DICEN QUE ME HAN VISTO...
(Prosa de Gustavo
Tisocco)
Dicen
que me han visto despilfarrando vuelos en muelles extraviados. Aseguran que
astronauta del miedo fui a surcar desérticos paraísos, que persigno leyendas de
lobo intrépido, que baño mi cuerpo gris en la osadía de un mar en calma.
Publican que me vieron
vestido de barca, de gaviota, de nostalgia. Que cantando un tango naufragué en
mi mismo y olvide respiros. Cuentan que fue el amor mi pasaje impreciso a
trapecios de nada, a equilibristas de todo.
Percatándome de reinas
sin gloria, cuentan que entregué mi llama al fuego, que siendo sed olvidé
oasis, que siendo mártir mutilé mis brazos. Repiten que flamea aún mi corazón-
bandera, no recuerdan que juntaron sus despojos, que arrancaron sus jirones.
Otros me vieron
deambulando el jardín botánico disfrazado de estatua, de pez, de hiedra.Recuerdan
indemnes los caballeros del ocaso mi cuerpo de devota virgen, mi sangrar de
voces, mi arpón de letras.
Suicidando extravagantes
pájaros algunos creen que hoy soy cielo, bandada de nubes.
Pregonan que olvidé el
ceibo de mi boca, que acaricio lágrimas en heridos ojos, que flagelé mi rostro
y ahora soy incienso. Cuentan que me vieron recorrer penumbras siendo
transparente vuelo, que dibujé olvido sobre el fracasado oriente.
Yo sigo aquí. Escalo
precipicios, imploro mañanas doradas, resisto con mi pared de pie, me
acostumbré a ser muro. Sigo buscando ser nadie para ser de nuevo y resurgir
capullo.
Quiero descubrir que
pedazos de hojas sueltas pueden ser el mejor verso. Entrego mi despertar encada
estrofa y soy así enorme espejo.
Me fui del mundo cargando
espaldas hoy puedo remontar desplegando abrazos.
Olvidé cementos de ciudad
dolida, renuncié al asfalto, al desolado beso, ahora soy bautismo de selva y
barro, de musgo se empeñó mi voz.
Sigo aquí en la
inconsciencia de no tener hambre. Elijo el vino que embriaga mi soledad tan
propia, desprecio ajenos disfraces, me envuelve mi desnudez guerrera.
Soy pequeño,
ínfimo,imperfecto, un característico simple, un absurdo despiste, impreciso
vagabundo, miga de pan, despojado duende; mas opto por mis exilios, mis
madrugadas, mis entierros, mi acostumbrado bolero.
Profeta de espantapájaros
receto ser caracol, poblar las piedras, descubrir al rinoceronte que ofrece su
amuleto. Receto jamás ser cuerdo, dejar de esperar el fin pues siempre habrá
comienzos.
Yo sigo aquí.
Ellos, los que hicieron
de mis huesos mágicas fortalezas, los que todavía me esperan, los que no me
olvidaron, ellos dicen que me vieron, dicen, que me vieron...
Gustavo Tisocco
Del Libro PAISAJE DE
ADENTRO
fuente: de su Facebok- 30 de Diciembre 2013