martes, 24 de febrero de 2009

"UN PINO POR JUDIO "



por Riolama Fernández *





El Estado de Israel se formó en 1948, luego del holocausto nazi en la Segunda Guerra Mundial, donde fueron discriminados, humillados y asesinados seis millones de judíos. En conmemoración a ellos, se sembró en Israel un pino por cada judío muerto en el holocausto, es decir, se sembraron seis millones de pinos en el desierto de Judea, donde aún sobreviven fuertes, pujantes y verdes, y aunque no alcanzan la altura de sus parientes de Canadá y Europa han logrado reproducirse, contradiciendo todos esos conocimientos de fisiología vegetal, tan académicos y exquisitos, que suelen ser pesadilla diurna de quienes no lo poseen y están en el deber de aplicarlos. Contra todo pronóstico científico, religioso y político hoy el desierto de Judea es un incipiente bosque de pinos apto para lo supervivencia en las condiciones más extremas.



Hace unas semanas, cuando el bombardeo israelí hizo estragos en Gaza, algunos políticos y periodistas venezolanos llamaron a un boicot para los productos de Israel, para que Venezuela dejara de adquirir cualquier cosa elaborada allá, e incluso se cerró la embajada. Esta situación me hizo pensar en una respuesta para mis amigos que me habían preguntado acerca de lo más impresionante de mi viaje a ese país del Medio Oriente, lo cual no había querido responder porque la respuesta sería muy compleja de explicar, pues toca punzantemente esa fibra de patriotismo y orgullo nacional que todos los venezolanos tenemos, sobretodo yo, tan orgullosa de conocer mi país mejor que muchos soldados y que me encanta decir que me lo he gozado, rodado, escalado, cabalgado, volado, navegado, nadado y pateado de Norte a Sur y de Este a Oeste.


Las neuronas de esta venezolana orgullosa, amantísima desbocada de nuestra geografía, echaron chispas de incredulidad al pensar en qué afectaría a Israel el que Venezuela no compre sus productos.


Israel no tiene más fuente de agua dulce que el río Jordán y el lago de Galilea, pero tiene los mejores cultivos del planeta tierra. La superficie territorial de Israel es tan irrisoria, apenas 145 Km de largo por 135 de ancho, la mayor parte es desierto y mar, pero cultivan hasta en los bordes de las carreteras y hasta al frente del Mar Muerto entre los desiertos de Judea y Cisjordania a 40 ºC. Tienen un desarrollo tecnológico que supera al de países más grandes y poderosos. No tienen petróleo, ni agua ni hidroelectricidad lo que a Venezuela le sobra hasta para regalar y botar como lo hace, pero no falla la luz nunca y la presión del agua es tan fuerte que si te descuidas te hace chichones en la cabeza cuando te duchas. La población entera goza de todos los servicios por igual. No tienen oro ni metales de ningún tipo, pero si a los mejores joyeros del planeta. No tienen petróleo pero las calles no tienen huecos. No tienen bosques sino desiertos, pero transforman desiertos en bosques. Toda la población es culta y educada, cada quien habla entre cinco (5) a ocho (8) idiomas, incluyendo el hebreo, el inglés, el árabe e incluso el español. Usted puede caminar por la playa del mediterráneo a cualquier hora del día o de la noche sin que le atraquen, violen ni maten. Usted no verá nunca a un policía ni un soldado en la calle, pero hay seguridad y su ejército es de los mejores del mundo. Las casas no tienen rejas ni en las puertas ni en las ventanas y permanecen con el color natural de la piedra, recordándome a la Ciudad Bolívar que mi padre me enseño a amar, esa que ya no existe, la ciudad de casas blancas y crema, de las fotos de la historia. En Israel no se desperdicia petróleo ni se daña la estética pintando con esos horrendos colores oleaginosos como en esta Venezuela petrolera. En un comercio judío no le van a dar rebajas, pero nunca le cobrarán de más, de eso puede estar seguro. Pobreza no hay, solamente los beduinos se puede decir que son pobres, entonces queda claro que la prosperidad del pueblo judío no se debe solamente a su monoteísmo (creencia en un solo Dios) sino más bien a su monogamia (se procrea solamente con una sola mujer). Son judíos no solo de raza sino de religión, pero viven del turismo para cristianos, de modo que conocen el cristianismo mejor que los mismos cristianos. Son un pueblo pequeño rodeado de enemigos, de modo que las mujeres paren bastante, hasta en eso son eficientes e inteligentes. El Estado de Israel se formó con Kibbutz, estilo de vida comunitario, pero prevaleció el respeto a la libertad e independencia de los hijos de realizar una profesión distinta a la del padre. Hoy Israel es un Estado democrático de verdad, altamente productivo, vive fundamentalmente de la venta de su tecnología desarrollada a base de intelecto puro, con independencia económica y libertad y prosperidad ciudadana, su principal recurso es el hombre con su intelecto y su trabajo.


Sin duda es impresionante que algunos venezolanos crean que pueden boicotear a Israel, cuando ellos sin tener nada de lo que a nosotros nos sobra viven con niveles de excelencia, prosperidad y eficiencia. Mientras en Venezuela la mayor parte de la población tiene déficit de agua potable, luz eléctrica, vivienda y demás servicios, la mayor parte del territorio son tierras ociosas, no se aprovecha el potencial turístico, se desforesta el bosque para sacar oro y demás metales a los que no se le da valor agregado. En lugar de pretender boicotear se debe pretender aprender de Israel. Dios me ha dado la oportunidad de conocer y disfrutar de lugares realmente impresionantes tanto dentro como fuera de mi país, sin embargo, aunque parezca inexplicable para muchos, dudo que algo pueda impresionarme más que ver los pinos crecidos en el desierto de Judea, ante eso yo no me quito el sombrero (símbolo de respeto en Venezuela) sino me dejo el sombrero puesto, lo que es respeto para el pueblo judío.



FUENTE: recibido de la autora.



* Bióloga y escritora. Ciudad Bolívar. Venezuela

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