En la obra del nuevo Premio Nobel se aprecia una clara inspiración de
la literatura norteamericana, al estilo de William Faulkner, pero
también de la latinoamericana, especialmente de Gabriel García Márquez.
Foto: EFE
El escritor recibirá el galardón por su
retrato de la convulsa historia de su país, en una descripción en que
confluyen las tradiciones y ritos del mundo rural y en un lenguaje que
mezcla ironía y sensibilidad, según la explicación de la Academia, que
recomienda “Las baladas del ajo” entre su producción literaria.
EFE
El escritor chino Mo Yan, de 57 años, es
el ganador del Premio Nobel de Literatura 2012, anunció hoy la Academia
Sueca, que le ha concedido el galardón por su visión mágica y realista
de China.
Mo Yan “muestra con cuentos populares de un realismo
alucinatorio, la historia actual y contemporánea”, subrayó el portavoz
del Comité Nobel al anunciar la concesión del premio.
Entre sus libros más conocidos está “Sorgo Rojo”, la
novela cuya adaptación al cine dio al director de cine Zhang Yimou el
Oso de Oro de la Berlinale en 1988, uno de los hitos de la historia de
ese festival de cine.
El Nobel de Literatura 2012, dotado con ocho millones
de coronas suecas (aproximadamente 1,2 millones de dólares), un 20 por
ciento menos que el año pasado, sigue en la nómina del prestigioso
galardón al poeta sueco Tomas Tranströmer, en 2011, y al peruano Mario
Vargas Llosa, en 2010.
La semana de los Nobel arrancó el lunes con la
concesión del de Medicina al británico John B. Gurdon y al japonés
Shinya Yamanaka, y prosiguió el martes con el anuncio del de Física al
francés Serge Haroche y el estadounidense David Wineland.
La ronda de los Nobel del ámbito científico se cerró
ayer con el correspondiente a Química, para los estadounidenses Robert
Lefkowitz y Brian Kobilka.
Tras revelarse hoy el de Literatura, la expectación
se desplaza al de la Paz, que se dará a conocer mañana, mientras que el
lunes se conocerá el de Economía.
La entrega de los Nobel se realizará, de acuerdo a la
tradición, en dos ceremonias paralelas, en Oslo para el de la Paz y en
Estocolmo los restantes, el 10 de diciembre, coincidiendo con el
aniversario de la muerte de Alfred Nobel.
Mirada
El profesor Eugenio Suárez Galván, conocedor de la
obra del nuevo Premio Nobel, aprecia en sus trabajos una clara
inspiración de la literatura norteamericana, al estilo de William
Faulkner, pero también de la latinoamericana, especialmente de Gabriel
García Márquez.
Suárez Galván, profesor de Literatura Comparada en la
Universidad de Nueva York en Madrid, aseguró que en la obra del
escritor chino se ve un realismo mágico, una visión mágica de la
realidad.
“Escribe con una furia tremenda”, aseguró el
escritor, para quien el Nobel “es un reconocimiento necesario, porque se
habla de China como futuro imperio y de una cultura milenaria aunque en
la misma subsisten muchas diferencias entre clases y, sobre todo, la
falta de libertad”.
“Que le den el Nobel a un disidente que ha sufrido
esa falta de libertad me parece extraordinario”, subraya el profesor,
quien asegura que Mo Yan “de una manera sutil pero explícita y directa, a
veces a por medio de apologías de animales, critica la dictadura, la
falta de libertad y el trato de las mujeres en la cultura china, todo
ello con humor e ironía”.
Galván recordó que el premiado fue censurado por su
obra “Grandes pechos y amplias caderas”, un libro “nada erótico” sino
relativo al papel maternal, y ha considerado “curioso” que China le haya
seguido dejando escribir cuando en su obra “hay un ataque claro al
régimen chino”.
China recibió con júbilo el Nobel de Literatura de
Mo Yan, mientras el anterior condecorado por la Academia sueca, el
activista Liu Xiaobo, cumple en diciembre su tercer año de condena en
prisión.
Mo se convirtió en el primer chino en recibir el
galardón sin estar en la cárcel ni el exilio, un título que ha suscitado
el debate de hasta qué punto es un “escritor del régimen”.
“Él es parte del sistema”, aseguró el activista Ai
Weiwei, quien en cambio admitió después no haber leído nada del recién
premiado.
Ai denuncia “la insensibilidad” de la Academia a la
hora de conceder el premio a Mo, mientras Liu Xiaobo (Nobel de la Paz
2010) permanece todavía encarcelado y su mujer, Liu Xia, sometida a un
régimen de arresto domiciliario sin que se conozcan cargos contra ella.
En la misma línea, la organización Chinese Human
Rights Defenders aprovechó el anuncio del galardón para pedir la
liberación de la pareja, dos de las caras más visibles del cuestionable
estado de los derechos humanos en la potencia asiática.
En contraste con la virulenta reacción de Pekín hace
dos años, cuando llegó a calificar de “blasfemia” el Nobel a Liu,
algunos medios oficiales como el “Global Times” o la cadena de
televisión pública CCTV dieron hoy una calurosa bienvenida al de Mo.
Ambos le calificaron como el “primer y único Nobel
de Literatura chino”, lo que supuso un velado ataque hacia Gao
Xingjiang, el escritor nacido en China pero nacionalizado francés y
premiado con ese galardón en el año 2000, quien es repudiado por Pekín
por sus ataques sin ambages al sistema comunista.
Aunque Mo no se ha opuesto de forma explícita al
régimen, tampoco se ha declarado afín a él, y en su narrativa subyacen
audaces críticas contra algunos de los episodios más dramáticos de la
historia china del último siglo.
La predilección del régimen hacia Mo Yan, cuyo
nombre es en realidad un seudónimo que significa “No hables” o
“Silencio” debido a sus años de mutismo durante la Revolución Cultural,
tiene para algunos escritores y activistas, entre ellos Ai Weiwei, una
explicación.
Sugieren que China elige a artistas menos incómodos
para el régimen como estandartes de las virtudes nacionales: “Hay que
entender que el país se encuentra en una difícil posición, ya que está
intentando crear una identidad para mostrársela al mundo”, cuenta Ai. Y
añade con cinismo: “Para ello, necesitan representantes”.
Las dos caras
Camino
A pesar de ser un autor no demasiado conocido en el
extranjero, su nombre figuraba entre los favoritos en las quinielas
previas, por detrás del japonés Haruki Murakami y de varios autores
anglosajones como Joyce Carol Oates o Alice Munro.
Nacido en 1955, Mo Yan creció en la provincia de
Shandong, en el noreste de China, en el seno de una familia campesina.
Durante la revolución cultural, dejó la escuela a los 12 años para
trabajar en la agricultura y luego en una fábrica, hasta que en 1976 se
enroló en el Ejército Popular. Fue en esa época cuando empezó a
estudiar literatura y a escribir -su primer relato apareció publicado en
una revista en 1981-, enlazando su creación con sus experiencias de
juventud y el ambiente provincial en el que creció, como en uno de sus
primeros éxitos, “Hong gaoliang jiazu” (Sorgo rojo), de 1987.
Esa obra, que consta de cinco relatos ambientados en
Gaomi durante varios turbulentos decenios del siglo XX, le dio
proyección internacional gracias al éxito de la adaptación
cinematográfica, dirigida por su compatriota Zhang Yimou.
Otras obras suyas como la novela “Tiantang suantai
zhi ge” (Las baladas del ajo), de 1988, y la satírica “Jiuguo” (La
república del vino), de 1992, han sido consideradas subversivas por su
crítica de la sociedad china contemporánea.
A raíz de su novela “Fengru feitun” (“Pechos grandes
y caderas amplias”), de 1995, que causó polémica en China, el Ejército
le forzó a escribir una autocrítica y Mo tuvo que retirar su obra de la
circulación.
Su última creación hasta el momento es “Wa” (Rana),
de 2010, en la que aborda las consecuencias de la política de hijo único
impuesta en su país.
“Ganar no es nada”
Mo Yan expresó a la prensa su alegría por el
galardón, aunque aseguró que “ganar no representa nada” y que seguirá
“centrado en la creación de nuevas obras”.
“Continuaré trabajando duro,
gracias a todos”, señaló un elusivo Mo, que en las horas posteriores ha
intentado aislarse de la prensa y los admiradores. Sobre la importancia
del premio para la literatura de su país, aseguró que “China tiene
muchos autores excelentes, cuyos destacados trabajos podrán también ser
reconocidos en el mundo”.
/// EL DATO
FUENTE: publicado en EL LITORAL,
Santa Fe, Edición del Jueves 11 de octubre de 2012
FUENTE: publicado en EL LITORAL,
Santa Fe, Edición del Jueves 11 de octubre de 2012
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