lunes, 3 de febrero de 2014

MEXICO: CRISTINA PACHECO ESCRIBE: Mar de Historias- El eterno viajero

Para suplir nuestras interminables conversaciones, siempre que te ibas de viaje nos llamábamos y nos escribíamos cartas. Las hojas de papel nunca bastaban para que nos dijéramos lo que nos sucedía, a ti en un ambiente nuevo y a mí en el que conoces de sobra porque lo hicimos juntos. Por más cuidadosos que fuéramos siempre se nos olvidaba registrar algo.
 
Para evitar esos huecos se te ocurrió que lleváramos cada uno un diario a partir de nuestra despedida en el aeropuerto o en la estación. Ese registro siempre me ha hecho imaginar que no te has ido, por eso de una vez comienzo mis anotaciones en este cuadernito y no en una libreta, como siempre.

Los arreglos para tu viaje fueron muy complicados. Decidir qué ibas a meter en la maleta nos tomó horas, aunque mucho menos que ordenar en fólders los textos que pensabas corregir una vez más. No dispuse de un minuto libre para ir a la papelería, así que estoy usando el cuadernito que nos mandó Almudena Grandes: El lector de Julio Verne.

Me encanta, porque tiene aspecto de útil escolar, lástima que sea tan delgado. Mañana compraré una libreta gruesa (donde copiaré lo que escriba hoy) y luego otra y otra, porque tu viaje esta vez será muy largo. Por favor, tú también escribe el diario, pero no en papelitos sueltos, sin fecha, que luego tengo que ordenar como si fueran partes de un rompecabezas.

II
Parto de lo que vivimos apenas esta mañana. Por tomarnos un último café, se nos hizo tarde para ir a la estación. Pese a ser domingo, nos topamos con cuatro manifestaciones y un tráfico endemoniado. Estuvo en peligro tu mayor orgullo: jamás haber perdido un avión o un tren. Para colmo surgió otro inconveniente: todos los estacionamientos llenos.
 
Coincidimos en que te fueras caminando a la estación para registrarte mientras yo me estacionaba. Tardé mucho en lograrlo. Cuando bajé del coche me di cuenta de que habías olvidado tu bufanda. La tomé y corrí tan rápido como me lo permitieron los zapatos de tacón alto.
 
Si me hubiera puesto botas quizás habría llegado a la estación antes de que te pasaran al área destinada a los viajeros. Intenté convencer a un guardia de que me permitiera pasar hasta allí para entregarte tu bufanda. Se negó. Le supliqué y hasta lo hice partícipe de tu vida (cosa que detestas), explicándole que te ibas a una ciudad que estaba a 40 bajo cero. Se estremeció como si fuera él quien iba a padecer un clima tan adverso.

Me da vergüenza confesártelo, pero odié a ese hombre sólo porque cumplía con su deber. Traté de ablandarlo llamándolo oficial, pero fue inútil. Me resigné a renunciar a nuestra despedida y al invariable intercambio de recomendaciones y promesas: Júrame que no te quedas triste. Procura dormir en el camino. Cierra muy bien la puerta. Te llamo en cuanto llegue.

Debo haber tenido una cara terrible, porque el guardia al fin me permitió pasar. Entré en el andén en el momento en que subías la escalerilla con la cabeza vuelta hacia la entrada. Sé que me viste, oí que me gritaste algo que no alcancé a entender. Supongo que repetías la promesa habitual: Te llamo en cuanto llegue.

Sentí desesperación, necesidad de abrigarte el cuello y corrí pegada a las vías, pero no alcancé el tren y mucho menos a la altura del vagón en que ibas. Te imaginé quitándote el abrigo y metiendo al maletero la mochila con el libro que quisiste llevarte, los fólders, una colección de bolígrafos bic de punto grueso y al fondo de todo la Mont Blanc de la edición Schiller que te regalé para tu cumpleaños.

Te fascinó desde que la viste anunciada en una revista y decidí comprártela en secreto. De otro modo me lo habrías prohibido, bajo el argumento de que: es demasiado cara. No gastes en mí. Por hacerte un obsequio recibí otro maravilloso: tu expresión de felicidad cuando probaste la pluma en una servilleta de papel.


Mejor no recordar tanto. Vuelvo a lo de esta mañana. Cuando el tren desapareció en la curva me eché tu bufanda sobre los hombros. Sentí la misma tranquilidad que cuando estás de viaje y me pongo tus calcetines o tu suéter que siempre huele a esa loción barata que prefieres.

III
 
Al salir de la estación no pude recordar en dónde había estacionado el coche. Durante el tiempo que caminé para encontrarlo se me olvidó que te habías ido y llamé a la casa para decírtelo. Claro que no obtuve respuesta. Imaginé los cuartos vacíos, silenciosos y sentí apremio de llenarlos con el rumor de mis pasos. A pesar de mi urgencia me detuve en una librería. Recorrí todos los pasillos, miré cada anaquel, me asomé a las mesas de novedades.
 
Mi comportamiento despertó las sospechas de los empleados y de una mujer-policía multicolor: cabello granate, párpados azules, mejillas cobrizas, labios fucsia y uñas verdes. Adiviné sus dudas para elegir esa paleta y el tiempo que le habría tomado maquillarse. Acabé por admirarla y le sonreí, pero ella siguió observándome desconfiada, lista para actuar en caso necesario.

La situación habría sido menos incómoda si le hubiera dicho a la mujer-policía que si iba de un lado a otro se debía a que estaba haciendo comparaciones entre los libros para llevarme el más grueso, el que me aloje y me acompañe durante el primer techo de tu ausencia. Después de consultar índices y hacer sumas me decidí por Los Thibault.

 Sus seis tomos alcanzan mil 830 páginas con letra pequeña. Tomando en cuenta que mi trabajo me deja poco tiempo libre, calculo que leer esta novela me tomará muchos meses, aunque menos de los que tardarás en regresar.

Si estuvieras aquí y te mostrara mi primera compra desde que te fuiste dirías: Este libro lo tenemos. ¿Para qué trajiste otro? Pues para no ver tus anotaciones en los márgenes, las marcas que dejaste, la ceniza de tu cigarro que cayó entre las hojas. En las circunstancias actuales, encontrarme con esas huellas me lastimaría.

IV
 
En cuanto abrí la puerta te grité el saludo de siempre, ya sabes cuál. Subí a tu cuarto rápido, como si estuvieras esperándome. No estabas, pero encontré la ropa que dejaste tirada, el encendedor que diste por perdido y la cachucha con que te protegías de la luz artificial para ahorrar vista, según tus propias palabras.
 
Luego hice lo de siempre al mediodía: bajé a la cocina para hacer café. Aunque no lo creas resulta muy difícil y requiere de cierto valor preparar una sola porción de lo que sea cuando siempre has hecho dos. Con la taza en la mano salí al patio y puse a funcionar la fuente para que subiera el rumor del agua que te recuerda el mar.

Ya casi llené el cuadernito de Almudena. Le pondré la fecha de hoy: 26 de enero. Mañana escribiré en la primera libreta de las muchas que tendré que llenar contándote mi vida hasta el día en que vuelvas. Ya sé que esta vez no será pronto. En cierta forma es mejor: me darás tiempo de cumplir con todos tus encargos, entre ellos encontrar la pluma negra con la que tenías mejor letra. Esto me recuerda otro de mis pendientes: descifrar lo que escribiste en hojas sueltas las noches anteriores a tu viaje.

Hice una pausa. Me levanté del escritorio porque reapareció frente a tu ventana el colibrí que tanto te gustaba. Si él regresó, es imposible que no regreses tú.



FOTO: Cristina y José Emilio Pacheco se retiran del edificio del Ayuntamiento, después que el escritor recibió en julio de 2009 la Medalla 1808, que otorga el Gobierno del Distrito Federal a quienes han contribuido a divulgar la historia de la ciudad de MéxicoFoto Marco Peláez

COMENTARIOS:
  • Hermoso
    Fernando Muñoz
    Esta columna está mas hermosa mas hermosa que de costumbre. Un abrazo Cristina
  • ESCRIBIR CON EL ALMA, ESCRIBIR CON EL CORAZON
    ismael
    Siempre he disfrutado su Mar de Historias, pero particularmente hoy, que las palabras salen desde lo más recóndito de su ser; resultan como manjar, hoy placentero y doloroso, para quienes leemos imaginativamente sus pequeños, pero hermosos, textos dominicales. Señora reciba usted un abrazo fraternal de un humilde lector que vive un pasaje anónimo, dentro de su Mar de Historias, que esperan ser tomados de la tinta de su corazón.
  • es una carta de amor preciosa
    alfonso figueroa
    setmx
  • Engaño sutil
    Maizorro
    No se ha ido,quizá esté nostálgico por la premura del cambio,pero divertido por parecer un tanto ausente...no se irá nunca ya que dejó bastantes ideas a sus lectoras y lectores comunes y eso lo hace convencidamente quedarse...con ésas reflexiones y letras vivas que dejan ver o insinúan cambios en medio de la enquistada desesperanza nacional y mundial de la que nunca fué ajeno...alado viajero que tiene la magia de maravillar de generación en generación a quienes osen vibrar en esa sintonía de lenguaje que en escencia dan los grandes que hacen del mundo algo mejor. Puede ser que el colibrí que la visita ahora a usted hermosa señora lleve anidados en su pequeño corazón tiernos mensajes suyos que poco a poco serán más perceptibles y descubiertos en el suave silencio de ésta aparente soledad. Gracias por compartirnos el mar y un respetuoso beso Sra. Cristina Pacheco
  • Me queda claro
    Sara Ruelas
    Espectacular este escrito! ya entendí como lo que vive un escritor lo transforma en literatura. Creo que tu literatura tendrá otro matíz a partir de tu gran pérdida. Te admiro Cristina.
  • Gran admiracion
    Victor Federico Gomez Pardo
    Señora linda, cuanto dolor y cuanta belleza.
  • Comentario
    beatriz donnet
    Gracias por darnos luz a pesar de tu dolor. Me alegras el domingo, desde Morelia -donde vivo- permiteme alegrar el tuyo.
  • De colibríes y sosías
    Gabriel Favela Jiménez
    Cristina: Ese colibrí ES el viajero.Ya volvió, pero ahora está liberado. Gabriel Favela, según algunos, sosías del viajero. ¡Cuánto ne hubiera gustado conocerlo! Gabriel Favela. Tel 5555934132.El programa del viernes fué ENORME.
  • comentario
    carolina fortuno
    Gracias Cristina por darnos esa muestra de entereza y amor. Me hiciste llorar leyendo tu artículo. Te abrazo profundamente,
  • Admiracion
    Paco
    Cristina; Simplemente una frase que me dijo mi esposa cuando se entero de la muerte de Jose E Pacheco "ya somos mas pobres"... Su articulo de hoy es inmensamente hermoso, gracias, y nuestra solidaridad.
  • COMENTARIO
    JOSE ISMAEL MARCOS TAPIA
    QUE HISTORIA TAN HUMANA COMO SIEMPRE. GRACIAS SENORA POR REGRESAR A COMPARTIR CON SUS ASIDUOS LECTORES SU MAR DE HISTORIAS. QUE DIOS LES DE MUCHA FORTALEZA PARA SUPERAR ESTOS MOMENTOS TAN DIFICILES.
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  • Hermoso
    Jabel
    Que hermoso amor que sigue vivo y asi seguira... mi admiracion y respeto.
  • Agradecer
    guadalupe hernández de havas
    Cristina, gracias por tu texto. Yo también soy viuda. Muchas gracias. Un abrazo fuerte lleno de confianza y cariño.
  • Domingo
    Hugo Casanova
    Cristina, una historia intima y hermosa. Reciba un gran abrazo.
  • Admiración
    Laura Glez Zúñiga y Glez
    Cristina: Siempre elocuente, siempre sensible, este texto me llegó al alma, seguramente a muchos más. El colibrí siempre vuelve, me consta. Mi admiración y reconocimiento, un gran abrazo. Laura G Z y G
  • Comentario
    Joel Benavides
    Gracias Cristina. Nos ayudas a visualizar una historia de amor que continuará en tu corazón y en el nuestro.
  • comentario
    rafael parra
    hoy me levante pensando en leer Mar de Historias y me encontré con el primer capitulo de una historia de amor y como toda historia de amor, duele. Gracias Señora.
  • Comentario.
    José López
    Simplemente hermoso. Un saludo fraterno y solidario a Cristina, no por la pérdida de José Emilio, sino por su larga ausencia, que todos extrañaremos. Qué Dios la bendiga siempre Cristina, por que JEP ya está junto a él, conversando para siempre.
  • Mil gracias por compartir
    Ricardo Romero
    Su ensayo nos recuerda a todos los viajeros como yo que algun dia tenemos que regresar , siempre leo sus ensayos cuando me encuentro en Angola solo , cada 35 dias dejo a mi esposa e hijo , lamento mucho la muerte de su querido esposo
  • Reconocimiento
    ernesto
    Apreciable Cristina. Una vez más disfruto mi domingo con tu Mar de Historias. Gracias. Un abrazo fuerte a ti y a José Emilio. No se ha ido. Ambos siguen presentes en sus lectores.
  • Cordial y solidario saludo
    Pepe
    Siempre disfruto ver sus programas y leer sus escritos. Hoy no fue la excepción, además me emociono y surgieron algunas lágrimas y las mejores vibras para usted y en especial para su esposo, que ahora tendrá tiempo suficiente para escribir.
  • Comentario
    Mariano Avila
    Conmovedor y hermoso. Que el Señor le llene de fortaleza y consuelo. Gracias por abrir su corazón y compartir su vida con nosotros. Mariano
  • Sra. Pacheco.
    Cristina Pérez Stadelmann
    Que maravilla Cristina, qué maravilla de texto.
  • Reinventar al viajero
    juan manuel ocampo
    Lic. Cristina Pacheco, usted hace más ligeras mis guardias de los domingos en mi oficina, aquí en Playa del Carmen, a través de su mar de historias, ésta última en particular, el colibrí que observó era él, regresó para recordarle que néunca deje de hacer lo que más ama en la vida…¡escribir!
  • Agradecimiento
    Teresa Vega
    Usualmente sus historias son muy interesantes, en esta ocasión nos compartió una parte de su vida personal; así que de mi parte muchas gracias y como siempre excelente historia.
  • Sin aliento
    Rosa María
    Estimada y respetable sra. Cristina, en verdad su "mar de historias" del día de hoy me dejo sin aliento, pero con una sensacion de satisfacción al leer tan maravilloso relato, Le aseguro que con la filosofía que ve la vida, seguirá estando tan acompañada como siempre.
  • Cristina = Amor
    Alfonso Serrano
    Bellísimas letras, señora Cristina Pacheco. Los queremos mucho.
  • pésame
    Miguel
    Mucha fortaleza Cristina, en este momento de tribulación, tan difícil, qie Dios bendiga a José Emilio. :(
  • agradecimiento
    salvador
    Gracias, Cristina, por lo que hiciste de José Emilio, por lo que haces de ti, y por lo que haces por mí.
  • Saludo a Cristina P.
    Matilde Martinez M
    Me gusto mucho esta columna, claro disculpa pero es la primera que leo tuya a veces veo tu programa de tv. Pero, al final me acorde que mi mami me contó que las chuparosas o colibríes son nuestros cariños bueno su espíritu, que regresan a despedirse de nosotros. A mi me paso, espero que cuando tu Cris veas uno, sientas cerca a tu amor que esta en paz. Un abrazo de nuestra parte Carla, Geno y Maty
  • Entrañables lineas de Cristina
    Dra. Guadalupe Sánchez Díaz
    Hermosa mujer, hermosas líneas, hermoso amor, eterno, constante y cotidiano. Siempre estará contigo en la distancia y el tiempo, porque no tiene fin, no permitas que la tristeza, la amargura o la soledad lo empañen, al fin y al cabo ´"ellas" si se pueden ir para no regresar. Con toda mi admiración y solidaridad para Cristina; Guadalupe Sánchez Díaz
  • Cristina un fuerte abrazo...
    Teresa Vega
    El tiempo, mitigante del dolor. en espera siempre del regreso, el volverá y tendrá un sin fin de experiencias por platicar. Y tú tardarás mil años en platicarle todo lo que has vivido. Hasta el próximo encuentro; querida Cristina.
  • Comentario
    Manuel Reyes García
    No puede volver lo que no se ha ido, y si se fue, es sólo por un momento Adelante maestra Cristina.
  • Mis respetos
    Fernando Vera
    Este acontecimiento triste la ha inspirado a escribir una de las columnas mas bellas y conmovedoras que he leído de usted en muchos años que tengo de seguirla. Mis respetos para usted y su inolvidable compañero de vida.
  • La esperanza del reencuentro.
    Ale
    Simplemente hermoso... No pude evitar que las lágrimas salieran... Ojalá que cuando yo muera mis seres queridos tomen esa actitud de serenidad y me recuerden con tanto amor... El amor que a Cristina la hace esperar el regreso de su viajero, aunque sabe que ella es la que tendrá que emprender el viaje para reencontrarse de nuevo... Mientras tanto, seguirá deleitándonos con su mar de historias y concluyendo los encargos de su adorado José Emilio... ¡Qué afortunados somos de tenerlos entre nosotros!... Un gran abrazo Cristina, mi admiración y respeto... mil gracias por hacernos participes de ese gran amor...
  • Comentario
    Marina Esquivel
    Bello hasta las lágrimas.
  • Simplemente hermoso
    santiago mendez agama
    Cristina, que las hojas de esas libretas sean muchas antes del reencuentro, porque así José Emilio y usted tendrán muchas horas de lectura mutua. Ojalá de cuando en cuando nos comparta alguna de esas hojas de libreta que como la de hoy, refleja un inmenso amor traducido en palabras, que vuelve al texto simplemente hermoso. Muchas gracias por él, ahora permítame secar mis ojos, para volverlo a leer. Un enorme abrazo.
  • saludo
    Isabel
    Un abrazo, besos y todo mi cariño, hermoso escrito, gracias por compartirlo.
  • Domingo Ciudad de México
    Daniel
    Grandes Cristina y Emilio, no sé como explicar, pero si dijera México definitivamente tendría que decir, metro, mercados, tamales, Tlatelolco, colonia guerrero, Cristina y/ó Emilio, tlalpan, en fin olor a libro y un poco de Domingo
  • reconocimiento
    Rebeca Gracida Esquivel
    solamente gracias por compartir como vive su duelo!!!
  • Sublime por lo profundamente humano
    Salvador
    Estimada Sra. Cristina, un abrazo solidario con un agradecimiento por plasmar en su texto un mensaje profundamente humano. El gran poeta JEP, ciudadano universal y gran mexicano vivira por siempre, nos dara fuerza y sabiduria para mantener este gran pais. Gracias por su excelente texto.
  • Magnífico
    Raúl Ríos Trujillo
    Con el tiempo uno se vuelve áspero, sólido, magnificamente insensible, gracias por el texto, el recado de que todavía uno puede estremecerse al leerla, y devolverme el asombro.
  • Gran narración
    Mario
    He leído su trabajo en varias ocasiones y todo me ha parecido magnífico, pero en ninguno había visto tal capacidad narrativa; le extiendo una sincera felicitación y, por desgracia, también un enorme pésame
  • Un abrazo
    Elena Segovia
    Estimada Sra. Pacheco, Mil gracias por su escrito de hoy que me ha conmovido tanto como para enviarle un abrazo de amistad y solidaridad. Nos "conocemos" por sus programas de la tele. Vivo en los Estados Unidos y mis noches se enriquecen con sus conversaciones y sus paseos por el DF. Muchas gracias por compartir la magia del amor ahora sin límites de tiempo ni espacio y a pesar del dolor.
  • Comentario
    Lourdes Azcona
    Sí existe otro mundo, si existe un mundo lleno de Paz, Amor, Tranquilidad, Respeto, Gozo, y Ustedes son el mejor ejemplo, gracias por mostrarlo y por hacernos llorar con ésto.
  • José Emilio Pacheco y Cristina Pacheco, Grandes.
    Frank
    Acércate y al oído te diré adiós. Me voy pero me llevo estas horas. José Emilio Pacheco
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  • Comentario
    Iram Azael MdO.
    Nunca me pierdo "Mar de historias", pero esta vez se distingue, me transportó, me enamoré. Felicidades, un saludo.
  • Comentario
    Roberto
    resulta imposible terminar esta columna sin una lágrima en la mejilla; "hay quienes viajan en cuerpo y hay quienes viajan en alma..." D.E.P José Emilio Pacheco. Un abrazo a Cristina.
  • Un abrazo
    Isabel Gonzalez
    Un fuertisimo abrazo, lo lamento mucho y estamos contigo, la columna más linda que de costumbre.
  • Sin Palabras
    Abraham Rocha
    Creo que no podría haberlo escrito mejor, un abrazo y mi admiración.
  • Comentario
    Mónica
    Hermoso, Cristina!! Un abrazo con el alma.
  • mis respeto
    Yari Cardona
    Siempre la he admirado y he leo con frecuencia su mar de historias.... hoy ha sido mas que emotiva.. reciba un abrazo
  • Comentario
    SRA ENOE JUAREZ
    Que hermoso es ver que el amor aun existe.........
  • hermosa
    Ugalde Araiza Sandra
    Señora Cristina,las cosas que son de dos seràn siempre de dos,aunque el otro tarde mucho en regresar.Gracias por este mar de historias.
  • no lo quería leer pero fue más mi anhelo de sabore
    josé villatoro
    de saborear la nostalgia de una permanente despedida y un rencuentro interminable, no tengo la duda de que mi tristeza es la de muchos, que el duelo sobrepasa los corazones, recorre las casas pasa por las hojas de los árboles surca el aire y hasta viene con el frio de la mañana o el calor del mediodía, una despedida involuntaria una inaudita partida. No puedo decir que lo siento cuando ni siquiera acepto que se ha ido, mejor como lo cuenta su señora prefiero recordar que sigue vivo.
  • Comentaqrio
    Miguel Escobar
    Encontramos en tu escrito algo diferente,único. gracias
  • Señora mis respetos
    Javier González Valencia
    Mis respetos y solidaridad para una gran dama de las letras que siempre estuvo al lado de ese gran señor de las letras.
  • Algún día lo alcanzaremos
    Rosa María Quesada
    Cristina: El viaje que JE emprendió es de ida nomás. Algún día lo alcanzaremos, y eso me consuela, saber que en algún momento por fin lo conoceré. Mientras tanto, tendrás mucho que escribirle, para que no se quede con ninguna laguna de tu vida, que fue la suya. Muchos abrazos y recuerda que nosostros tus lecotres estamos aquí, en lo conocido, ávidos de seguir compartiendo y acompañándote. Abrazos.
  • Comentario
    María del Carmen Ortega
    Hermoso texto, un abrazo cariñoso, siempre me gustan sus textos y el de hoy es muy especial.
  • Cristina
    Teresa Ramírez
    Hernosa columna un gran abrazo Cristina te queremos. 05d5u
  • Cristina Pacheco
    Michel Amanton
    Sra. Pacheco, me ha conmovido tanto su historia que se me ha encogido el corazón, hay tanto amor como si fuera miel, que maravillosos recuerdos, es lo que hace inmortal al gran José Emilio Pacheco, gracias por compartir.
  • Amar así...
    Paloma Cuevas R
    El día que sepamos todos amar así, dejando libre al otro, sin dependencias disfrutando de sus momentos luminosos. Y sabiendo en la distancia y en la ausencia valorar y disfrutar la presencia... Quiero conocer un amor así... Los que nos dedicamos a ese arte de escribir requerimos de historias para llenar nuestra producción, sin embargo no siempre deben ser densas o tristes, o desoladoras... hay historias como está que hacen vibrar al alma, que hacen creer que la vida vale la pena de ser vivida.
  • Comentario
    Isabel Jaubert Dávila
    Que hermoso Cristina, no te conozco, pero ese amor tan profundo, merece mi mas infinito aprecio por ti. Mi mas sentido pésame por tu amadísimo nesposo.
  • Reconocimiento
    Rosario
    Reconocimiento y solidaridad Señora Cristina, le envío un fuerte abrazo.
  • Mis respetos
    Antonio Constantino
    Primeramente mi mas sentido pésame por esa perdida para todos los admiradores de tan brillante obra como fue de J.E.Pacheco y mi admiración por usted Sra. Pacheco soy un ferviente admirador suyo Dios la bendiga y encuentre pronto la resignación.
  • Mar que abraza
    Alicia González
    Un maravilloso texto que conmueve hasta el alma pude sentirla más que nunca y el siempre estará ahí como el vuelo de los colibries y sus letras. Un abrazo desde Tijuana.
  • Comentario
    Josué Daniel
    El dolor y pesar de una ausencia "eterna" convertida en un utópico consuelo literarío...!! Que grandioso escrito nos comparte Cristina, perdón!... Que grandiosa cristina, nos comparte su sentir.... :(
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