El ataque cerebral es una afección cuyo origen es la pérdida súbita de flujo sanguíneo (accidente isquémico) o el sangrado (accidente hemorrágico) a nivel cerebral.
Cualquiera de estas dos situaciones puede provocar el debilitamiento o la muerte de las neuronas , debido a que sin oxígeno las células nerviosas no funcionan, lo que conlleva a que las partes del cuerpo controladas por esas regiones con células dañadas también dejen de actuar .
En la Argentina, cada 4 minutos una persona sufre un ataque cerebral . Es la tercera causa de muerte en el mundo y la primera de discapacidad en adultos . Los efectos que produce son, en general, permanentes, ya que las células cerebrales no se regeneran.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 5,5 millones de personas mueren cada año por un accidente cerebrovascular .
Además, es una patología cuyo tratamiento es muy costoso , no sólo por las drogas y la rehabilitación, sino también por el impacto económico que genera la discapacidad en la familia del paciente.
Se estima que 1 de cada 4 hombres y 1 de cada 5 mujeres de 45 años pueden sufrir un ataque cerebral, con una expectativa de vida de 85 años.
Cómo reconocer los síntomas
Cada minuto que pasa, la persona que sufre un ataque cerebral pierde dos millones de neuronas .
Por eso, es necesario reconocer de manera temprana los signos de la enfermedad, ya que está comprobado que la atención médica inmediata (en las tres horas posteriores al episodio) reduciría considerablemente las probabilidades de discapacidad y muerte.
Los primeros síntomas que aparecen son: pérdida de sensibilidad, debilidad o parálisis repentinas en la cara, el brazo y/o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo; confusión súbita, inconvenientes inesperados para hablar o entender; dificultad repentina para ver con uno o los dos ojos; problemas para caminar, mareo, vértigo, pérdida del equilibrio o falta de coordinación; y dolor de cabeza imprevisto y de gran intensidad.
Tratamientos
Entre los tratamientos existentes de última generación se encuentran las terapias trombolíticas que pueden detener el ataque cerebral cuando se trata del tipo isquémico.
Estas drogas deben aplicarse dentro de las tres horas de manifestados los síntomas. Los especialistas recomiendan siempre consultar de inmediato al médico para que pueda evaluar si la persona está en condiciones de recibir la medicación.
Además, cualquier tratamiento va a depender del tipo de ataque cerebral, edad, estado de salud y tiempo transcurrido desde la aparición de los primeros signos .
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