sábado, 3 de mayo de 2014

SALARIO MINIMO, una poesía de Daniel Montoly, poeta y escritor comprometido con los más humildes...

SALARIO MÍNIMO.
Una pasmosa y grasolienta cortina de humo
va disolviendo las moléculas del alma.
Todo le cede paso al olor fétido del tabaco:
los abrigos, los huesos, los ojos, los dientes,
nuestras médulas negras,
nuestros mejores años y las ya sabidas
hemorroides cotidianas.
Todo ha ido al lugar del aburrimiento
por tener cada día
que operar las mismas máquinas
felpudas y eclécticas, y por la desgracia
de siempre disponer del mismo salario:
un cheque malnutrido y pálido
sobre la mesa, esperando por ávidos colectores
de impuestos, que siempre llegan
temprano al baile del pago.










Fuente: Facebook

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