Los cristianos sirios viven una Navidad austera en solidaridad con los muertos en su país, pese a que temen no ser bienvenidos en su propia tierra si los islamistas ascienden al poder y el régimen de Bashar al Asad es derrocado.
El cristiano ortodoxo George Juri, de 50 años, vive una lucha interna entre sus sentimientos de enfado y miedo ante la perspectiva de que los islamistas gobiernen algún día si Al Asad cae y la culpa por encontrarse a salvo en Damasco mientras otros compatriotas suyos sufren la inseguridad tras nueve meses de agitación popular.
Por ello, los adornos y luces que antaño decoraban las viviendas e iglesias han desaparecido y los fieles se disponen a celebrar de forma espartana la Navidad, limitándose a las fechas religiosas importantes.
La festividad está empañada por los más de 5.000 muertos que, según la ONU, se han registrado desde el inicio de las protestas a mediados de marzo pasado por la represión de seguridad, que, no obstante, ha fracasado a la hora de evitar que los manifestantes salgan a las calles de ciudades sirias en provincias como Deraa (sur), Homs (centro) y Hama (centro).
El Gobierno sirio asegura que está siendo amenazado por radicales islámicos, algo que muchos cristianos defienden, y prueba de ello es que los distritos y localidades con mayoría de este credo han permanecido tranquilos desde marzo pasado.
Los cristianos representan el 10 % de los 22 millones de sirios y han estado presentes en la zona desde hace 2.000 años. Pertenecen a varias Iglesias como la ortodoxa, la católica y la asiria.
"Siria es mi país -afirmó Juri-. Nací aquí y moriré aquí. Haré lo que sea para protegerla (Siria) y creo que deberíamos dar una oportunidad al régimen".
Sin embargo, Juri se mostró en contra de la violencia y muy triste por la muertede sus compatriotas: "La Navidad de este año me está rompiendo el corazón", manifestó conmovido.
La joven universitaria Mary Samun coincide con este punto de vista y expresó su preocupación por un hipotético ascenso de los islamistas al poder.
"Es muy duro para mí pensar así, pero no me puedo imaginar a los islamistas radicales tomando el control", dijo la joven, para quien sus correligionarios deberían hacer todo lo posible para evitar esa "situación terrible".
El analista político, Sami Mubayed, de credo musulmán, consideró que los cristianos sirios no deberían tener miedo y para demostrarlo se apoyó en cifras.
"El islam político nunca llegará al poder en Siria, donde el 10 % de la población es cristiana y nunca votaría por los Hermanos Musulmanes. Tampoco los chiíes y alauíes, que suponen el 15 % de la población, o el 3 % de drusos o el 2 % de otras comunidades (circasianos, judíos o ismailíes)", aseveró Mubayed.
Mubayed destacó que, al igual que esas minorías, ni el 15 % de kurdos sirios, ni el 10 % de tribus beduinas apoyarían nunca a un partido islámico.
"En total suman un 55 %, a los que se añade un 25 % de la mayoría suní, que son laicos o simplemente son gente a la que no le atrae el islam político", agregó el experto.
Los temores de los cristianos están originados por lo ocurrido en los últimos meses en otros países árabes donde ha habido revueltas populares como Túnez y Egipto, y en los que las protestas de signo laico del principio están dando paso a gobiernos de corte fundamentalista islámico.
En Egipto, inmerso en un largo proceso electoral, los resultados preliminares dan la victoria a los Hermanos Musulmanes, seguidos de los salafistas (musulmanes rigoristas), mientras que en Túnez los partidos islamistas han ganado en los comicios tras el derrocamiento del régimen de Zine el Abidine ben Ali.
En Libia, las nuevas autoridades han declarado que impondrán la sharía o ley islámica como fuente principal de la legislación.
EFE-via www.aurora-israel.co.il
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