sábado, 26 de noviembre de 2011

Wakolda, El nuevo libro de Lucía Puenzo tiene como protagonista a Josef Mengele recorriendo la Argentina en su exilio.


Un nazi obsesionado


POR Miguel Angel Petrecca


Wakolda , la última novela de Lucía Puenzo, tiene como protagonista a Josef Mengele, el médico y antropólogo alemán famoso por los experimentos humanos realizados con prisioneros de campos de concentración, durante la Segunda Guerra Mundial. Tomando un episodio que pertenece a la leyenda nazi en la Argentina, según la cual Mengele habría pasado unos meses en la Patagonia antes de exiliarse en Paraguay, la novela comienza en el momento en que aquel se encuentra huyendo hacia el sur tras ser descubierta su presencia en Buenos Aires por el servicio secreto israelí. En el camino, conoce una familia de argentinos que se encuentran también viajando hacia Bariloche para hacerse cargo de un hostal.


Cautivado por uno de sus integrantes, una adolescente enana pero de rasgos perfectamente arios, de nombre Lilith, que despierta en él su antigua obsesión por la pureza racial, Mengele decide de inmediato instalarse entre ellos. El médico entablará con ella una relación marcada por la fascinación mutua y el erotismo, y a través de su carisma y sus modales finos irá venciendo la desconfianza del resto de la familia, hasta volverse imprescindible. Encontrará así un triple campo donde volcar sus propios obsesiones: por un lado en Lilith, en quien aplicará un tratamiento destinado a corregir sus problemas de crecimiento; luego a través de la creación, en conjunto con el padre de aquella, de una colección de muñecas cuya apariencia encarna el ideal estético nazi; por último salvando pero a la vez experimentando con los mellizos a los que da a luz la madre de Lilith.


El título de la novela proviene de unas muñecas de origen mapuche que escondían un secreto en su interior. En la novela esta muñeca, que se contrapone a las muñecas arias creadas por Mengele, aparece en el camino a Bariloche, cuando se narra un encuentro tenso entre los viajeros y una familia de mapuches que los alojarán durante una noche. Para esta familia de sobrevivientes del exterminio indígena, el médico alemán y la familia de argentinos son exactamente lo mismo: representantes de un ejército de ocupación, recordatorios de la derrota y del exterminio. Así, la novela se proyecta contra el fondo del genocidio nazi, del que Mengele, a través de una serie de metamorfosis y desplazamientos, viene escapando, pero también del genocidio indígena que es la condición de posibilidad de construcción de esa ruta por la que avanzan los viajeros. Si la familia mapuche representa las víctimas de uno de esos genocidios, las víctimas del otro están también representadas en la figura de Nora Eldoc, una sobreviviente de los campos de concentración y de los experimentos de Mengele que llega a Bariloche tras la huellas de este.


Se percibe una cierta atmósfera cinematográfica que delata la doble raigambre de Puenzo, a la vez narradora y cineasta. Esto puede verse tanto en las escenas (las de Nora Eldoc cerrando el cerco sobre Mengele serían el ejemplo prototípico) e incluso en los personajes (el médico nazi recuerda al Hannibal de El silencio de los inocentes : brillante, culto y cautivador, carente de todo rasgo de humanidad pero con una debilidad hacia alguien). En cierta forma, podría decirse que uno puede imaginarse a Wakolda filmada, y de hecho tras escribir la novela Puenzo se dedicó a escribir el guión para la película. Lo que tal vez se pierda en el paso de un medio a otro, sin embargo, es lo que constituye uno de los puntos más atractivos y perturbadores de esta novela, como es la posibilidad que le da al lector de meterse en la cabeza de uno de los más grandes criminales del siglo XX.


fuente:

http://www.revistaenie.clarin.com/edicion-impresa/Lucia_Puenzo-Wakolda_

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