lunes, 31 de marzo de 2008

Santo Tomás Moro, luz, faro y guía para los políticos cristianos

«Señor: Dame una buena digestión y naturalmente alguna cosa que digerir. Dame la salud del cuerpo con el buen humor necesario para mantenerla. Dame un alma sana, Señor, que tenga siempre ante los ojos lo que es bueno y puro, de manera que frente al pecado no me escandalice, sino que sepa encontrar la forma de ponerle remedio. Dame un alma que no conozca el aburrimiento, los refunfuños, los suspiros y los lamentos y no permitas que me tome demasiado en serio esa cosa tan invasora que se llama "yo". Dame el sentido del humorismo, dame el don de saber reír de un chiste, a fin de que sepa traer un poco de alegría a la vida y hacer partícipes a los otros. Amén».

Tomás Moro (1478-1535).



Los políticos tienen un santo a quien aclamarse en todo momento: Santo Tomás Moro

(Desde El Canyamelar (Valencia, ciudad sede de la 32ª America's Cup) José Ángel Crespo Flor).-

Hoy, 22 de junio, el santoral nos presenta dos personajes en el que vamos a detenernos un poco: San Juan Fisher y Santo Tomás Moro. Sobre todo vamos a detenernos en el segundo al que los políticos tienen como su santo patrón.

Y digo yo, harán bien los políticos, sean del partido que sean, en seguir su magisterio porque estoy seguro que si lo hacen mejor nos marcharán las cosas. La figura de santo Tomás Moro es de actualidad, de mucha actualidad porque la política es lo que domina todo y porque los políticos que se dedican a esto lo tienen que hacer con el mismo espíritu con que lo hizo este gran santo, seguidor de Erasmo de Rotterdam.


El oficio de político tiene mucho de servicio a los demás y poco muy poco de creerse los mas grandes, los mejores y a los que se les tiene que tener sumisión. La clase política ha de confiar su presencia en la sociedad siguiendo el modo y modelo de Santo Tomás Moro y gastarse y desgastarse por el bienestar de los demás, ese es el verdadero político o mejor, ese el verdadero político que ejerce su ministerio llevando a la practica el verdadero humanismo cristiano del que tantas enseñanzas nos dejó Santo Tomás Moro.


Me sabe muy mal cuando los políticos, y algunos se llaman cristianos, dejan pasar esta Fiesta sin propagar el nombre de su santo patrón y quisiera desde este blog que siempre, cuando se acerca el 22 de junio, nuestros políticos, sobre todo, los que están más cercanos a la Iglesia -que los hay y por fortuna en un buen número- alzaran sus voces para recordar a un canciller inglés que hizo de su profesión como político un ejercicio permanente de fe en Dios y un hacer presente en la tierra y en el ejercicio de su profesión el Evangelio, la palabra de Dios


SAN JUAN FISHER, OBISPO, Y SANTO TOMÁS MORO 1460-1535

San Juan Fisher y Santo Tomás Moro. El primero obispo de Rochester y el segundo canciller de Inglaterra constituyen dos ejemplares perfectos del humanismo cristiano. Procedentes uno de Cambridge y el otro de Oxford, demostraron que se puede ser amigo de Erasmo, conocer el griego y el hebreo además del latín, y llevar a la vez una vida austera en sus exigencias íntimas y matizada con un humor que no es ajeno en modo alguno al Evangelio.


Uno y otro, en fin, testimoniaron hasta dar su sangre que, fieles a la Corona en todo lo que le corresponde al César, no se sometían en su fe más que al sucesor de Pedro.


Juan Fisher nació en 1469. Nombrado obispo de Rochester en 1504, llamó la atención por su humildad, su amor para con los necesitados y el fervor de su oración, así como por la fuerza de su pluma en la controversia contra el Protestantismo.
Tomás Moro era nueve años más joven. Casado por dos veces y educador ejemplar como padre de familia, legó su nombre a la historia de las letras con su célebre Utopía (1516), aun cuando sus conocimientos alcanzaban a todos los dominios. En 1529, Enrique VIII le eligió para canciller a fin de que arreglara de la mejor forma posible el asunto de su divorcio. Fue entonces cuando Fisher y Moro se unieron estrechamente para rechazar el reconocimiento de la supremacía espiritual del rey sobre la Iglesia de Inglaterra. El martirio, que es «la perfecta expresión de la fe», recompensó su fidelidad a la Iglesia romana. Juan Fisher, que acababa de ser nombrado cardenal, fue decapitado en Londres el 22 de junio de 1535; Tomás Moro pereció de la misma manera el 6 de julio. Santo Tomás Moro no sólo fue Lord Canciller de Inglaterra bajo Enrique VIII, sino también un hombre de leyes, un teólogo, un filósofo y un autor. Pese a todos sus talentos, Santo Tomás Moro es más recordado por su integridad.


La vida Santo Tomás Moro, y especialmente su muerte, son un tributo a su integridad. Cuando rehusó firmar el Acta de Sucesión que establecía que los hijos de Enrique VIII con su segunda esposa, Ana Bolena, eran herederos legítimos del trono, Enrique lo apresó, juzgó y finalmente decapitó. Santo Tomás sabía cuando rehusó firmar que perdería la vida, pero se mantuvo en su postura. «Muero como buen sirviente del rey, pero Dios es lo primero.» Dado que Santo Tomás Moro era a la vez un hombre de leyes y un político, seguramente que pudo haber concebido alguna vía de escape en el marco de la ley, pero su no disposición a ir en contra de su conciencia es un extraordinario ejemplo de integridad.


En nuestro mundo cada vez más centrado en sí mismo, la honradez y la integridad parecen a menudo tener poco valor. Todos los días oímos de robos, escándalos y mentiras a monumental escala. Podemos empezar a preguntarnos si tiene algún sentido tratar de seguir siendo honrado. Santo Tomás Moro nos muestra que lo tiene, pues la integridad no es sólo algo que nos pongamos o quitemos conforme nos plazca. La integridad es una virtud para todas las estaciones.Pío XI lo canonizó en 1935.


ORACIÓN DEL BUEN HUMOR

Autor: Santo Tomás Moro, Mártir franciscano y Canciller de Inglaterra

Concédeme, Señor, una buena digestión,y también algo que digerir.Concédeme la salud del cuerpo,con el buen humor necesario para mantenerla.Dame, Señor, un alma santa que sepa aprovechar lo que es bueno y puro,para que no se asuste ante el pecado,sino que encuentre el modo de poner las cosas de nuevo en orden.Concédeme un alma que no conozca el aburrimiento, las murmuraciones,los suspiros y los lamentos y no permitas que sufra excesivamente por ese ser tan dominante que se llama: YO. Dame, Señor, el sentido del humor.Concédeme la gracia de comprender las bromas,para que conozca en la vida un poco de alegría y pueda comunicársela a los demás.Así sea.

fuente: el texto en color verde y la foto llego en un e-mail sin mas datos.

el texto en color negro:

http://blogs.periodistadigital.com/encristiano.php/2007/06/22/santo-tomas-moro-luz-faro-y-guia-para-lo

n.d.e.: podran apreciar algunas palabras diferentes entre las dos versiones, que supongo se deben a las traducciones del original.

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