Así lo veo yo
Columna de Ana Jerozolimski
menos de los serios errores
conceptuales, que acompañan la
cobertura de Oriente Medio y el
mundo islámico, es que «la
cuestión palestina», el conflicto
entre Israel y los palestinos, es
el motivo principal de
inestabilidad y raíz de la
violencia en la región. Nada más
lejos de la verdad.
Numerosos conflictos sumamente
cruentos han estallado durante
décadas en el mundo árabe e
islámico, y ninguno de ellos tenía
relación alguna con Israel sino
con pujas internas, divisiones
religiosas dentro del islam,
problemas étnicos locales y el
hecho que en todos los casos, un
gobierno autoritario o
directamente dictatorial, regía los
destinos de su población, sumida
en la opresión.
Los enfrentamientos más
cruentos de los últimos años por
estos lares, han tenido lugar en
Irak, Pakistán, Afganistán, Somalia,
Siria y Nigeria, entre otros, y
ninguno ha estado vinculado a
Israel o los palestinos.
La cantidad de muertos en el
marco del conflicto israelí-
palestino desde sus comienzos,
es infinitamente menor que los
números que resumen la
violencia en Siria, Irak,
Afganistán, Pakistán, Sudán y
Nigeria, entre otros. Además, en
todos estos últimos, el nervio
motor es el islam radical que
quiere imponer un tipo de vida
que no responde a los valores del
mundo libre, y no un deseo de
ningún tipo de ayudar a los
palestinos. Por supuesto que
tampoco se trata de ayudar a
palestinos e israelíes a solucionar
pacíficamente sus diferencias.
A pesar de ello – que no es
interpretación subjetiva nuestra
sino un hecho concreto en el
terreno – dado que se largan
frases al aire con demasiada
ligereza, también gente con
cargos de gran responsabilidad
incurre a menudo en serios
errores.
Especialmente grave fue la
declaración formulada días atrás
por el Secretario de Estado
norteamericano, John Kerry,
quien aseguró que «el conflicto
entre Israel y la Autoridad
Palestina (AP) alimenta las
adhesiones de terroristas al
grupo yihadista Estado Islámico
(EI)». No atribuimos mala
intención a Kerry sino
irresponsabilidad o una lectura
equivocada de la situación. No
sería la primera vez que la
administración Obama comete
serios errores en su lectura de
Oriente Medio, al que
evidentemente no terminan de
comprender.
Concordamos con dos
agregados de Kerry: «es
imperativo que encontremos
la manera de reiniciar las
tratativas» y «tenemos que
encontrar la manera de crear
dos Estados que puedan vivir
juntos uno al lado del otro, dos
pueblos con sus respectivas
aspiraciones respetadas».
Eso está perfecto. El problema es
que dar a entender que mientras
este conflicto no se resuelva, se
estará dando combustible al
terrorismo de los fanáticos
yihadistas del EI, no acerca a
nadie a ningún entendimiento,
sino que disfraza el extremismo
fundamentalista islámico y le
facilita las cosas con excusas
inventadas. Si el EI se
manifestara sobre el tema israelí
-palestino, es indudable que no
apoyaría ninguna solución
negociada que respete los
derechos de las dos partes,
calificaría al presidente palestino
Abbas de traidor si negocia con
Israel, y estaría del lado de los
peores terroristas que quieren la
eliminación de Israel y no la
convivencia pacífica a su lado.
Cuando en junio último Ibrahim
Awwad Ibrahim, más conocido
por el nombre que adoptó, Abu
Bakr el-Baghdadi, se proclamó
«Califa Ibrahim» al fundar el
nuevo Califato Islámico, difundió
una declaración en cinco idiomas
anunciando la decisión. Su título:
«Esta es la promesa de Alá».
Nada que ver allí con el tema israelí
-palestino.
Afirmó ser el líder de «los
musulmanes de todas partes» y
exigió su juramento de fidelidad a
su poder, afirmando que los demás
gobiernos musulmanes son
ilegítimos. Dejando en claro que
su lucha es contra los valores del
mundo libre todo, recalcó que «los
musulmanes deben deshacerse de
la democracia, el secularismo y el
nacionalismo, así como de todas
las demás ideas y desperdicios
procedentes de Occidente».
«El astro de la yihad ha salido»,
decía la proclama. «Las felices
nuevas de bien brillan. El triunfo
asoma por el horizonte». Y
agregaba que «los infieles» (o sea,
para ellos, los que no siguen a
Alá), deben temer porque «Oriente
y Occidente se someten y los
musulmanes gobernarán la tierra».
En un informe publicado hace
pocos meses por la organización
«Amnistía Internacional», luego
del asesinato del periodista
norteamericano Sotloff degollado
en Irak, se acusa al EI de perpetrar
múltiples asesinatos de «personas
que pertenecen a comunidades
étnicas y religiosas minoritarias,
soldados y policías, así como
otros periodistas».
Estos son algunos párrafos del
informe de Amnistía Internacional.
– El 24 de agosto de 2014, el EI
capturó y mató a unos 150
soldados del Ejército regular sirio
tras hacerse con el control de la
base aérea de Tabqa, al noreste
de Siria.
– También este año, el EI ha dado
muerte en lugares públicos a
decenas más de personas sirias,
entre ellas niños y niñas, por
toda una variedad de «crímenes».
– En Irak, varios centenares de
soldados gubernamentales
hechos prisioneros fueron
ejecutados sumariamente en
Tikrit tras capturar el EI la ciudad
en junio de 2014.
– El EI también ha llevado a cabo
ejecuciones sumarias selectivas
de personas pertenecientes a
minorías étnicas y religiosas,
como las de centenares (como
poco) de yazidíes de la región de
Sinjar en agosto de 2014, algunas
en forma de matanzas masivas.
– En el informe titulado «Ethnic
cleansing on a historic scale: the
Islamic State’s systematic
targeting of minorities in northern
Iraq» («Limpieza étnica de
magnitud histórica: La persecución
sistemática de minorías por parte
del EI en el norte de Irak»), hecho
público por Amnistía Internacional,
se describe la campaña
sistemática de limpieza étnica
emprendida por el EI en el norte
de Irak. En el informe se
documentan crímenes de guerra
dirigidos específicamente contra
minorías étnicas y religiosas,
entre ellos ejecuciones sumarias
multitudinarias y secuestros en
masa. Entre las minorías étnicas
y religiosas perseguidas en el
norte de Irak figuran, además de
los yazidíes, los cristianos asirios,
los chiítas turcomanos, los chiítas
chabaquíes, los kakaíes y los
mandeos (o sabeos).
– También en el norte de Irak han
sido objeto de persecución
multitud de personas de origen
árabe sunita sospechosas, fundada
o infundadamente, de oponerse
al EI.
Cuando comenzaron los
levantamientos en distintos países
árabes en el marco de lo que en un
principio se llamó
equivocadamente «la primavera
árabe» – porque parecía el
comienzo de una era de mayor
libertad en la región y no de mayor
extremismo islámico – una de las
primeras conclusiones que cabía
extraer de ello, era que los pueblos
árabes comprendían que sus
problemas no eran culpa de Israel
sino de la opresión bajo la que
vivían a manos de sus
gobernantes. Hubo inclusive
analistas árabes que se
manifestaron claramente en estos
términos en distintos periódicos
de Oriente Medio.
Las declaraciones de Kerry son un
serio paso hacia atrás, por más
razón que tenga en cuanto a la
necesidad de resolver el conflicto
israelí-palestino.
Claro que hay que resolverlo. Pero
eso nada tiene que ver con la
brutalidad del EI, para el que un
Estado palestino carece de sentido
e importancia alguna.
Sería sin duda otra frontera
desdibujada en el avance fanático
de la peor expresión del islam
radical.
19.Oct.2014
http://columnistas.montevideo.com.uy/ucimprimir_301095_1.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario