Las fábricas metalúrgicas del kibutz Nir David han elaborado un
novedoso método: un recolector de aceitunas a motor. Se trata de un
ingenioso invento que permite, según los expertos de la empresa, el
aprovechamiento de más de un 95% de las aceitunas... El invento, que ha
sido estudiado por la Gran Asociación Española de Aceituneros, fue
declarado por los mismos como 'instrumento de valiosísimos usos'. La
prueba está en que los supervisores del proyecto de Nir David están
vendiendo los dispositivos de dicho recolector a España, y con mucho
éxito. Este invento ya se ha puesto a la venta en Israel y en varios
países del mundo.
Un gran milagro aconteció aquí: El desierto del Néguev está siendo
escenario de un acontecimiento agrícola sin precedentes: la sequía,
según se ha podido comprobar, no parecería afectar a Los agricultores de
Ramat Hanéguev.
En lugar del riego con agua dulce, los agricultores han
elaborado un sistema que funciona con agua salada, logrando un hecho sin
precedentes a nivel mundial: una plantación de aceitunas, que ocupa una
superficie de 1000 metros cuadrados, y que irrigada con agua salada,
ofrece una producción 4 veces mayor de la que se obtiene de una
superficie de 1000 metros cuadrados irrigada por agua dulce. Se ha
observado la ventaja del agua salada en el cultivo de tomates y viñedos,
y hasta los tilapias (peces de agua dulce, 'Amnún' en hebreo) parecen
haberse acostumbrado ya al nuevo sistema. Uno de Los pioneros de cultivo
en agua salada en el Néguev es Yoel de Malaj, miembro del kibutz
Revivim. Así explica su éxito: 'ya hemos intentado la utilización de
agua salada, pero fracasamos por falta de conocimientos tecnológicos.
Muchos fueron los escépticos en cuanto al éxito que podría tener el
riego de cultivos con agua salada, extraída de una profundidad de 300
metros. Comenzamos con algodón, pasando a aceitunas, melones, tomates,
etc. Estamos recibiendo apoyo del Instituto Vulcani, de la Facultad de
Agronomía, de la Universidad de Ben Gurion y del Instituto Blaustein de
Sde Boker'. Actualmente, la plantación de aceitunas del kibutz Revivim
es la más destacada de Israel.
Como no existen restricciones en la utilización de agua salada
en la zona sur del Néguev, el cultivo de aceitunas pasó a tener una
reputación a nivel mundial. Los árboles fueron especialmente diseñados
para la cosecha mecánica, con la ayuda de avanzadas maquinarias, que
sujetas al tronco, sacuden fuertemente las ramas hasta arrojar las
aceitunas al suelo. Parte de dichas maquinarias fueron perfeccionadas en
Israel.
Gracias a este avance en la industria del aceite de oliva, la
zona estará en condiciones de absorber y emplear a más población. Este
gran éxito despertó gran interés en el círculo de los grandes
empresarios, quienes ya se encuentran en plenas averiguaciones para la
inversión en plantaciones de aceitunas.
El cultivo de aceitunas en agua salada en el Néguev estuvo
precedido por otro avance científico: el cultivo de tomates, por
ejemplo, donde se comprobó que cuanto más salada es el agua utilizada,
más dulce es el fruto que se recoge. Y de aquí a las aceitunas no hubo
más que un corto paso. El principio del riego con agua salada funciona
de la siguiente manera: la sal pone en funcionamiento la presión
osmótica sobre la planta, lo que estimula la producción de azúcares, y
así equilibra el porcentaje de sal. El cultivo de aceitunas en especial
está caracterizado por la obtención de una producción más grasa. Durante
una serie de pruebas, los agricultores se sorprendieron al comprobar
que los árboles ofrecían cosechas inimaginables: en la zona de la
Galilea, donde se alcanzó hasta el presente la media tonelada por cada
1000 metros cuadrados, se obtuvo una producción de 2 toneladas de la
misma superficie.
Un invento israelí permite la comunicación telefónica en Internet, sin necesidad de un servidor
En
lugar de utilizar los métodos de la primera generación (conversación a
través del ordenador) o el sistema de la segunda generación y también el
actual (basado en conversaciones de teléfono a teléfono que se
convierten en una conversación de Internet con un servidor del
distribuidor de teléfonos), la empresa Apalio, una nueva empresa
'start-up' israelí, propone la conversación de teléfono a teléfono que
después será convertida en tecnología telefónica de Internet, sin
intervención del distribuidor de teléfono y en realidad sin servidor
alguno. El aparato de la empresa efectúa la comunicación con Internet,
creando una entrada del cliente para la empresa de Internet, que incluye
el teclado del nombre del usuario y el código. De esta manera, el costo
efectivo de la conversación es tan sólo el costo de una llamada local.
Haciendo florecer el desierto del Néguev
A menos de 20 kilómetros al sur, en Sde Boker, se encuentra la
sepultura del Primer Ministro de Israel, David Ben Gurion, el santuario
secular de su grandiosa visión de convertir el Néguev en el corazón de
Israel. Ben Gurion se hubiera complacido con los piscicultores, quienes
durante el último año han utilizado los elementos del desierto para
producir alimento. El cinturón septentrional del Néguev, entre Kiryat
Gat y Beersheva, es un testimonio del éxito. Una alfombra verde de trigo
invernal cubre los campos de los kibútzim y moshavim, una cesta de pan
creada con la irrigación y los resueltos esfuerzos de asentamiento en
los últimos 50 años. Y sin embargo, no es el desierto realmente lo que
florece aquí, dice el Profesor Uriel Safriel del Instituto Blaustein
para la Investigación del Desierto en Sde Boker. 'Hemos convertido en un
auténtico vergel las zonas semiáridas', al norte del desierto
propiamente dicho, nos dice. 'El resto lo hemos convertido en vergel de
forma irregular'. El objetivo en los primeros años, nos explica, era
'simplemente poner nuestras picas en todas partes en Israel. Lo que
hicimos fue evitar que el terreno de pasto se convirtiera en desierto
transformándolo en tierras de cultivo'. En una región como ésta, nada
tiene más valor que el agua. Y desde 1989, la comisión nacional de
recursos hidrológicos bombea aguas residuales tratadas, procedentes de
la planta de reciclaje de la región de Dan, llevándolas hasta los
kibutzim y poblaciones, donde se aprovechan para la irrigación de
árboles frutales y verduras. Casi la mitad del agua que se utiliza en el
Néguev, sorprendentemente, procede de esta fuente reciclada, 115
millones de metros cúbicos al año. Este volumen se va a duplicar el año
que viene en cuanto se acaben de construir varios enormes depósitos
incluyendo el proyecto del Fondo Nacional Judío en la zona
noroccidental de Besor.
Los agricultores del desierto están explotando también una
fuente prácticamente inagotable de agua caliente y salobre extraída de
una antigua capa freática a unos 1.000 metros de profundidad en el
desierto.
El agua fue descubierta hace unas dos décadas, pero en un
principio se pensó que no se podía utilizar. Este uso ingenioso del agua
salobre y residual para cultivar productos agrícolas de alta calidad en
el desierto es principalmente el resultado de una estación de
investigación agrícola, creada en 1981 en Ramat Hanéguev, una amplia
meseta al suroeste de Beersheva. Científicos e investigadores han
desarrollado métodos para que las plantas soporten mejor la salinidad
del agua y han encontrado técnicas que permiten cultivar productos de
primera clase con agua de segunda clase.
Las piscifactorías son una parte esencial dentro del ciclo
agrícola, como se puede observar en Kadesh Barnea, una comunidad aislada
de 25 familias que cultiva 60.000 peces de San Pedro en lo alto del
desierto arenoso en la frontera con Egipto. Y lo que Ben Gurion
proclamaba como 'prueba definitiva', 'conseguir dominar las tierras
baldías' en el sur, porque 'si el estado no pone fin al desierto, el
desierto pondrá fin al estado', ha sido superada.
¿Quién teme ahora que el desierto nos invada, cuando Israel cultiva peces en él?
FUENTE: blog POR ISRAEL- DORI LUSTRON