martes, 22 de enero de 2013

ESPAÑA: Manuel Quiroga Clérigo nos comenta : MIGUEL ÁNGEL REVILLA O EL DEBER CUMPLIDO RELATA SUS EXPERIENCIAS EN “NADIE ES MÁS QUE NADIE”



                   

MIGUEL ÁNGEL REVILLA O EL DEBER CUMPLIDO

RELATA SUS EXPERIENCIAS EN “NADIE ES MÁS QUE NADIE” (ESPASA, 2012) 250 págs.

 por Manuel Quiroga Clérigo.







Muchas veces nos preguntamos que hay 
detrás de la fachada, amable o enojada, 
de los políticos. Y pocas veces nos 
contestan ellos mismos. Ahí tenemos 
el hermetismo de José  María Aznar, la 
callada astucia de Alfonso Guerra o la 
inquina hacia todo lo español 
de Artur Mas o José Montilla e incluso 
Carme Chacón que, en un momento dado, 
quiso demostrar todo lo contrario..


Por eso es muy de agradecer que un político, aún en activo aunque en segundo plano como él mismo reconoce, nos habla de su experiencia en el servicio a los ciudadanos. Y ahí empieza la satisfacción para el lector, sea votante de Miguel Ángel Revilla o desconozca su curioso bigotito y sus discursos amenos y lúcidos.


Así que empezamos este comentario. Dice el líder del Partido Regionalista de Cantabria que ha sido al pasar a ese segundo plano como político en la oposición cuando, a instancias de la editora de Espasa Ana Rosa Semprúm, se decidíó a escribir un libro y contar en estas 250 páginas sus experiencias, su vida de hombre modesto y su visión del mundo que nos queda, bastante malherido gracias a los malhechores de la economía y la política, a los cuales no parte un rayo ni se lleva por delante ninguna crisis. Ni siquiera tenemosw la satisfacción de ver entre rejas a quienes nos han robado nuestros ahorros, han conducido a nuestros hijos al desempleo y siguen cobrando cientos de miles de euros por su execrable pasado, digamos, laboral.

Bueno, pues eso: que de muchachito espabilado que un día vio como un lobo desbarataba todo su rebaño en su pueblo, en Salceda (Polaciones) un lugar que contaba en 1943 con ciento cincuenta habitantes y hoy con tan solo uno pero que, en las laderas de Peña Labra, fue un edén para el adolescente que llegaría a ser Presidente de su Comunidad Autónoma que él mismo ayudó a crear, dándole la personalidad que su pertenencia a Castilla La Vieja le había negado, al menos durante el franquismo. Total, Revilla nos responde a una pregunta que deja en la penúltima página de su libro: “¿Cómo ha sido posible que habiendo nacido donde nací, sin ser militante del PP, ni del PSOE, haya llegado a ser presidente de Cantabria?” y lo responde con la misma sencillez que habla con la gente cuando acude a los actos de su partido o cuando va a ver a quienes juegan a los bolos.

Veamos los apartados de este interesante documento, que puede gustar conocer incluso a quienes no interesa la política o no vivan en Cantabria. Ya en el pórtico del libro dice su autor: “El propósito que espero haber conseguido con este libro es quitar boato y oropel a personas que gozan de poder y de teórico prestigio y popularidad. Al final, nadie es más que nadie”.  Efectivamente, algunos pensamos que un político o un capitalista o un famoso por cualquier motivo no son más que un desempleado. Generalmente son menos, pues el boato con el que se adornan estos personajes suelen ocultar su sentido común, su egoismo y su prepotencia. Lo grave es que todavía la Fiscalía General del Estado o el Tribunal de Cuentas no suelen tomar cartas en el asunto. Por ello apenas un escaso tanto por ciento de estos personajes acaban en los tribunales o son investigados en su patrimonio. Bueno, ese es uno de los temas de que habla Miguel Ángel Revilla pero no el principal.

Vale: el autor nos habla de su infancia, su tierra, sus sueños. Pasamos por el tema del lobo desbarando el rebaño y de aquel detalle de Revilla comiendo su primer plátano a los diez años mientras el superhombre Hormaechea, que anda quejándose porque le quieren rebajar o quitar su pensión, ya tomaba batidos de leche en su tierna infancia. A los once años el niño de Polaciones se traslada a la capital con su familia, estudia en los Salesianos, con el episodio en el instituto por favorecer a su hermano Jaime,se traslada a Bilbao para cursar la carrera de Económicas con la ayuda mensual paterna de quinientas pesetas y su relación, a través del SEU, con Xabi Echevarrieta Ortiz, fundador de ETA. Después están esos mil oficios para ganarse la vida y, al fin o al principio, la llegada a la política, trás pasar por la dirección de un banco y ser profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Cantabria. Es curioso admitir que tiene pocos enfrentamientos con  la religión salvo de la aquel cura levantismo que se pone delante del Parlamento de Cantabria para reclamarle sus sueldos de diputado con un burro y un cartel. Sagaz es el abogado que escoge Revilla para demostrar que ha pagado lo que le reclama el cura pendenciero. Mas agradables son sus referencias a Asturias y su gente, Comunidad por la demuestra grandes simpatias bastante menos que a determinados habitantes de los territorios de más allá de Castro Urdiales, por ejemplo.

Revilla va contando su vida con paciencia, utilizando agradables metáforas y datos reales en torno a  hechos y personajes que han jalonado su paso por la política. Es curioso que apenas hable de temas de faldas, salvo cuando le preguntan cuando perdió la virginidad y él confiesa la veradad. La honradez cobra fuerza en algunos de los apartados del libro, por ejemplo cuando el director de Sniace pide en 1971 su firma para despedir a un trabajo, tíldandole de comunista, o en 1987 cuando un amigo pide su colaboración para conseguir un contrato millonario, lo cual supondría una buena propina para el propio Revilla. No suele ser ese el modo de actuar de otros políticos, ahí tenemos a la bella Múnar, al farsante Matas, a Fabra el del monumento en el desierto aeropuerto de Castellón, el grotesco Roca señor de Marbella, los hermanos Guerra y su chiringuito sevillano de recomendaciones. Otros personajes tienen actuaciones que sin comportar llenarse los bolsillos hacen parecer a sus protagonistas unos tontos útiles que no benefician demasiado a la humanidad, por ejemplo el señor Aznar fotografiándose en las Azores con Bush, Blair y Barroso para iniciar una guerra ilegal, Sancho Rof cuando decía que el bichito que provocó muertes y más muertes hace treinta y tantos años se moría al caer al suelo mientras seguía vendiéndose el aceite de colza asesino en los mercadillos de toda España.. No suele dar Revilla tantos nombres pero sí habla de lo que se podría hacer en el futuro no sólo para salir de la crisis, también para reinventar un mundo desquiciado donde sólo los capitalistas pueden sonreír cada mañana. El autor del libro sigue siendo Director del Banco Atlántico en Torrelavega y en 1975 comienza a ver la política como algo que puede cambiar, de muchas maneras, lo que él llama su tierra. Lo primero, a la muerte del dictador, fue luchar por conseguir la autonomía provincial, a través de la Asociaciòn para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), lo cual vio refrendado  por el rey el 30 de diciembre d 1981 dos años después de la histórica primera votación en Cabezón de la Sal para lograrlo. Comenta con soltura como llegó a Vicepresidente cuando su partido forma coalición con el PP en 1995 y como en 2003 con sólo 8 diputados es llamado por Zapatero para apoyarle como Presidente de Cantabria, cargo que tuvo dos legislaturas.  Certeras son sus opiniones sobre ZP, que tuvo una entrada triunfal en el gobierno de España y una salida algo oscura aunque tenga asegurado su futuro con ingresos tal vez excesivos o inmerecidos, y sobre Rajoy, conocido como el “Niño del Prestige”, y sus acometidas trás obtener el parabién de millones de ciudadanos, a quienes se permite engañar, haciendo todo lo contrario de lo que prometió en sus discursos como partido emergente. No sabe el político gallego que los españoles le han votado para que resuelva sus problemas no para que los empeore a corto plazo y achicharre a impuestos a los ciudadanos mientras compañías como la Telefónica deja de abonar dividendos a sus modestos accionistas, con la excusa de que solo ha ganado más de dos millones de euros, mientras que renueva el contrato a un ejecutivo alto (de altura) de Washington por unas cifras millonarios aun cuando se encuentre en el banquillo de los acusados por múltiples estafas. Por cierto que Revilla es muy crítico con las jujbilaciones millonarias, él que al parecer ha renunciado a la suya, de políticos como Aznar o el propio Felipe González, que siempre nos pareció ejemplo de honradez, quienes perciben en sus cuentas corrientes unos cien mil euros por el simple hecho de haber sido presidentes del gobierno y otros importantes emolumentos por su participación en sociedades diversas, como conferenciantes y, en el caso Aznar, hasta como profesor en universidades norteamericanas con su inglés macarrónico. En países como Finlandia y Rumanía han juzgado a sus presidentes o expresidentes acusándoles de mala gestión en su gobierno y el diputado/cantante Labordeta ya advirtió que Aznar estaba llevando el agua que necesitaban los Monegros para salir de su sed de siglos a las cosas de levante para construir millones de viviendas que, según el entonces presidente popular, comprarían rápidamente los alemanes y las gentes del norte y que, en gran parte, ha dado lugar a que millones de nuestros hijos sigan desempleados pese a sus titulaciones universitarias, másteres, etc.

Punto y aparte. En un libro serio como éste, aunque abunden las metáforas y las referencias personales jocosas y amables, tal vez sobren algunos capítulos como el tema de su afición a fumar habanos, aunque aconseja a los demás que no fumen, y la referencia inútil al comportamiento del hoy Presidente cántabro que, efectivamente, pecó también de colegial inutilmente malvado al andar pisoteando los puros que Revilla andaba escondiendo antes de entrar en el Parlamento, o sus opiniones sobre José Blanco, a quien el personal ya conoce de sobra por sus artimañas como ministro, aunque en este caso la justificación para mencionar las actitudes apolíticas del socialista lucense es el dolor que produce un engaño tan grave como es prometer una obra pública, en concreto el AVE Palencia-Santander y suspender el inicio de las obras en el último momento. Deja siempre en buen lugar al Rey, e incluso al Príncipe pese a algún olvido, y da muy buenas referencias de Emilio Botín, como excelente persona, buen cántabro y banquero muy preocupado por favorecer aquellas obras que beneficien a la comunidad, como la reproducción de la Cueva de Altamira, la creación en Comillas del Centro Internacional de Estudios Superiores del Español, aunque no se resiste a mostrar su cara más humana, como es cuando le acompaña a ciertos actos o desea conocer su pueblo donde la cuenta como un zorro diezmó el gallinero y a consecuencia de ello se hincharon a carne carne de gallina pero también de zorro. “¡Lo del zorro es muy fuerte Revilla!”, recordaba Botín de vez en cuando.

 Al final Revilla da un tirón de orejas a Botín, ya lo verán. Curioso el capítulo en que nos habla de los apuros que pasó el propio autor del libro cuando, habiendo invitado a comer con su esposa e hijas al Presidente del Senado Javier Rojo en el Restaurante La Trainera de Pedreña, recordó que su propietario tiene a gala mantener en la pared los retratos del protomartir de la Cruzada José Antonio Primo de Rivera y del lider del levantamiento criminal, Francisco Franco, y es divertido y curioso ver como la esposa de Revilla resolvió el problema. Pero esto es algo a lo que estamos acostumbrados. Todavia existen estatuas por ahí de Franco a caballo, la de Santander se retiró hace unos años, aunque no haya ninguna de Hitler en Alemania o de Petain en Francia, pero sí incesantes alabanzas a Hiro-Hito en Japón, que mandó ocupar y masacrar varios países del Sudeste asiático, entre ellos Filipinas, o a Harry Truman que causó miles y miles de víctimas en Hiroshima y Nagasaki con la razonable excusa de terminar una guerra o del propio Augusto Pinochet en Chile, con un sesenta y cinco por ciento de votantes en las últimas elecciones de aquel país, que dieron la victoria a Sebastián Piñera, entusiasta seguidor del pinochetismo que tuvo cargos de importancia en la época asesina del general malvado, aunque esté llevando a cabo una política progresista y de reconciliación nacional. Pero la vida es así.”Todo pasa y todo queda”, decía Machado.

Se habla en el libro de las obras que llevó a cabo Revilla siendo Presidente, como organizó las cosas para ayudar a una monja misionera que trata de llevar el agua a un poblado de Mali, en el desierto de Segé, para lo cual cede en subasta, igual que otras personas otras cosas, el chaqué con que asistió a la boda de Letiziz Ortiz y Felipe de Borbón, o de como se preocupó de cuidar los accesos a determinadas zonas de Cantabria o hacer patria en el programa de Buenafuente con esa propaganda sibilina del Banco de Santander o alabar la actitud de David Bustamante en favor de su tierra.No refiere temas oidos en sus discursos o charlas, como aquel de que mandó construir un puente porque un niño tenía que cruzar todos los días un río para ir al colegio o su orgullo de ver en pueblos como Comillas o de Valderrible con alcaldes de su partido. Sí recuerda su aficiòn a la pesca o como actuó cuando le impusieron llevar escolta por estar amenazado por el terrorismo etarra. A muchos interesarán sus comentarios sobre el fútbol, con su Racing por delante, e incluso la intercesión de Santo Toribio de Liébana para lograr la permanencia en Primera División frente al Osasuna; a otros más recordar el descrédito de la justicia cuando un acto vil que tuvo lugar en Castro Urdiales queda sin castigo.

 Es curioso ver el comportamiento de ciertos ciudadanos, como el caso de los votos de Cieza, o saber que Miguel Ángel Revilla también es humano y padece del riñón o los apuros que pasaron él mismo y Manuel Chaves en la boda real aludida y la respuesta a Maragall recordándole su españolidad a ultranza. Algunas confidencias son nuevas para algunos, como el saber que en su momento una de las personas con mayor influencia en el gobierno de Zapatero era Miguel Barroso, no el de don Algodón sino el marido de tan convencida españolista como es Carme Chacón.

Con todo ello Revilla no sólo nos deja gran parte de su biografía, con entrañables fotos incluidas, sino que habla de los últimos tiempos de Cantabria y descubre temas como su simpatía por los taxistas, que es recíproca, su capacidad de trabajo, su sencillez a la hora de hablar con la gente incluso por la calle y el buen entendimiento con su esposa y algunos colaboradores. Habla clara cuando le preguntan por ejemplo por su iniciación sexual o sus sencillas costumbres de comer los domingos en familia en Noja o Pedreña.

Pero si algunos capítulos merecen el mejor aplauso, donde además se traslucen sus conocimientos de economista interesado en los problemas sociales,  son los dos últimos donde habla de la crisis, nacida del ladrillo y de la mala administración. Da consejos a los políticos y a los ciudadanos y lo hace con buenas bases, pues cita a interesantes economistas como Keynes, Schumpeter, clásicos en las facultades universitarias, aunque se refiere a Alan Greenspan con escasa simpatía. Los resultados de atender sus consejos o indicaciones, tanto ciudadanos como políticos, seguramente sean beneficiosos no sólo para Cantabria sino para España y para el mundo, incluida Europa.

Este libro es útil para los seguidores enfervorecidos de Miguel Ángel Revilla, que los tiene y muchos, pero también para quienes sepan ver en su relato un ejercicio de sinceridad y un modelo de trabajo y responsabilidad. Leerlo no perjudicará a casi nadie.



Manuel Quiroga Clérigo.
San Vicente de la Barquera (Cantabria), 4 de agosto de 2012.


 












Manuel Quiroga Clérigo.

(Madrid, 1945).
Licenciado en Psicología Social, Estudios de Derecho ( U.C. de Madrid).
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología (Universidad Complutense de Madrid).
Tesis Doctoral: LA CRITICA LITERARIA COMO FENÓMENO SOCIOLÓGICO).
Crítico literario y de cine, narrador, autor dramático. Poeta.

Ha participado en Congresos, Simposios y Encuentros en todo el mundo.
Conferenciante, prologuista e invitado en seminarios, cursos de poesía, literatura y de ciencias sociales.
Fundador del Grupo Poético “Enero” (Madrid, 1969).
Consejero de la ASOCIACIÓN COLEGIAL ESCRITORES.



Miembro de:C.E.D.R.O.,

ASOCIACIÓN ANDALUZA DE CRITICOS LITERARIOS (CRÍTICOS DEL SUR),

COLEGIO NACIONAL DE DOCTORES Y LICENCIADOS EN CC.PP Y SOCIOLOGIA,
 ASOCIACIÓN CASTELLANO-MANCHEGA DE SOCIOLOGÍA,

ACADEMIA CERVANTINA DE GUANAJUATO (MÉXICO),

S.G.A.E.,

PEN CLUB DE ESPAÑA.
 

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