Nuestro deber
y durante toda la existencia, es proporcionar a nuestros hermanos sin
distinción de color, raza, religión, costumbres ni sitio en donde les toca
vivir, el apoyo incondicional que emana del complejo pensamiento que hemos
hecho de la realidad y ubicado según su trascendencia.
No podemos
evitar estar siempre “en guardia” contra
la desmedida ofensiva que construyen los enemigos de la PAZ, DEJANDO DE LADO a
quienes no han podido manejar sus vidas con certeza, y están desprovistos de
techo, comida, educación y medios para sobrevivir.
La raza
humana está compuesta por individuos de buena voluntad, que tuercen sus
inclinaciones bondadosas, ante un mundo que aplaude las guerras, hace héroes de
los que
más vidas truncan y menos edificios quedan en una ciudad en donde
se libra una batalla.
Japón está haciendo algo con respecto de la educación que, para mí, es
la solución a este infectado mundo de
hipócritas obreros, profesionales, gobernantes
y los que tienen en sus manos el poder para cualquier contingencia:
industriales internacionales de enormes
fortunas, que poseen el poder necesario de cambiar, según su conveniencia,
desde presidentes hasta bancos internacionales, forma de vida, dejando de lado
a ese inmenso caudal de hombres, mujeres y niños desprotegidos en todo sentido. Y considera un mal necesario la pobreza
extrema y su desaparición, sin levantar un dedo para que ello no ocurra.
Las matanzas complejas, el terrorismo, las drogas, el
izamiento a dios de algún artista desconocido, los milagros de formidables
grupos de edificios torre que se componen de cientos de departamentos, la
riqueza sorpresiva de un funcionario, los complots ordenados y los cara tapadas
rompe negocios, el aumento antinatural de medicamentos,
comida, y de todo aquello que es necesario para la existencia, es obra de este
grupo de poder que no tiene nombre
especial, pero que esconde muy bien sus intenciones, y es el que es anónimo
aún.
El hombre no madura nunca y sus experiencias no las
aplica como moralmente debe hacerlo.
Deja hacer, sin tomar medidas que contrarresten el
odio, la locura irreverente de exprimir a
quienes son sus obreros o empleados.
No arremete en contra de las injusticias que se cometen a diario, de los
despojos, de las violaciones, de la inmoralidad del coimero y de quien usa ese
sistema para conseguir lo imposible.
Pareciera que degradar al ser humano es una moda
permanente.
Por cierto que esa no es la generalidad en todos sus
aspectos, y por suerte, existe un material
humano resistente a este mal nacional e internacional y que lucha para salvar
vidas humanas y la dignidad de los hombres, y que no se le da “prensa” como al
delincuente que terminó con una o varias vidas.
EL PODER OCULTO -- Nelly Antokoletz Coordinadora de "La Magia de la Palabra"
Embajadora de la Paz de IFLAC
Delegada Honorario de Paz IFLAC - ArgentinaMiembro Fundador de Naciones Unidas de las Letras
Maestra Emérita de UNILETRAS
Directora de Comunicaciones Diplomáticas UNILETRAS
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