sábado, 10 de agosto de 2013

COLOMBIA: El lenguaje colombiano, la jerga del común denominador


El lenguaje es la base de muchas de las formas de comunicarse entre los humanos, animales y la tecnología.

Dentro de los lenguajes aparecen  los idiomas, como el ingles, francés, alemán, infinidad de lenguas. En la actualidad se reconocen como importantes 25 idiomas, esto por la cantidad de personas o el numero de países donde es su lengua madre.

En Colombia la lengua materna desde hace más de 200 años es el español, la cual tiene sus condiciones como las tienen todos los idiomas, pero el español colombiano se caracteriza por tener una cierta diferencias en la forma de utilizar el lenguaje verbal.

En el país la variedad de culturas regionales es muy alta y eso se puede demostrar en la forma de hablar. Cada región se identifica por utilizar algunos modismos de forma diferente a los demás como las jergas y las costumbres, en los jóvenes se muestran más claras estas situaciones.

Las culturas regionales colombianas se caracterizan por meter dentro de su lenguaje palabras típicas del sector por ejemplo: en la costa no es raro  saludar de esta manera ¿ajá y tú qué?, en Antioquia aparte de ofrecerle un delicioso tinto también le ofrecen agua e´ panela.

Las expresiones y la forma de utilizar la lingüística en Colombia se ven alteradas o transformadas por una región o por tener esa jerga o modismos de expresión por los jóvenes, a continuación una muestra de cómo se habla en Colombia  y su explicación al lenguaje coloquial:

En Bogotá para decir ‘caray’ o ‘caramba’, se dice ‘ah carachas’. Los jóvenes en el país para decir ‘que asco’ dicen ‘gas’. En vez de decir ‘de acuerdo’, dicen ‘listo’. En Bucaramanga para denotar una sorpresa se dice ‘sano’. En Bogotá, en Antioquia y Santander para expresar que se ha perdido una oportunidad se dice ‘yuca’ o ‘paila’. Los costeños tienen ‘abanico’ los del interior tienen ‘ventilador’. Una persona audaz y astuta es una persona ‘abeja’ o ‘avión’. Cuando la gente quiere irse de un lugar se ‘abre’. Los colombianos no sienten vergüenza se sienten ‘achantados’. Un colombiano se caracteriza por ser muy servicial es decir, ‘acomedido’. No se asusta le da ‘culillo’ o ‘le hache ashi’. A la hora de discutir se tiene un ‘agarrón’.  Para decir ahora mismo se dice ‘ahoritica’.

En Bucaramanga las personas no se alborotan se ‘albiriscan’. Cuando alguien recobra la salud se siente ‘alentao’. En Valle del Cauca agitarse es ‘aletearse’. Para referirse a las luces de navidad dicen ‘alumbrado’. Un tacaño es un ‘amarrado’. Los ladrones de apartamentos ya tienen nombre ‘apartamenteros’. En la costa acariciar es ‘apechichar’. En Santander no le da gripa, está ‘apestado’. La ‘arepa’ es una comida típica de Antioquia y en el país se le atribuyen varias connotaciones, un ‘arepaso’ es un golpe duro, una ‘arepera’ es una lesbiana y ‘arepiar’ es tener prácticas lesbianas.

Son tantas las expresiones del habla en español y distintas las formas de interpretar cada palabra o cada acompañante de las palabras en Colombia, que cuando se aprende una jerga en una región y se dirige a otra,  se entra en confusión, acá viene un poco más del delicioso hablado colombiano: en la región andina por efectos del frio las personas no duermen abrazados, duermen ‘arrunchados’.

En Medellín no se esta enojado, se está ‘ardido’ o “rabón”. En el país en general para decir, chévere o muy bueno, se dice ‘bacano’. En Colombia no hay mujer fea, hay ‘bagres’. Al fuego cruzado se le dice ‘balacera’ y cuando asesinan a una persona se dice se lo ‘bajaron’ o lo ‘pelaron’. Falso, egoísta, una persona ‘mala nota’ en la costa es ‘barro’.

Los ‘malandros’ le temen a las ‘batidas’ de las autoridades. Los jóvenes hoy en día no piden cerveza, piden ‘birra’, ‘fría’ o ‘pola’. Ellos ya no tienen dinero, tienen ‘lucas’ o ‘biyullo’. Ya no existe el fin de semana, ahora es el ‘fincho’. La gente ya no va a discoteca, ‘farrea’. En la sabana boyacense y en los santanderes cuando alguien no quiere hablar con otra persona le dice ‘vaya que lo lamba un sapo’. La gente ya no blasfema ni dice mentiras, ahora es ‘bocona’. Ya no es bien, ahora es ‘firme’. Antes se despedían diciendo ‘nos vemos’, ahora se dicen ‘nos pillamos’.

Se encontraron palabras o expresiones que conservan su vigencia como "bacano", "vamos a rumbiar", "qué chimba", y otras que las conoce quien se las inventó como "la picuda" para referirse a la cerveza nacional Águila, o "mucho colino" para decir que una persona es tramposa.

Algunos expertos creen que la utilización de estas palabras o expresiones limitan el desarrollo de un lenguaje más elaborado. Argumentan que palabras genéricas como "la cosa" o "la cuestión", son ‘comodines’ que a la hora de sustentar una idea, no dejan claridad sobre lo que se quiere decir.

Veamos otras palabras que se dicen dentro la jerga colombiana. Las mujeres en la costa no dicen  ‘ese niño esta lindo’, ahora dicen ‘que bollo’. La gente antes decía ‘se armo la pelea’, ahora dice ‘que bonche’. En Bogotá cuando quieren decir que algo está muy bueno, dicen “severo”. En el gremio de transportadores para decir muy rápido, dicen “a la lata”, “al piso” o “al soco”. Si los jóvenes quieren “ir a pie”, dicen  “a pata”. En la jerga de la juventud no tener plata quiere decir “andar paila”.

Una persona inteligente es un “avispao” y si no lo es se le dice “atolondrado”. Alguien muy bueno en la cama es un “buen polvo”. Las mujeres que se les insinúan a los hombres son “calienta huevos”. Antes se le nombraba al pene “chichi”, ahora cuando se va orinar se le dice “hacer chichi”, eso se oye decir en la mayoría de las jóvenes, ¿Será que descubrieron algo mientras hacían sus necesidades? Los jóvenes antes iban a los tomaderos de cerveza, ahora van a los “chuzos”. A la hora de aprender una habilidad se le dice “coger el tiro”. Hasta el respeto por los muerto se ha perdido antes las personas se morían, ahora “cuelgan los guayos”.

Algún tiempo atrás la gente se volvía loca o se enloquecía, ahora “se les corre el shampú” o “se les estallan los espárquis”. Para referirse a un hombre corpulento se le llama “cuajado” o “agarrado”. La gente en Colombia no es presumida, “se las pica”. Los jóvenes ya no piden que no los molesten, piden que los “dejen sanos”. La gente ya no piensa, “echa cabeza”. Ya no se ríe, “echa caja” o “tira chapa”. Los jóvenes ya no coquetean, “echan los perros”. Incluso la gente de clase alta tiene sus propias palabras; para referirse a una inversión  muy costosa sin justificación le llaman “elefante blanco”. En la calle no se está atento, se esta “en la jugada”.  

En fin, hay una infinidad de palabras de la jerga colombiana que tiene uno o varios significados y la juventud parece que no se cansa de agregar más palabras al común del dialecto y lenguaje. ¿Será que el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, aceptará estas palabras?
 
 
Blog de comunicaciones del capítulo UNAB de la Asociación Colombiana de Estudiantes de Comunicación-Bucaramanga, Colombia

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