Demasiadas
veces se relaciona la vejez con la pérdida de facultades mentales. Pero
especialistas en el funcionamiento del cerebro como Tony Buzan aseguran
que no tiene por qué ser así.
“Una mente perezosa es el taller del diablo” (Proverbios)
En su manual Tu cerebro más joven,
Tony Buzan pone como ejemplo de longevidad intelectual una comunidad de
monjas de un recóndito lugar de Minnesota (EE UU) llamado Mankato.
Desde hace tiempo interesa a los investigadores del envejecimiento
cerebral, ya que muchas de estas mujeres superan los 90 años y hay una
cuantas centenarias, la mayor parte de ellas con una asombrosa agilidad
mental.
Una
monja de esta comunidad, Marcella Zachman, fue portada de la revista
Life porque impartió clases hasta los 97 años. Otra hermana, Mary Esther
Boor, no se jubiló de su trabajo hasta los 99 años.
Las monjas de Mankato hacen todo lo posible para mantener la mente ocupada en su vida cotidiana.
Compiten
en concursos, resuelven pas
atiempos y mantienen debates, además de
escribir en sus publicaciones, dirigir seminarios y dar clases. Según
Snowdon, el estímulo diario revitaliza los conectores del cerebro, que
tienden a atrofiarse con la edad, haciendo que se ramifiquen y creen
nuevos vínculos.
Estudiosos
del cerebro humano han demostrado que la red neuronal del cerebro nunca
es la misma, ya que, dependiendo de nuestra actividad, fortalecemos
unas conexiones a la vez que debilitamos otras. Cada experiencia
enciende su propio patrón de neuronas, por lo que el mapa cerebral
cambia sin cesar.
Ésa
es la buena noticia: puesto que el buen estado de los circuitos del
cerebro depende de lo que hacemos con él, podemos evitar la pérdida de
facultades mentales tonificando nuestra materia gris con retos y
estímulos de calidad.
La regla de las 10.000 horas
“Lleva mucho tiempo llegar a ser joven” (Pablo Picasso)
En un libro del que se ha hablado mucho recientemente, Fueras de serie,
Malcolm Gladwell postula la regla de las 10.000 horas. Según las
estadísticas recogidas por el autor, es el tiempo que necesita aplicarse
a una misma actividad cualquier persona para alcanzar la maestría.
Contrariamente a lo que se cree, el cerebro de un genio no es diferente
del de alguien común y corriente, tal como se comprobó en la disección
del de Einstein. Todos tenemos más talento para unas disciplinas que
para otras, pero lo que distingue a la persona brillante del resto son
esas 10.000 horas que ha dedicado a una misma cosa, sea el violín, la
informática o la gestión de un negocio.
Esta regla también se aplica al rendimiento del cerebro. Según los
neurólogos, cuando lo mantenemos ocupado a través de la lectura, la
creación artística o el juego, aumenta la llamada memoria automática,
que es la que nos permite hacer cosas sin pensar en ellas.
Es el caso del ajedrecista que, en los primeros compases de la partida,
mueve sus piezas sin tener que cavilar. O el de un pianista de nivel que
interpreta una compleja partitura mientras habla con alguien. Su
esfuerzo y constancia les han procurado un seguro de vida para sus
facultades intelectuales, que operan incluso sin que intervenga la
conciencia.
Algunos ejemplos de que la agilidad mental no está reñida con la edad
fueron Miguel Ángel, que dio luz a sus mejores obras de los 60 a los 89
años, hasta su último día de vida. Goethe terminó su obra maestra Fausto
a los 82 años.
Su secreto tiene dos ingredientes básicos: trabajo e ilusión.
Las 7 claves de un cerebro joven
“Envejecer es un mal vicio que no se pueden permitir los que andan muy ocupados” (André Maurois)
Como
no todo el mundo tiene tiempo o ganas de escribir novelas o de tocar el
violín, vamos a ver las claves para mantener el cerebro joven a
cualquier edad.
Según
el divulgador William Speed, hay siete cosas que todo el mundo debería
hacer para que su centro de operaciones no vea menguado su rendimiento:
1. Ejercicio. Según los especialistas en terapias anti-edad, el mejor tonificador del cerebro son las zapatillas de deporte, ya que mejoran
el ritmo cardiaco y, por tanto, la circulación de la sangre. Un cerebro
bien irrigado mantiene en buen estado las conexiones entre las
neuronas, que son esenciales para el pensamiento. Por tanto, el
ejercicio suave suministra más sangre y oxígeno a nuestro tejido
cerebral, evitando que se deteriore.
2. Buena alimentación.
El consumo de alimentos ricos en antioxidantes –frutas y verduras,
legumbres, frutos secos, té verde– no sólo ayuda a prevenir el cáncer,
sino que neutraliza los temidos radicales libres que envejecen el
cerebro. Una dieta demasiado grasa, además, puede derivar en presión
arterial alta, diabetes, obesidad o colesterol, los cuales dificultan el
riego sanguíneo también en el cerebro.
3. Aprender siempre. Aunque
nuestra materia gris empieza a envejecer a los 30 años, un aprendizaje
constante permite mantener la agilidad. Para ello debemos procurar a la
mente ejercicios y nuevos desafíos.
4. Mantener la calma.
Jeansok Kim, un investigador de la Universidad de Washington, asegura
"que el estrés puede dañar los procesos cognitivos como el aprendizaje y
la memoria". En especial, el estrés crónico debilita la región del
cerebro denominada hipocampo, donde se forma y consolida la memoria.
5. Dormir suficiente.
Un estudio llevado a cabo en Harvard con estudiantes de matemáticas
demostró que un buen descanso nocturno duplicaba la capacidad de los
participantes para resolver problemas planteados el día antes. Esto se
debe a que, mientras dormimos, el cerebro se mantiene activo y tiene
tiempo de sintetizar lo que ha aprendido con anterioridad. La expresión
“voy a consultarlo con la almohada” tiene, por tanto, mucho sentido.
6. Reír.
El humor estimula la generación de dopamina, una hormona y
neurotransmisor que nos hace “sentir bien”. La risa nos ayuda a
relativizar nuestras preocupaciones, con lo que evitamos que nuestra
mente se ancle.
7. Aprovechar la experiencia.
Lo bueno de hacerse mayor es que atesoramos un archivo con millones de
situaciones que nos proporcionan criterio. Esta información podemos
aprovecharla para afrontar problemas –nuestros o de otras personas– para
los que una persona joven no está preparada.
Juegos para el cerebro.
“Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen; y envejecen porque dejan de jugar” (Oliver Wendell Holmes).
En
las farmacias se venden sofisticados complementos vitamínicos para
nutrir nuestro músculo pensante, y las tiendas de productos naturales
recomiendan ginseng para la vitalidad y gingko biloba para reforzar la
memoria. Sin embargo, la mayoría de especialistas coinciden en que el
juego es el protector número uno de las facultades mentales. La
terapeuta Amber Hensley aconseja incorporar a nuestra rutina diaria
alguna de estas actividades para mantener bien lubricada nuestra red
neuronal:
• Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, el dominó o las cartas, incluyendo los solitarios.
• Rompe cabezas, mecanos y otros juegos de construcción.
• Crucigramas, sudokus o cualquier pasatiempo.
Para
los que se aburren con esta clase de pasatiempos, aprender un idioma es
una excelente manera de engrasar todos nuestros circuitos cerebrales,
ya que implica ejercitar la memoria, entender nuevas estructuras y
sintetizar reglas gramaticales.
Por
supuesto, dos actividades como leer y escribir también resultan una
gimnasia mental de primer orden, al igual que aprender a tocar algún
instrumento musical.
Una
actitud optimista será el complemento imprescindible para que nuestro
cerebro sea un generador de creatividad en lugar de un pozo de lamentos.
Alimentar
la curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo es todo lo
que hace falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la vida..
Como reza un proverbio irlandés,
“nunca lamentes que te estás haciendo viejo, porque a muchos les ha sido negado este privilegio”.
Para mantener la mente fresca.
1. Libros
– ‘Tu cerebro más joven’, Tony Buzan (Urano).
– ‘Fueras de serie’, Malcolm Gladwell (Taurus).
2. Películas
– ‘Ahora o nunca’, Rob Reiner (Warner Home).
– ‘Space cowboys’, Clint Eastwood ( Warner Home ).
3. Discos
– ‘At my age’, Nick Lowe (Proper Records).
– ‘Buena Vista Social Club’, Ry Coder (World Circuit).
“La única forma de mantenerse joven mentalmente es no dejar nunca de jugar."
Independientemente de la edad, debemos vivir como si estuviéramos
poniendo a prueba el mundo, es decir, seguir siendo niños. Cuando
observamos a grandes artistas como Matisse, Picasso o Miró, entendemos
que en esencia continuaron haciendo lo mismo que en su infancia: jugar,
divertirse, ponerse nuevos retos. Mantener la ilusión cada día y no
renunciar a los valores de la infancia es el elixir de la juventud.
También para el cerebro, pues en cuanto empiezas a pensar como un viejo
ya has perdido la batalla. Por eso es bueno que los abuelos estén cerca
de sus nietos y les vean jugar e imaginar. Los niños son nuestros
mejores maestros” (Gerard Rosés, pintor).
"Nada en esta vida es producto de la coincidencia o de la casualidad, lo
que hagamos en este mundo, mientras la materia del cuerpo tenga vida,
tendrá repercusiones en la eternidad de nuestro espíritu."
fuente: http://www.fundacioninova.org/adultos.php
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