Si nos dejamos llevar por la estadísticas, el ayuno de Yom Kipur es el precepto más cuidado por los judíos a lo largo y a lo ancho del planeta. Sólo una cuestión de imperiosa necesidad logrará hacer que la gran mayoría de los judíos dejen de ayunar en este día, aun cuando el resto del año estén alejado de las tradiciones de Israel. ¿Qué tendrá tan de especial este precepto que ha sido elevado por encima de los demás? ¿Por qué un judío estaría dispuesto a abandonar sistemáticamente los otros 612 preceptos menos el ayuno de Yom Kipur?
¿Por qué no elegir otro? Alguno menos doloroso, como el encendido de las velas de Januká. ¿Por qué es este el único precepto que ingresa en el currículum de la gran mayoría de los judíos del mundo?
Pensemos en la diferencia que existe entre un currículum y una biografía.
El currículum es perfecto, es "marketinero". Allí sólo incluímos aquellos aspectos de nuestras vidas que creemos merecen ser destacados y pueden darnos algún rédito. Nadie escribirá jamás sus fracasos, despidos o frustraciones en un currículum. Pero la biografía, por el contrario, incluye todo; lo destacado y aquello que quisiéramos ocultar.
Un currículum es sintético. Una biografía abunda en detalles. Un currículum es obra de nuestras manos. Una biografía, si pretende alguna objetividad, debe ser escrita por otros.
Dios en estos días del año no lee nuestro currículum; lee nuestra biografía. Allí estará todo; nada podrá ocultarse. Los fracasos no se podrán disfrazar de éxitos, ni se podrán aumentar las cifras de nuestros logros.
En nuestro currículum bien podria parecer:
5758 - Ayuno en Yom Kipur.
5759 - Ayuno en Yom Kipur. .....
5768 - Ayuno en Yom Kipur.
Pero en este día no es nuestro currículum lo que cuenta. En este día debiéramos sentirnos como si estuviéramos parados frente a un espejo que nos devolverá la imagen que no quisiéramos ver; la imagen de nuestra biografía y no la farsa de un currículum armado a nuestro gusto.
La pregunta no es si ayunamos de 5758 a 5768. La pregunta es cuánto repercutieron esos ayunos en nuestras vidas. Cuánto nos esmeramos para incorporar esos ayunos a nuestro "sistema". Cuánto nos ayudaron a cambiar. Ayunar y no abrir el corazón al arrepentimiento es como apretar el acelerador a fondo teniendo el auto en punto muerto.
El profeta Isaías nos dice: "En el día de vuestro ayuno vais trás vuestros negocios. He aquí que ayunáis para seguir peleando y discutiendo; para herir con el puño de la maldad. ¿A eso llamáis ayuno?"
"El ayuno que yo he elegido para vosotros es para compartir el pan con quien tiene hambre, y para que traigan a los pobres que rechazaron a sus casas".
¿Qué significa todo ésto? ¿Que el ayuno no vale? No. De ninguna manera.
Significa que el ayuno es parte de un contexto y una biografía. El ayuno tiene un día después que los currículums por lo general olvidan. Pero las biografías no mienten.
¿A esto llamáis ayuno? ¿Ayunáis para no cambiar? ¿Para que el día después sea igual al anterior?
Yom Kipur, el día más sagrado y solemne del año, es el tiempo que Dios nos ha regalado para delinear los últimos trazos de nuestra biografía. Con sinceridad, compromiso y convicción; porque las biografías no mienten.
¡Shabat Shalom y Gmar Jatimá Tová!
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Martes 04 de Octubre de 2011 06:07 |
fuente: www.semana.co.il
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