lunes, 5 de septiembre de 2011

Américo Gollo Chávez: ¿Irse-huir-quedarse-Qué hacer?

¿Irse-huir-quedarse-Qué hacer?


por Américo Gollo Chávez

Viernes, 2 de septiembre de 2011

Cada día, en cada hogar, en donde existe consciencia de las insuperables dificultades en las cuales desvivimos, nos “mueren”, es exactamente la expresión, se desea y en casos se decide, que los hijos, en primerísima instancia, se vayan de este infierno

Los demás, si se puede, se irán luego o se consolarán de verlos lejos. La violencia se ha apoderado de todos los espacios. Un presidente que no habla, difama. Que en vez de orar, alguna vez por temer a perder su eternidad, maldice, siempre todas las veces. Y para dar más fuerza, verdugo con su palabra convertida en fuete y hacerlo casi siempre invocando el nombre del propio Jesucristo. Que no oye, salvo su propio eco para solazarse de las aberraciones de su habla, de sus deshechos y desechos, que estimula y aplaude a sus secuaces si lo imitan y felicita a quienes para congraciarse con él son eso, más chavistas que Chávez. Un país donde la inseguridad es ejecutora sin piedad de asesinatos miles y de mil modos y, ahora, una ministra que del ramo se encarga para proteger a quienes peor delinquen, con esas cosas que llaman los PRAN, los que están dentro y los que nos gobiernan; un sistema judicial de mujiquitas al servicio del amo, en fin, francamente un infierno, pero, peor que eso, el infierno no es el espacio para delinquir, para tener miedo, ni para morir, sino el lugar donde por siempre habitarán los peores pecadores sin redención, ni salvación posible, porque de ellos jamás Dios se ocupará. Por si esto fuese poco, que ya es casi todo, la corrupción por la revolución se premia, bajo una moral que hace del crimen una virtud si es cometido en nombre del proceso. No conformes con eso, no hay servicios, ni agua ni electricidad, la comida escasea y, para mejor cuidarse la salud, tal el ejemplo del supremo Salvador, hay que emigrar a Cuba, papado, meca y centro vudú de todo ese proceso. Educación, transporte, escasos y malos. Oportunidades de empleo, las que decida el PSUV. La propiedad asaltada por manos de quienes nada hicieron. Y, en nombre de un sustantivo muy ambiguo, pueblo, la destrucción como proceso para hacernos iguales según un ideario especial, ser hombre nuevo, a la imagen y semejanza de Hugo Rafael o en su defecto a sus “apóstoles” de La Hojilla. El terror impera y, entonces, la palabra deja espacio al silencio y la prudencia se convierte en la habitación donde se esconde nuestro miedo.


Las prédicas del gobierno se arguyen como la verdad que, por fuerza, se usa para imponerse como frenos. La realidad tal como es no es, según el discurso oficial. Son alucinaciones lo que vemos, todo es felicidad en el proceso y los muertos son escogidos de los cielos y, por eso, no son tantos aun cuando sean miles, son muy menos, porque según es palabra de Dios, muchos llegan, mas pocos son los escogidos. Si fallas tuviese el socialismo en construcción son monstruosas falacias que crean los medios y la oposición, el clero pecador, el conjunto total lacayos del imperialismo, los miembros de la CIA y Teodoro Petkoff. El capitalismo se desmorona, vive su última catástrofe, nada quedará de eso, no habrá, pues, mas desempleo, crisis, racismo, y mas y mas, ningún mal ni de los graves defectos que tantos ojos vieron y padecieron, el neoliberalismo, como la última maldición, que llevará al final todo esto y ante esto, el socialismo como la única vía para salvarnos y, eso ocurrirá, será el tiempo tan especial, cuando Carlos Marx se junte con la voluntad del “poderío” de Nietzsche según el gran pensador barinés, Hugo Rafael, que como aquel griego, Sócrates, dividió en dos pedazos la filosofía antes y después de él, Hugo divide la totalidad de la historia en dos pedazos, antes de él y la que con él se destruye. Las drogas, los locos asesinos sueltos. Inflación, el desempleo, crisis, etc. son de la IV y, en general, males propios del capitalismo neoliberal. Imperialista. Ante tanto desastre, catástrofe inhumana, surgirá el bien: El socialismo de Chávez, el único y siguiendo sus pasos, sus lecciones, su ejemplo, su magisterio así será el mundo. Esta es la verdad, dice ufano Giordani, además, la única verdad que así se reafirma en sonrisa de Maduro, el señor canciller. Y, por si poco fuera, algún predicador llega a las casas con el la Atalaya, de visiones análogas. El pecado hace que se acabe el mundo. La esperanza de que vuelva Cristo se convierte en juico apocalíptico.


Cuan difícil es intentar razonar sobre este tema, donde el corazón tiene la palabra y son suyas sus razones para emprender la huida. Necesidad y poesía juntas son la esencia del viaje. Necesidad de mejor vida, poesía para expresar el placer de vivirla, crear. Creer, hablar, no tener pánico, no vivir bajo el terror o al menos no morirse en sus garras. La muerte que de suyo es complicada, rechazada, se hace indescriptible por el miedo que da al que la vive y a quien pegada anda, por el dolor que deja a quienes aman y conservan la amargura de las despedidas, cuando no es llegado su tiempo ni causas que la hagan comprensible, explicable, al menos. Difícil para quien por mil razones de estas aquí rápidamente pinceladas y otras, mas profundas, donde la vergüenza puede tener sus causas, tiene familiares, amigos, hijos, allá afuera y vive en agonía la distancia de no tenerlos cerca. No es pues, fácil decir a nadie: no te vayas. De manera sencilla lo dicen los seres míos, míos porque los amo, es necesario el viaje porque simplemente queremos vivir. Vivir vivos, porque no saben si se vive cuando se es extranjero y serlo implica carecer de palabras, no poder decir nada o reducir el habla a los recuerdos que quedan en la patria. No tener acceso a los trabajos para los cuales se formaron, y no es cosa de no saber su oficio o estar distantes en formación de las titulaciones concedidas por universidades, institutos, escuelas de allá y cosas de esas trabas de reválidas y demás que imponen las normas, es mucho peor, vivir la exclusión o desempeñar oficios debajo de un alguien a quien la nacionalidad lo hace privilegiado, por su condición de ser natural de allá, ser nacional de allá, y eso mas que privilegios quizá sean derechos colmados de historias y quizá también por esas cosas instintivas o tribales que se llevan dentro, entre las cuales no es poca cosa, el amor y resguardo a sus espacios vitales, tal cualquier otro animal vela por ellos.


Hay otro miedo que anida en mi alma al conversar de esto. Recién ha escrito Vargas Llosa en El País, y reproducido En El Nacional, sobre un desgarrador tema. Ser extranjero, ser ajeno, ser extraño a la tierra de origen cuando, por razones o sin ellas, por necesidad o por lo que fuere, se regrese, se vuelva a ellas. No solo es la soledad habitada por nadie la que encuentra, ni ser reconocido por alguien que aun queda, es muy, muy mucho peor, no reconocernos a mostros mismos al regreso. No saber ni aquí ni allá quienes somos, porque no somos lo que creemos ser, somos lo que otros demuestran que somos. Ojos que tú ves no son ojos porque tú los ves son ojos porque te miran, como genialmente explica García Bacca, pensando en la filosofía de Machado. No ser de aquí ni ser de allá, a pesar de Cabral, no es el color de identidad. Esta es una necesidad de cuerpo, mente, espíritu, alma. Ser es más que existir y no se puede existir sin nada ser. Ser extranjero es un existir sin ser. Para Vargas Llosa, Cruz Diez, Soto, Neruda…Benecerraf, Borges… fueron y son las cosas más sencillas, ocurre que estos son habitantes de otros espacios que, por exquisitos, jamás se llenan. Espacios sin tiempos ni lugares, son todo el tiempo en todos los espacios; pero aún ellos como ellos sufrieron los embates y para no caer necesitaron ser Soto, Borges, ser ellos antes de irse. Ellos antes de irse ya eran ellos.


No puedo menos que dejar para el final la tesis de Marienbad Belugheilig cuya preocupación y densidad científicas por lo humano me ha sido ejemplar lección. El tema del hombre es cada vez mas complejo, advierte. La necesidad de buscar la libertad es milenaria, que en garantizar la vida tuvo y tiene su primer valor, sin desconocer los límites que a la calidad de ella imponen las circunstancias, deja de ser un espacio local, marcado por intereses de historia, raza, culturas, tribus, nacionalismos. El ser humano de hoy tiene retos mayores, buscar ser cada quien uno en el mundo, donde todos sean uno en el encuentro solidario. El mundo todo es el espacio para buscar la libertad y las huidas muchas, a pesar de sus riesgos, tienen la legitimidad de ser búsquedas donde sean más sencillos los encuentros, donde la vida misma encuentre sus caminos. Si así entendemos la lucha nueva de estos tiempos, concluyó, el viajero ha de prepararse siempre para saber que el viaje es de ida y vuelta, de encuentros, andares, retrocesos, éxitos, fracasos, y llevarse de avío lo bueno y bello que sembraron los viejos, los amigos, el amor de los suelos.


Entonces ni el irse ni el volver es trágico, puede ser doloroso como es toda ausencia y todo riesgo. Irse o regresar, ha de quedar sujeto a esta sentencia que yo llevo conmigo, para irse o quedarse, hay dos caminos, “uno es la pasividad y al desesperación; el otro, el de la esperanza y la participación activa” quien se queda o se va pero opta por la primera, habrá muerto en vida. La segunda opción no tiene fronteras, por la patria y por la vida de cada uno se debe optar y luchar para la realización de la esperanza...


americod@gmail.com

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