sábado, 30 de mayo de 2015

MEXICO: EL ARTE DE NOVELAR Liliana V. Blum y su novela PANDORA.











El sueño de todo hombre: una mujer que no come ensaladas.” Afirma Liliana V. Blum en su novela Pandora, publicada por Tusquets México, en febrero de 2015. Se trata de una historia inquietante, con interesantes personajes femeninos cuya vida tiene como referente insoslayable el modelo de mujer delgada, fuerte, sometida a una dieta estricta, madre atenta, que permite que su marido tenga aventuras; además de Pandora, que es un gorda de más de 120 kilos que está condenada a sufrir de sobrepeso toda su vida y a la soledad, a no ser porque topa con un joven médico que la encuentra de lo más atractiva y la convierte en su amante.  

Liliana V. Blum, que nació en Durango, México, en 1974, es una narradora de estilo directo, que lleva poco a poco la historia, de tal suerte que la situación difícil de una gorda a la que no quiere ni su madre, se va a enganchar con la de una flaca que quieren todos. El caso es que ninguna de las dos personas está conforme consigo misma. Una come en exceso y la otra resiste el hambre también en exceso. En medio, está Gerardo, el médico guapo, esposo de Abril, la flaca, que debido a una fijación de la niñez se obsesiona con Pandora, con quien se pasa las mejores horas sexuales de su vida; ella, a quien nunca nadie se había acercado, se deja ir con todo cuando Gerardo le hace la propuesta; después de cada orgasmo piensa que: “Eso es el amor. Embonar a la perfección piezas que fueron creadas para formar un mismo paisaje”, pero eso que dicen que nada es gratis, es verdad, y esta chica terminará siendo objeto de algo que usted irá descubriendo mientras avanza en la lectura, de la mano de la novelista. 

“Liliana Blum se revela como una narradora cruelmente excepcional”, manifiesta Eduardo Antonio Parra; seguramente mortificado por un desgarramiento que va creciendo con las páginas. Cada capítulo es una creación donde los personajes se describen y conviven en el mundo que les toca. Gerardo y Pandora establecen un acuerdo en que uno de los dos alimenta y el otro come, pero come en serio, por kilos de tocino, barras de pan y refrescos de un litro. Al final serán las circunstancias las que pondrán a cada quien en su lugar. 


Hay muchas maneras en que una mujer piensa en sí misma; en Pandora, la autora trabaja la más practicada en la historia, la que tiene que ver con la imagen y los esfuerzos para lograr verse cada día más atractiva, frente a unos hombres que se pierden en tables dance o en casas de masaje. Paty Quijada afirma que toda belleza es un sacrificio, y aquí es evidente esa aseveración. Blum no tiene miramientos para señalar cómo muchas mujeres actuales echan a perder su vida ocupándose sólo del cuerpo cuando su oficio no es el de modelar. Señala también el terrible desgaste de los matrimonios en que uno de ellos decide no ser lo que debería ser para vivir de parecidos, y deja de regirse por aquello de que “cualquier mujer es bonita si sonríe”. 

El universo femenino es complejo; no sólo el cuerpo sino la forma de vivir y tomar decisiones. Como tema, con esta novelista, no pierde complejidad; cada detalle de ese universo está expresado con propiedad literaria, misma que facilita identificar los tipos de personajes que presenta. Quizá por eso el escalofrío es fuerte. Cuando una novela es más que un ejercicio estético, cuando se vuelve humana, sus páginas son un desfile en el que participamos todos objetiva y subjetivamente. “La novela es la forma más capaz, entre los distintos géneros de literatura narrativa, de representar la subjetividad”. Dice David Lodge en El arte de la ficción. Tal es el caso de Pandora, que nos ofrece personajes completos. 

Esta historia gira alrededor de Pandora. Liliana V. Blum propone un acercamiento a cómo la mujer se concibe a sí misma: “ser gorda equivale a ser una pared lista para ser grafiteada por el odio de los demás”. 


Sin embargo, Pandora se convierte en un personaje que vive para amar, y se compromete con la idea de que: “el deseo es amor”, y es la puerta para que dos personas se aproximen, y al menos, ella logra desdramatizar el momento y no dudar para dar los pasos necesarios. Abril, que por supuesto se niega a ser “ama de casa de televisión”, también sabrá dar el siguiente paso. Definitivamente, es una novela que llega al sentimiento, que los hombres y mujeres que se han enterado de lo que cuenta, han hecho votos por leerla sin leerse a sí mismos. 

Sé que la disfrutarán. 

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tambien publicado el 12 de Mayo 2015 en
http://m.eluniversal.com.mx/notas/articulistas/2015/05/76330.html

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