jueves, 13 de octubre de 2011

Carlos Garrido Chalén nos presenta su ensayo: "ERNESTO KAHAN: DESHOJANDO LA VIDA Y LA HISTORIA".

ERNESTO KAHAN: DESHOJANDO

LA VIDA Y LA HISTORIA

Por Carlos Garrido Chalén

San Justino, calificado muchas veces de iluso, trató de conciliar la fe con el conocimiento filosófico racional, concibiendo que la filosofía era el más precioso don que Dios había dado a los hombres. Tertuliano, sorprendió, diciendo que sólo creía lo que es absurdo y que le repugnaba la razón. Lactancio, al decir que tomando las verdades parciales especulativas de los filósofos griegos se obtendría el corpus doctrinal filosófico racional equiparable con la verdad teológica revelada. Y San Agustín con el que terminó de influir el pensamiento platónico en la filosofía cristiana, empezó una etapa de influencia aristotélica al argüir en su obraLa ciudad de Dios, que la historia tiene un sentido y se dirige a una meta señalada por la providencia divina; y que los pueblos pueden rebelarse contra ese destino y formar una ciudad terrena, pero también acatar esta ley histórica y construir la ciudad divina.

Thomas Hobbes 1588-1679, sin embargo, decía, que la prudencia no es parte de la filosofía (Rousseau en suEmilio, agarraba a trompadas a los filósofos, pues alegaba que aunque estos estuvieran en disposición de descubrir la verdad, ¿Quién de entre ellos se interesaría en ella?”¿Dónde estará – decía- el filosofo que no engañase de buen grado, por su gloria, al género humano?); y ese puede haber sido un pretexto, o mejor dicho una razón, para que el diablo comenzara a trabajar el frente de la filosofía, desde hace dos mil quinientos años; aunque antes, mucho tiempo atrás, lo hiciera ya en el salpicadero imaginario, intuitivo e irracional de las doctrinas míticas, que pretendían explicar, a su manera, el origen del mundo (cosmogonías) y de los dioses (teogonías), y solucionar los grandes enigmas filosóficos del universo.

Ese autor, que se nutrió del puritanismo y la ortodoxia escolástica durante sus estudios en el Magdalen Hall de Oxford, sostuvo que el ocio es la madre de la filosofía, y el Estado la madre de la paz y el ocio; y que sólo desde que existieron ciudades grandes y florecientes, fue posible el estudio de la filosofía. Los gimnosofistas de la India, los magos de Persia, los sacerdotes de Caldea y Egipto se cuentan entre los filósofos más antiguos.

La filosofía no se suscitó entre los griegos y otros pueblos occidentales, cuyos Estados jamás tuvieron paz, sino cuando sus temores mutuos fueron de igual calibre, ni tampoco cuando su ocio se empleaba sólo en acecharse uno a otro. Cuando la guerra unió muchas de esas ciudades griegas menores, en otras más reducidas en número, pero mayores en importancia, entonces comenzaron los Siete hombres, en diversas partes de Grecia, a adquirir reputación de sabios; algunos de ellos por sus sentencias políticas y morales y otros porque enseñaron, inspirados en los caldeos y egipcios, astronomía y geometría. Pero nada nos revela, aún, la existencia de escuelas de filosofía.

Cuando Ernesto Kahan expresa en su ensayo “Poesía – valor fundamental para la vida” su punto de vista médico, poético y filosófico en torno a problemas fundamentales como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje y trata de definir el alcance de las disciplinas humanas como el arte, la medicina, y hasta la propia filosofía y el lenguaje, nos lleva a una interesante reflexión deontológica – de poeta y médico o médico poeta - que merece ser tenida en cuenta.

“Mientras que la medicina, ya desde Hipócrates, tiene como objetivo proteger la salud y defender la vida de las personas, independientemente de las condiciones de raza, sexo, etnia, nacionalidad, etc.; La poesía busca exaltar la vida. Con ella como con las otras artes, cada una con su lenguaje, generamos emociones, es decir que nuestro cuerpo e individualidad reacciona a las expresiones de dolor, amor, alegría, exaltación de la naturaleza, la historia o la propia identidad… y nuestro cuerpo reacciona con cambios en la presión sanguínea, la temperatura, el brillo de los ojos, los músculos de la cara, la excreción de hormonas, la producción de lágrimas y saliva, la tensión de los órganos sexuales, la respiración… en fin de todo el cuerpo. En los últimos tiempos se descubrió la existencia de endorfinas, que son las sustancias internas que producen esas reacciones corporales y emocionales”, expresa.

Para Ernesto kahan, Profesor Emérito de la Universidad de Tel Aviv,
President-Israel Physicians for Peace and Preservation of the Environment
& Former Vice President of IPPNW (Organization awarded Nobel Peace Prize 1985) y Co-Presidente Ejecutivo de la Unión Hispanoamericana de Escritores, la poesía, la música, el baile, la pintura, la escultura… cada una, con un diferente lenguaje de expresión, pretenden estimular nuestras emociones y para ello buscan tocar las fibras de nuestros sentimientos más íntimos y profundos de nuestra vida. Por eso la poesía es un valor fundamental para la vida y por eso la medicina es un valor fundamental para la vida.

“Miro hacia atrás – anota - y me veo como un joven médico iniciando una carrera que continúa la de mi padre y tratando de “conquistar al mundo”. Ahora; después de pocos meses de haber recibido de la Universidad de Tel Aviv, el diploma al reconocimiento y el título de emérito que debo adjuntar al de profesor; después de 46 años de haberme recibido de médico; y al arribo de mi década de los 70; mis pensamientos adquieren forma de legados y testamentos, en especial para mis alumnos a quienes amo profundamente. Este mensaje es el resultado de toda una vida dedicada a la salud de los pueblos y al humanismo desde la profesión médica y la poesía”.¡Qué privilegio y suerte que tuve!, agrega.

Ernesto Kahan, hace recordar a Dariusz Pacak que en su texto sobre el mismo tema escribe “la poesía acentúa el significado de los momentos más esenciales de la vida humana. La poesía corresponde perfectamente con la religión, la filosofía, la estética, la tradición – con la cultura y el arte, siendo elaborado por cada nación, con su propio canon. En la mayoría de los ensayos sobre poesía, se utiliza el criterio histórico para el análisis porque en cada época la forma y el contenido de la poesía siguen las características particulares relacionadas con esos períodos. Y… ¡Y qué especial es el actual!”

Al parecer de Ernesto Kahan, los derechos humanos han ganado la energía del derecho internacional, y la democracia es la forma más aceptada de gobierno, pero por otro lado, los individuos están en peligro de perder su dignidad totalmente por ser transformados en los “dientes de una máquina” por las corporaciones económicas y los gobiernos dominantes. Por un lado, la caída de los estados absolutistas ha proveído a los pueblos de los diversos países la oportunidad de disentir, pero por otro, las nuevas técnicas de la propaganda en la comunicación los están transformando en “manadas manipuladas de ovejas”. Por un lado, la ciencia penetra en los “secretos” de la vida y del universo, pero por otro, las pseudo-ciencias, la superstición, el fraude y el pensamiento fundamentalista e irracional han adquirido fuerza económica y política, y promueven fanatismo e intolerancia. Los movimientos terroristas, que están proclamando la llegada del “fin de los tiempos”, están utilizando un fanatismo extremista para ser justificados y crear pánico.

Él cree que debemos indagar ¿Cómo podemos, los escritores en general y los poetas particularmente, ser la voz lírica de la gente y ser parte de su realidad, sin participar en tal diálogo? ¿Cómo podemos los científicos contribuir al desarrollo de la ciencia y de la tecnología para el progreso de la humanidad, si nos separan de los principales dilemas filosóficos, culturales, y sociales? Las respuestas, o un dicho mejor “la respuesta” es evidente, y no ofrece ninguna otra alternativa que la positiva.

Para Ernesto Kahan, tanto el científico como el artista deben ser personas pensantes y responsables, tanto ética como socialmente y generando diálogos y propuestas para una humanidad con vida digna y segura. El enfoque es antropocéntrico.

“Soy profesor de medicina y sostengo que el médico debe ser humanista y promover el humanismo. Debe amar profunda y generosamente a los pacientes individuales y a la población de todos los pueblos, etnias, sexos, razas, creencias y condición social. Debe amar y respetar el cuerpo humano, sano y enfermo. Debe preguntarse todos los días por sus conocimientos y aprender. Debe preguntarse todos los días por lo que sienten sus pacientes y aprender. Debe preguntarse todos los días cuáles son los peligros que acechan a sus pacientes y a la humanidad. Debe participar responsablemente, tanto ética como socialmente y generando diálogos y propuestas para una humanidad con vida digna y segura. También esta actitud se ofrece como un gran desafío para la medicina moderna. Los profesionales de salud y especialmente los que están obligados por el Juramento Hipocrático, deben tener una visión más comprensiva y más ecológica”.

En su brillante ensayo, Ernesto kahan afirma:“En este mundo actual, después de haberse producido los mayores adelantos científicos y tecnológicos, hay mucha desigualdad de oportunidades y terrible miseria. Hoy, escribimos y publicamos en páginas Web y revistas de literatura pero no llegamos a la población mundial, puesto que sólo un parte minoritaria sabe leer y escribir y tiene acceso a Internet”.

“En el Renacimiento los científicos y artistas estaban integrados y tenían un campo de acción común. Leonardo da Vinci, nació en 1452 y murió en 1519, fue pintor, escultor, arquitecto, físico, cosmólogo, geólogo, ingeniero y anatomista. En aquella época el prestigio de los artistas era superior al de los científicos que se sentían estimulados por el espíritu humanista de los artistas que los visitaban y querían conocer toda la belleza del cuerpo humano. En 1549 comentó Vesalio, el médico más renombrado del Renacimiento “No me tomo la molestia de preocuparme de los pintores y escultores que se amontonan en mis disecciones ni, pese a sus aires de superioridad, me siento menos importante que ellos.”

·En ese período, Miguel de Cervantes escribió en su libro El Quijote, lo que se puede ser interpretado como un llamado para el cambio social: “Así, ¡oh Sancho!, […] Hemos de matar los gigantes a la soberbia; a la envidia, , […] a la ira, , […] a la gula y al sueño, en el poco comer que comemos y en el mucho velar que velamos; a la lujuria y lascivia, , […] a la pereza, con andar por todas las partes del mundo, buscando las ocasiones que nos puedan hacer…”

·Posteriormente, debido a la separación entre el objetivismo científico y el subjetivismo artístico, ocurrida precisamente en la época moderna, cada grupo comenzó a analizar los problemas de la sociedad desde ángulos independientes y sin interaccionar entre ellos. Es más, la diferente metodología utilizada y el desarrollo dispar de expresiones lingüísticas de comunicación, llevó a la actual falta de diálogo entre la ciencia y el arte”.

Según el parecer de Kahan, en realidad, el humanismo y el modernismo aparecen como sinónimos con mucha frecuencia, porque las ideas y valores humanistas expresan precisamente la renovada confianza en el poder de los seres humanos para resolver sus propios problemas y conquistar fronteras inexploradas. “El humanismo moderno – anota - eclosionó durante el Renacimiento. Contribuyó al desarrollo de la ciencia moderna. Durante la Ilustración hizo germinar nuevos ideales de justicia social e inspiró las revoluciones democráticas de nuestro tiempo. El humanismo ha colaborado en la construcción de una nueva perspectiva ética, que subraya los valores de la libertad y la felicidad, así como las virtudes de los derechos humanos universales.” Y más adelante agrega “Los firmantes de este manifiesto creemos que el humanismo tiene mucho que ofrecer a la humanidad de cara a afrontar los problemas del siglo XXI e incluso los del nuevo milenio. […] Necesitamos renovar el pensamiento, si queremos hacer frente a la sociedad global que está emergiendo ahora, y renovar el pensamiento es precisamente el sello distintivo del humanismo. […] ”

El médico poeta reflexiona que “durante toda la existencia del hombre, al menos desde la primera revolución, la agraria, desde la que tenemos documentos y en la que se iniciaron los grandes asentamientos y cambiaron los roles de la mujer y el hombre, su alimentación, cultura, sistemas de gobierno, creencias, producción, etc.; toda su evolución, o si se prefiere, todo el desarrollo de los cambios, fue el resultado constante de conflictos y luchas; y desde entonces las guerras y las preparaciones para la guerra generaron una carrera que continúa hasta nuestros días y generó una manera particular de pensar”.

Ernesto Kahan termina expresando que en el preámbulo de la carta de la UNESCO se señala que “las guerras comienzan en las mentes de las personas. Por lo tanto es en las mentes de los hombres donde debemos construir las defensas para la paz y la nueva cultura de la educación para la paz hacia el amor, la armonía y la tolerancia es el gran desafío para los intelectuales, artistas y poetas.
“En efecto, terminó diciendo - la poesía y la medicina son valores fundamentales para la vida.

Interesante reflexión para un Nuevo tiempo de un hombre extraordinario, fuera de lo común, como Ernesto.




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fuente: http://unionhispanoamericana.ning.com/forum/topics/ernesto-kahan-deshojando-la-vida-y-la-historia

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