escuchar la "Canción del Amor" cantada por Edith Piaff .
Cata, según la llamaban, nació en C. Casares, provincia de Buenos Aires, Argentina en 1913. Su inclinación hacia las artes se remonta a su juventud cuando estudiaba en el Liceo Nacional de Señoritas de la ciudad de Buenos Aires.
Fundadora y ex presidenta de filiales de la Asociación Femenina WIZO en Argentina e Israel. Presidenta Honoraria de la Organización Latinoamericana (OLEI) de Israel en Kfar Saba. Expuso sus pinturas en numerosas exposiciones en Israel y el extranjero, incluso en la exposición internacional ambulante de pintores latinoamericanos sobre el tema "Jerusalén" organizada por la organización cultural CICLA.
Dirigió hasta el final de su vida la sección "Crónica de libros" de la Revista OLEI Kfar Saba. Secretaria de actas de Literaria BRASEGO. Miembro de talleres literarios. Miembro de AIELC – Asociación israelí de escritores en lengua castellana. Entre los libros publicados de encuentran "De Casares a Kfar Saba y a la luna" Israel 2007, Coautora de la antología “Los Escritores del Alba”, Ed. CERTEZA. Zaragoza, España 2001, de la antología “Vigilias Nocturnas”, Ed. Dorgraf, Tel Aviv, 2005, en la Hangchon Literature Complete Collection, y finalmente el mismo día que falleció, llegó por correo el No de ISBN para el último libro titulado "KAFAR SABA, nuevo amor", que escribió conmigo y otros 4 autores. TANTO QUERÍA VERLO!
Hace un mes hizo un esfuerzo descomunal levantándose de la cama, vistiéndose y poniéndose en manos de un peluquero que vino a la casa.
Todo para sacarse una foto grupal para el libro con los otros poetas. El libro saldrá de la imprenta en 6 días, pero ella ya no lo verá.Deja dos hijos, Diana y Ernesto, 6 nietos, Marina, Silvina, Denisse, Sebastián, Gastón y Andrés, 9 bisnietos e innumerables amigos y admiradores.
Prof. Ernesto Kahan
El funeral será el lunes 6 de Abril a la 14:00 horas en el Cementerio Nordau de Kfar Saba (Al lado de la Estación de trenes)Los deudos recibirán en la casa de Cata en la Calle Haemek 7, Departamento 1, Kfar Saba.
Adjunto un poema de mi madre de su último libro
PONCHITO CRIOLLO
Te llevo en mis viajes
con frío y viento
a mezclar el entramado de tus flecos
con el de los paisajes.
En el pueblito llamado Huergo
te adquirí de un viajante caminero
me acompañaste siempre
como mi segunda piel.
Siento en mi espalda tu calor,
la suavidad del tejido de tu tela
y emulando a Alfredo Palacios
te llevaré siempre conmigo.
Ponchito criollo, testigo de mis andanzas
eres tenues velos de nieve blanca
por glaciares, lagos y ríos
y por fiordos de Escandinavia.
Paseaste por el Sur de mi Argentina,
por las eternas nieves andinas,
por los cerros y montes de Humahuaca,
y mirando las mantas de Bolivia.
Símbolo del gaucho argentino,
luciste la urdimbre de tu alpaca
en los montes del Hermón y en Jerusalén
y me envolviste, abrigo amigo.
Cuando en noches destempladas
oigo la lluvia horadando los cielos
y el sueño esquiva mi mente
arrumas en la oscura soledad de la sala,
y me siento contigo, como amiga, a dialogar.
Ponchito criollo:
Pasará el tiempo y se cerrará mi camino
cuando ya nada necesite
cuando le diga adiós a las cosas
aún estarás conmigo
miércoles, 1 de abril de 2009
FALLECIO RAUL ALFONSIN EN BUENOS AIRES: Una vida dedicada a la lucha y a la política
Raúl Ricardo Alfonsín nació el 12 de marzo de 1927 en Chascomús. Fue el primer hijo, primer sobrino y primer nieto de una familia de clase media. Heredó de su madre, Ana María Foulkes, el tesón irlandés, y de su padre, Serafín Raúl Alfonsín Ochoa, la vehemencia gallega y la afiliación al radicalismo.
En 1945 egresó del Liceo Militar con el grado de subteniente de reserva. Pero no estaba destinado a los cuarteles y ese año inició una comprometida militancia de más de medio siglo.
En ese tiempo, se casó con María Lorenza Barrenechea y tuvo seis hijos; se recibió de abogado en 1950 en la Universidad de La Plata; fundó los periódicos El Imparcial e Inédito; tuvo distintos cargos partidarios, desde jefe de comité a líder máximo de la UCR; reconoció como referentes políticos a Ricardo Balbín y Arturo Frondizi; y transitó todos los cargos que le tocaron en destino: diputado provincial, nacional, senador y, claro, Presidente.
Viajó por el mundo, se acercó a las utopías del socialismo alemán y el humanismo francés y se identificó con el ideario latinoamericano de la autodeterminación de los pueblos. En los '70, defendió presos políticos y fundó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. En 1981, cuando murió Balbín, asumió la conducción de la UCR.
El 30 de octubre de 1983, con Víctor Martínez como candidato a vice, se impuso con el 51,7% de los votos en la elección presidencial. Asumió el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. Tenía 56 años y la potencia política para encarar la transición de la dictadura a la democracia.
Dos días más tarde, anuló la ley militar de autoamnistía. Y el 13 ordenó el juzgamiento de las cúpulas guerrilleras y de las tres primeras juntas militares. El juicio a las juntas juzgó sólo a las cúpulas, pero la justicia federal dejó abierto el camino de otros juicios. Se intentó detenerlos con la ley de Punto Final. No resultó: en la Semana Santa de 1987 se registró la primera de las tres sublevaciones carapintadas que soportó Alfonsín. La sublevación fue derrocada, pero condicionó la continuación de los juicios. En agosto de 1987 se sancionó la ley de Obediencia Debida.
La dictadura dejó otra herencia tremenda: más de 45 mil millones de dólares de deuda externa, el 70% del PBI de entonces. La inflación era agobiante y no se detendría durante todo su gobierno; en 1989 alcanzó el 4.923%. Enfrentó 13 paros generales y tuvo una relación inestable con empresarios y banqueros.
En enero de 1989, las huestes de izquierda del Movimiento Todos por la Patria (MTP), liderado desde las sombras por el ex jefe militar del ERP, Enrique Gorriarán Merlo, intentaron copar el cuartel de la Tablada con el argumento de que impedirían así un golpe de Estado.
Ese mismo año, las elecciones de mayo le dieron la victoria al binomio peronista Carlos Menem-Eduardo Duhalde. Hacia fines de ese mes, en medio de golpes de mercado, la hiperinflación y los saqueos, Alfonsín renunció ante el Senado y anticipó la entrega del poder. Así comenzó su etapa política desde el llano.
Escribió los libros Alfonsín responde y Democracia y consenso. En 1991 renunció a la jefatura de la UCR, pero en 1993 volvió a conquistarla y selló con Menem el polémico "Pacto de Olivos", base para la reforma de la Constitución en 1994 que habilitó la reelección del riojano. Dejó la jefatura radical en 1995, pero fogoneó la constitución de la Alianza que llevó al gobierno a Fernando De la Rúa.
En 1999 superó un momento difícil por el accidente automovilístico en Río Negro que lo tuvo fuera de juego varios meses por lesiones graves.La crisis política lo volvió a convocar poco después en una alianza tácita con Duhalde. Elegido senador nacional en octubre de 2001, alineó al radicalismo para designarlo presidente en la Asamblea Legislativa, sancionar la Ley de Emergencia Económica y respaldar la llegada de Roberto Lavagna como ministro de Economía.Durante el gobierno de Néstor Kirchner, Alfonsín escribió sus memorias políticas. Viajó a distintos foros internacionales y fue reconocido nacional y mundialmente con premios y condecoraciones. Apoyó las medidas para salir de la crisis, pero criticó los métodos de conducción política de Kirchner.A principios de 2008, sus pulmones enfermaron y fue operado en los Estados Unidos. En agosto, la presidenta Cristina Kirchner lo visitó en su casa. La siguieron otros dirigentes. El 30 de septiembre pasado, su busto fue instalado en la sala de la Casa de gobierno donde mora la imagen de mármol de los Presidentes. El 30 de octubre fue el centro de los homenajes por el período de democracia más prolongado de la historia argentina. Falleció hoy, a los 82 años.
Envio mis sentidas condolencias a su familia y a los argentinos