La gran mayoría de judíos que vivían en Europa del Este no tomaron apellidos hasta que fueron obligados a hacerlo. Ese proceso empezó en 1787, con el Imperio Austrohúngaro, y terminó en 1844, con la Rusia zarista.
Con la intención de construir estados modernos, las autoridades instaron a la población judía a tomar apellidos. De esta forma, podrían cobrarles impuestos, reclutarlos y educarlos. Por cientos de años, los líderes de las comunidades habían sido los responsables de estas acciones.
Anteriormente, los apellidos cambiaban con cada generación. Por ejemplo, si Moisés se casaba con Sara y tenían un hijo se llamaría “Samuel de Moisés”, y si tenían una hija, su nombre sería “Feygele de Sara”. Si bien la medida se aplicó, en un primer momento se uso sólo para propósitos oficiales. Entre ellos seguían manteniendo las viejas tradiciones. Con el tiempo y las transformaciones de las ciudades, aceptaron sus nuevos apellidos.
La manera más fácil de asumir el apellido oficial fue adaptarlo al que ya tenían y hacerlo permanente. Esto explica el uso patronímico (el hijo varón de Mendel sería Mendelshon, el hijo de Abraham sería Abramson, etc.) o matronímico (la hija Chaikeh sería Chaiken, Malvov de Malke, Goldman de Golda, etc).
La otra fuente principal de apellidos judíos serían las ciudades o pueblos donde vivían o de dónde provenían sus familias. Por ejemplo, Asch es un anacronismo de Ámsterdam. Otros derivados de lugares que sirvieron de referencia fueron Bayer (Bravaria), Haleperin (Helbronn), Frankel (Frankfuter), Mintz (Mainz), Unger (Hungary).
También las profesiones sirvieron de inspiración: Ackerman (arador), Stein (joyero), Fisher (pescador), Wasserman (cargador de agua), Spielman (músico), Garfunkel (comerciante de diamantes), Zuckerman (comerciante de azúcar), Singer (cantante).
Algunos adoptaron nombres tradicionales de los textos sagrados -como Cohn (Cohen), Levy (Levi), Davis (David), Mendel (Emanuel), Baron (hijo de Aaron)- o derivados del hebreo y el idish. En este sentido: Lieb (león, el símbolo de la tribu de Judah) y Hirsh (ciervo, símbolo de la tribu Naphtali) son la raíz de muchos apellidos askenazíes, incluyendo, Liebowitz, Lebush, Lefkowitz, el primero; y Hirschgeld, Hertz, Herzl, el segundo.
Existieron incluso quienes al momento de tener que elegir un apellido optaron por los más lindos que pudieron imaginar, generalmente vinculados con la naturaleza y la belleza, influenciados por la tendencia romántica de la cultura alemana. Entre éstos estaban Applebaum (árbol de manzana), Birnbaaum (árbol de peras), Tannenbaum (abeto). Luego, al inmigrar a América, muchos apellidos judíos fueron recortados o modificados por los inspectores de inmigración o por los mismos inmigrantes y sus descendientes.
Fuente: Revista Jewish Currents
DIFUNDIDO EN: http://elorgullodeserparte.com.ar/2014/01/08/origen-y-significado-de-los-apellidos-askenazies/
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