Gustavo Rossi
Las calles se inundan de odio, religiosos de sombrero y traje negro comienzan a acelerar sus pasos frente a la primeras violencias verbales de la turba encapuchada y con palos en las manos. Moshe alza su hijos en brazos y comienza a correr, los peihes (patillas largas)rojizos de Benihamin se sacuden con el viento que por momentos esconden sus grandes ojos verdes, más grandes aún producto del susto.
Los gritos de la muchedumbre ensordecen a todos: " Judíos ratas… " , "los judíos se están llevando el dinero de acá " … ¿Berlín 1940 ? . .. No, esto ocurre en Argentina, en la ciudad de Buenos Aires, en una calurosa tarde de Enero de 2009.
El brote anti judío se ha despertado con virulencia de las entrañas mismas de las prédicas incendiarias del puñado de imanes que viven en Argentina; los acompañan en la marcha del odio grupos de izquierda y comunistas como Quebracho.
Salen en turbas a desparramar violencia y odio por las calles de Bs As. ; la consigna aparente es protestar por "los ataques de Israel a Gaza".
Pero los objetivos son edificios de ciudadanos argentinos que profesan la fe Judía, Eduardo Elsztain es uno de ellos , quien cometió la atrocidad según los señores imanes de Bs.As. y Quebracho, de haber aceptado el cargo de tesorero del Consejo Judío Mundial, ese solo crimen capital le bastó a este grupo de islamistas-izquierdistas, para pintar con cruces esvásticas acompañadas del Magüen David las paredes de las oficinas de Elstain, apedreando la fachada del edificio mientras insultaban al pueblo judío y a Israel.
Se paseaban cubriendo sus caras con banderas de la organización terrorista de Hizbolla, como desconociendo que portaban la insignia de los asesinos de compatriotas argentinos en los atentados de la AMIA y la embajada.
Los programas de radio y TV los tuvieron también como protagonistas, allí hablaban ya no de los palestinos de Gaza, sino del gran complot judío sionista mundial.
La comunidad judía argentina vive horas de dolor, no de temor. Dolor frente a un brote antisemita que no tiene mayor sentido que el odio de unos pocos acompañados por otros rentados… los famosos "mercenarios de la protesta".
Todo reclamo es válida en cualquier país que mida sus hechos de la vida cotidiana bajo parámetros democráticos, Argentina los es, pero cuando el odio, la violencia y la intolerancia son los actores principales de la protesta, la convocatoria se deslegitima.
Y ello ocurrió en esta tarde de verano en la ciudad de Buenos Aires.Ahora cabe una última reflexión, ¿cómo explicar que el extremismo islámico salga del brazo de la izquierda argentina? Los islamistas son esencialmente religiosos, la izquierda es atea. Los islamistas buscan un estado teocrático, las izquierdas uno totalmente laico y socialista.
El extremismo islámico somete a las mujeres y les niega todo derecho , la izquierda habla de igualdad. ¿Qué los une?…¿el amor?.. No, los une el espanto del odio, de la prédica anti todo, los une en esencia la violencia que siembran en cada mitin político… en cada prédica islamista.
Gustavo Rossi
Corresponsal de El Reloj en Argentina
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