martes, 5 de marzo de 2013

Bogotá: Festival Malpensante- Envidias, venganzas y marketing de escritores, en charlas sin edulcorante


Pasó hace 32 meses, pero es interesante leer y enterarse.
Lic. Jose Pivín 

 


06/07/10 Partiparon, entre otros, Guillermo Martínez, César Aira y Enrique Vila-Matas.
Por Ezequiel Martínez
Bogotá. Enviado especial



Nada de rosas, petunias o margaritas. Aquí en Bogotá, los floreros transparentes que adornaron las mesas de la sede del Festival Malpensante estuvieron hasta el tope de ajíes . Rojos, verdes o amarillos. Y picantes, de esos que llevan de apodo la mala palabra. Es una forma de resumir el espíritu de este encuentro cultural tan bien armado como políticamente incorrecto, cuyo lema es “Pase bien, hable mal” y su logo un rojizo putaparió.

Organizado por la Casa Malpensante y la revista literaria del mismo nombre, la consigna de este festival de tres días –que en su edición 2010 convocó a más de 60 escritores, poetas, periodistas, músicos, historiadores y filósofos de varios rincones del planisferio–, es romper los moldes y condimentar las charlas con propuestas insólitas pero contundentes. La lista de nombres sugiere que el horno podía dar para bollos: estuvieron, por ejemplo, el español Enrique Vila-Matas, el peruano Fernando Ampuero, el argentino César Aira y el colombiano Oscar Collazos. Todos participaron de paneles con títulos provocadores como “Estadísticas inútiles o mentirosas ”, “El papel kaput” , “Católica, apostólica, romana y ¿decadente?” o “El albacea abusivo” . Nada de enunciados edulcorados o frases crípticas.

“La consigna es hablar sin libreto”, comentaba Guillermo Martínez antes de participar en una mesa destinada a desmenuzar si el éxito de Roberto Bolaño es genuino o una estrategia de márketing editorial. El autor de Crímenes imperceptibles no necesitó machete para afirmar que lo de Bolaño ha sido producto de varios equívocos: “El primer equívoco es confundir su obra con lo que fue su vida . Se dice que fue innovador, pero su temática de escritores sobre escritores fue inaugurada por Henry James y, más acá, tratada por autores como Sebald o Vila-Matas. Sus procedimientos también están en la literatura desde hace rato. Esto no quiere decir que no sea un gran escritor, porque lo es, pero no por las razones que se aducen”.

En una mesa sobre la envidia, el venezolano Sergio Dahbar avisó: “La envidia está presente entre los escritores y esconde una ambición de justicia. Cuando un escritor cae, es un orgasmo de la envidia ”.

De la envidia a la venganza hay un paso, o un auditorio de distancia. La venganza también fue a debate. César Aira reconoció que la literatura y la poesía están llenas de venganzas , pero que ha descubierto que muchas de sus novelas contienen un homenaje a libros o autores que le dan una satisfacción tan intensa como puede darla la venganza. Menos diplomático, el chileno Matías Rivas admitió que escribió su poema Muletas para vengarse de otro escritor –con una cojera indisimulable– que le había robado una novia. A su lado, el colombiano Juan Gabriel Vázquez resumió las venganzas literarias con una carta que Samuel Johnson le escribió a un autor primerizo que lo había criticado: “Su libro es muy bueno y muy original, pero la parte que es buena no es original, y la parte que es original no es buena” .

El domingo por la tarde, ante un auditorio que sumaba más de 400 almas, Enrique Vila-Matas recorrió éste y otros tópicos en una charla con su colega colombiano Oscar Collazos. El autor de Dublinescas contó que cuando comenzó a escribir había tomado la decisión de ser un “autor raro” para que la gente lo leyera, aunque fuera por curiosidad. “Tomé como modelo a Gombrowicz –recordó–, no porque lo hubiese leído, sino porque en un viaje a Polonia vi una foto de él y me gustó ese estilo medio enigmático que tenía. Entonces lo imité durante años sin leerlo, hasta que en cierto momento me puse al día con su obra y advertí, sorprendido, que su rareza no tenía nada que ver con la mía”.

Lo raro de este Festival Malpen sante es que su espíritu desacartonado y provocador no haya tenido aún imitadores.

Con lo entretenidas que son las palabras picantes entre escritores, una costumbre que –como los libros de papel– parece en vías de extinción.

Video - entrevista a César Aira en www.revistaenie.com.

FUENTE: http://www.clarin.com/sociedad/Envidias-venganzas-marketing-escritores-edulcorante

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