Mónica Russomanno
RESORTES OCULTOS
Sentada en la plaza, en ese tiempo muerto de esperar
a alguien, miraba sin ver un enorme roble envejecido.
Sin saber entonces el motivo,súbitamente retornó a
ella la voz de su padre.
No lo supo de inmediato, pero las grietas de la piel del
árbol repetían sutilmente el dibujo de sus arrugas,
trabajando ocultamente para rescatarlo del tiempo y
el olvido.
Su amor le pasó la mano en caricia leve por el rostro.
Sintió el ansia de volver a ver el mar. El sonido producido
por la palma sobre el oído le había recordado el oleaje
sobre la arena.
Ella escribe canciones. Una noche halló la frecuencia exacta.
La escondió sutilmente en los pliegues de una melodía.
Ayer, en el recital, cuando cantó la canción nueva, varias
personas espantaron mosquitos imaginarios con vagos
ademanes.
Ahora quiere hallar el color exacto de su momento más
feliz, para pintar con él las paredes de su dormitorio.
No sabe si lo encontrará,tampoco sabe si verlo
constantemente desgastará el efecto. Pero lo está intentando.
LAS RATAS ANDAN SUELTAS
En el fondo de mi casa una rata enorme pasea
su cola anillada entre las alegrías del hogar y el
jazmín del Paraguay. Avisan los gorriones, que se
desesperan en píos destemplados y revoloteo
febril. Avisa la perra, ensañada con el rastro de
olor y ajena al animal que se escapa más bien
morosamente por la pared de ladrillos, medianera
de jardines. Me avisa mi mamá por teléfono, pues
teme salir al fondo para subir a mi departamento
y encontrarse la rata de frente o perfil, como sea,
demasiado cerca.
La rata no se preocupa por los gorriones, ni por la
perra, ni por mi mamá. A su tiempo se ocupará del
hueso que escondió la Beltza torpemente, se
ocupará del arroz que mi madre coloca por la tarde
y por la mañana a los gorriones, y quizás consiga
cazar algún pichón desprevenido. No se preocupa la
rata. Se retira despaciosamente con la calma de
quien se sabe o se cree impune. No se preocupa la
rata, deja la ansiedad, el miedo, la angustia a sus
presas y enemigos. Ella, que no se preocupa, se ocupa
así con solvencia de sus asuntos.
De pronto hay ratas en el jardín, y el jardín se vuelve
un territorio hostil. Hay que cerrar las puertas, cuidar
que no queden restos de comida de los pájaros, salir
con precauciones y con temor. La rata se pasea con
aires de dueña. Se apropia de los espacios y se queda
para sí hasta con el atardecer rojo, que ella no
disfruta,pero que debemos mirar por la ventana y no
ya con la más amplia perspectiva del cielo bajo el cielo.
Así las malas gentes se adueñan de los espacios
ciudadanos. Las vemos ir y venir serenamente, robando
a manos llenas, injuriando a los bien intencionados,
dejando su mancha aceitosa en escritorios y corredores.
Con aires de dueño, de patrón de estancia, con aires de
matón usurpan los espacios que las personas honestas
dejan libres por miedo, por asco, por vergüenza.
No se preocupan, se ocupan. No se despiertan en medio
de la noche ni pierden el apetito. Y si alguien las señala
dicen “esto funciona así”, dicen“todas somos ratas”;
colgando colas falsas a sus detractores, pintándoles
bigotes en las fotografías a sus oponentes.
Dicen “todas somos ratas”. Y no es cierto.
Habría que recuperar el jardín. Hacer coaliciones
de personas de bien.
Juntarnos los que no queremos basura en el traspatio
ni en el comedor.
Ocupar los espacios que tomaron por asalto. Desterrarlas.
Y decirles y decirnos muy claramente “nosotros no
somos ratas”.
(c) MONICA RUSSOMANNO -
Residente en Santa Fe, Argentina, es profesora de
Artes Visuales y ha sido publicada en los diarios
"Hoy en la Noticia", "El Litoral" y "La Nación" de
Argentina, así como en la gacetilla "Ideas" de Cuba.
Editada virtualmente en las publicaciones
"Página uno", "Inventiva Social", "Unión digital",
"La máquina de escribir" y otras, escribe
mensualmente ensayos en "El Arca del Sur".
Guionista de los videos "El gueto de Varsovia" y el
realizado por el aniversario de la radio "LT9";
ha sido premiada en el concurso por los 70 años de
la UNL, en el certamen de la Editorial "Nuevo Ser",
el concurso "Nitecuento" de Editorial Mizares, y el
organizado por "Historias para el café".
Partícipe de la puesta "de la cabeza" con textos
dramatizados, se sumó a la Antología "En bandada"
de autores regionales.
Se ha desempeñado como jueza en el concurso
juvenil de la asociación "El Puente" y es autora
invitada en encuentros con estudiantes.
E-mail: russomannomonica@hotmail.com
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