viernes, 13 de noviembre de 2015

Mónica Dawidowicz :Sobrevivió el Holocausto y su testimonio busca perpetuar la memoria



Reconstruyó el inicio de su vida de a pedazos. Por testimonios ajenos, historias parecidas y hechos de guerra.

 Mónica Dawidowicz nació en 1941, en la ciudad de Lida, un territorio que ha pasado por muchas manos desde aquella época. En ese entonces era territorio polaco ocupado por la Alemania nazi. En la posguerra fue parte de la Unión Soviética, y hoy es Belarús, o Bielorrusia, un país independiente. Pero para ella, será para siempre el espacio de sus raíces, el lugar de sus padres, y también el recuerdo de la muerte de gran parte de su familia.
“Yo creo que estos testimonios deben servir para que las generaciones jóvenes lo recojan, para que nadie pueda decirles que el holocausto no existió y para que se comprometan con la historia en preservar la memoria y que les sirva para rechazar la discriminación, la xenofovia y el antisemitismo”, señaló este miércoles Mónica Dawidowicz, una mujer que decidió no hace mucho comenzar a transmitir su experiencia para aportar a la memoria colectiva de aquellos años.
La disertación tuvo lugar en el Centro Social Israelita con motivo de la recordación de la Semana de la Shoa, el nombre judío con el que se conoce en la comunidad al Holocausto que llevó a la muerte a millones de judíos a manos de los nazis durante la segunda guerra mundial.
















“Mi vida está marcada por la supervivencia y los cambios de identidad. Nací en un sótano del gueto de Lida, mi madre ingresó allí junto a mi hermana Ester, que sobrevivió y vive hoy en Israel, y mi hermana Neja. Mis padres se llamaban Nejama e Ishaiahu. No había forma de sobrevivir por mucho tiempo, sabíamos de los traslados que terminaba en la muerte y mis padres decidieron salvarnos a mi hermana y a mi. Por huecos en las alambradas del guetto nos entregaron a familias polacas no judías. Así comenzamos nuestra supervivencia”, relató ante un auditorio que siguió atentamente cada trazo de la historia.

El final para casi todos los judíos de Lida fue el campo de exterminio de Maidanek al que fueron trasladados allí hacia 1943. Allí murió gran parte de la familia de Mónica.
El final de la guerra la encuentra con otro nombre: Irina Schipula, la “hija” de una familia polaca que la adoptó y le permitió vivir hasta la caída del régimen de Adolf Hitler en mayo de 1945.
“Unos tíos que habían sobrevivido me encuentran en Polonia y me quieren recuperar, la familia Shipula se niega a entregarme pero finalmente aceptaron. Sin embargo, el caos que acababa de terminar nos había dejado a todos los judíos sin documentos, mis tíos se iban a Palestina, que en ese entonces estaba bajo dominio británico, pero el viaje era muy largo y peligroso para una niña que, además, no tenía documentos. El Congreso Judío Mundial se hizo cargo de mi pues había parientes en Estados Unidos, Argentina y Uruguay que me querían, pero Estados Unidos dijo que ya no había cupo para la inmigración judía, y en Argentina tampoco nos aceptaron. Mientras tanto me llevaron a un orfanato en Suecia, donde me hicieron la documentación que me permitió que un tío de Uruguay me adoptara y permitiera mi llegada a Ameríca”.
De tono pausado, con ganas de contar, mirando a los ojos a cada uno de los presentes, parece sentirse a gusto y especialmente dedicada a los más chicos. Hay muchos jóvenes. Todos escuchan, como tratando de imaginar cada situación. Asombra el recorrido, las circunstancias y el valor de aquella niña sin nadie que recorre el mundo en busca de un hogar.
“En Uruguay mis parientes tienen muchos hijos, pero tengo otros tíos en Argentina que no tienen hijos. Ellos me adoptaron. Y volví a cambiar de nombre. Me llamaron Mónica, aunque mi nombre es Raquel, tal cual me puso mi madre, y como figura en mi documento, la tradición judía no permite que la hija se llame igual que la madre, y la señora que me adoptó en Argentina se llamaba Raquel, así que me llamaron Mónica, y así me tienen hasta hoy”, relata.
Los periplos de la llegada a la Argentina de Perón en el año 47 “por la puerta de atrás, cuando los nazis entraban por la puerta grande”, la hizo mantener un silencio demasiado prolongado. Fue recién durante la presidencia de Fernando De la Rúa que aceptó hablar y dar testimonio.
“De la Rúa nos recibió a todos los judíos que habíamos entrado por la puerta de atrás de la Argentina y nos pidió perdón en nombre del Estado Argentino, recién allí me sentí legitimada”, afirma.
El tiempo de las preguntas del público fue rico en detalles de interés para todos. Desde preguntas sencillas como sus recuerdos de guerra, pasando por su recuerdo de la captura de Adolf Eichmann en Argentina en 1961. “Iba yo en el colectivo 60, y el conductor tenía la radio encendida, cuando dieron la noticia no lo podía creer. Me puse a llorar allí mismo. Era un inmenso acto de justicia”, recuerda.
Los jóvenes presentes también fueron protagonistas. Todos querían saber, conocer más. “Que piensa de Dios?, guarda rencores?”, fue la pregunta que un adolescente tiró sobre la mesa como para cerrar una noche llena de emociones.

“No mezclo a Dios en cosas de los hombres. Todo lo que pasó tiene al hombre como único responsable. No guardo rencores. Agradezco a la vida, por mi familia, por mis hijos y por mis nietos”


FUENTE: http://03442.com.ar/2015/11/sobrevivio-el-holocausto-y-su-testimonio-busca-perpetuar-la-memoria/

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