martes, 5 de mayo de 2015

Julio Cortázar: 15 frases célebres


















Julio Cortázar (1914 - 1984) fue un escritor, traductor (para la UNESCO) e intelectual de nacionalidad argentina y francesa considerado uno de los escritores más innovadores de su tiempo, con recursos que marcaron un antes y un después en la forma de hacer literatura en el mundo hispano. Sus obras bordean y traspasan la realidad y la fantasía, circunstancia por la que sus escritos se relacionan con el realismo mágico e incluso con el surrealismo.

Su obra más destacada es “Rayuela” (1963) que ha sido traducida a 30 idiomas diferentes. Lo más característico de esta obra es lo que ha venido a denominarse “antinovela”, ya que la novela ofrece diferentes lecturas convirtiéndose en varios libros a la vez. Cortázar indicaba en cada capítulo dónde continuar la lectura; el “primer libro” empezaba en la primera página y acababa en el capítulo 56; el segundo, comenzaba en el 73. Esta narración que juega en todo momento con la subjetividad del lector era denominada por el mismo autor como “contranovela”.

Cortázar colaboró en muchas publicaciones en distintos países y fue amigo de numerosos escritores y artistas, como Graciela Maturo, Luis Seoane, Julio Silva, Luis Tomasello o Chumy Chúmez.

Murió el 12 de febrero de 1984 a causa de una leucemia que posteriormente se dijo que fue provocada por el sida, contraído por el escritor durante una transfusión de sangre en Francia.

Os dejamos con sus frases más célebres:

“Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma”.

“Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”.

“La explicación es un error bien vestido”.

“No renuncio a nada, simplemente hago lo que puedo para que las cosas me renuncien a mi”.

“La cultura es el ejercicio profundo de la identidad”.

“¡Música! Melancólico alimento para los que vivimos de amor”.

“Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo”.

“Estar vivo parece siempre el precio de algo”.

“Cada vez sospecho más que estar de acuerdo es la peor de las ilusiones”.

“Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás”.

“En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas”.

“Cuando me hayan devuelto mi casa y mi vida, entonces encontraré mi verdadero rostro”.

“En realidad las cosas verdaderamente difíciles son todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento”.

“Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha”.

“Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba”.


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