miércoles, 20 de enero de 2010

Barco-hoteles: navegantes en tierra


Dormir sobre el agua es una buena alternativa si no hay habitaciones en un hotel "terrestre", si se quiere celebrar una ocasión especial o sencillamente para probar una experiencia nueva. Para ello, hay toda una oferta hotelera en barcos.

Unas vacaciones en el mar ya no responde sólo a la idea de un crucero surcando mares bajo el sol, cada vez son más los destinos en los que se pueden encontrar naves amarradas a puerto que funcionan como hoteles o casa permanentes.

Budapest, Praga, Amsterdam, Estocolmo, Gante o Vancouver son algunas de las ciudades donde el viajero puede elegir un barco para dormir, opción que también se está haciendo un hueco como apoyo a los hoteles, en la celebración de grandes eventos.

Las reuniones mundiales o los Juegos Olímpicos suelen poner en jaque la capacidad hotelera de las ciudades anfitrionas, como sucedió en Copenhague durante la Cumbre sobre el Cambio Climático celebrada en diciembre a la que asistieron más de 15.000 personas.

El "tour operador" Kuoni fondeó en uno de los muelles céntricos de Copenhague un crucero, el "Norröna", con más de 354 camarotes.

En Vancouver (Canadá), sede este año de los Juegos Olímpicos de Invierno está previsto que parte de los agentes encargados de la seguridad se alojen en cruceros y para los Juegos de Río de Janeiro (2016) también se contempla cerrar acuerdos con compañías navieras.

Los clientes de un barco-hotel o "boatel" buscan un alojamiento original, "hacer algo especial" y, en el caso de personas que viajan por trabajo, que "a veces acaban hartos de hoteles", la nave es una experiencia nueva con una ubicación céntrica, según relata una de los propietarios de la goleta turca Yasanti, que durante los inviernos ejerce de "bed and breakfast" en el puerto de Barcelona (España), lo que "ayuda a los gastos de mantenimiento y amarre", mientras en verano hace trayectos charter a las españolas islas Baleares.

La goleta ofrece también cenas románticas y un servicio de "siesta abordo", con el que en cualquier momento del día y sin estar alojado en ella, se puede descabezar un sueñecito ya sea en una tumbona al sol o en uno de sus cinco camarotes.

Carmen Rodríguez.

EFE-Reportajes- via www.yahoo.com.ar

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