CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Mohamed Merah conversó con los agentes durante horas antes del fatal desenlace en Toulouse. En esas conversaciones reveló que nunca quiso participar en un atentado suicida porque prefería multiplicar sus ataques, con los que "Francia ha quedado de rodillas", según Le Journal du Dimanche. El joven dijo sentir un "placer infinito" en los asesinatos, necesitaba "ver, tocar y disparar a sus víctimas" y se lamentó de haber llegado a la escuela judía antes de la hora de comienzo de las clases, porque así podría haber causado más víctimas.
Merah había alquilado un Clio y un Megane: las autoridades creen que pretendía salir de la región de Midi-Pyrénées e iniciar una "road movie de asesinatos" con el argumento de que la muerte de soldados en Francia tendría el mismo efecto que su muerte en Afganistán.
En cuanto a los videos que grabó el mismo sobre los ataques, aseguró que han sido ya enviados a sus "hermanos", por lo que pronto estarían colgados en Internet.
Su hermano, Abdelkader Merah, fue interrogado hoy domingo 25/03 por un juez antiterrorista de París, que lo investiga por supuesta complicidad en asesinato y asociación para la preparación de atentado terrorista.
"Las investigaciones de la Policía han permitido plantear contra Abdelkader Merah la existencia de indicios graves que corroboran o hacen verosímil su participación como cómplice en la comisión de delitos vinculados a una empresa terrorista", ha informado la Fiscalía en un comunicado.
Abdelkader, de 29 años, fue trasladado de madrugada hasta el Palacio de Justicia de París. Su mujer fue puesta en libertad sin cargos tras 94 horas de interrogatorios.
El gobierno francés ha tratado de dar la impresión de que el manejo del caso Merah fue un éxito.
¿Lo fue?
Algunos se han preguntado si la comunidad de inteligencia, en su afán por adaptarse a la nueva amenaza de la militancia islamista en Europa después de ataques como el de Madrid en 2004 y Londres en 2005, no dejó de lado los métodos tradicionales de vigilancia policial.
"Los medios técnicos son muy avanzados, pero no sustituyen a los humanos", dijo a la BBC el veterano periodista francés Alain Hamon, que se especializa en el ámbito policial y el terrorismo.
"Es imposible decir"
Las preguntas sobre la vigilancia de Francia a Merah y sospechosos similares apuntan a la estructura misma del servicio de inteligencia nacional, la Dirección Central de Inteligencia Interior (DCRI).
La DCRI no interrogó a Merah sobre sus actividades en Afganistán en 2010, sino hasta casi un año después de su regreso a Francia.
De hecho, lo llamaron para una entrevista en octubre y Merah les dijo que no estaba en Francia, sino en Pakistán.
Cuando Merah regresó, en noviembre, declaró al servicio de inteligencia que había estado recorriendo la región y les mostró fotos de sus viajes. "Tenía el perfil de un yihadista, pero no se interesaron más en él", señaló el experto en seguridad Francois Heisbourg.
Él le dijo al diario Liberation que sólo unas pocas decenas de franceses habían "hecho el viaje a Afganistán", y que los que lo habían hecho desde el sudoeste de Francia se podían contar con los dedos.
Si a su largo registro de antecedentes penales en Francia se le suman los viajes sospechosos de Merah al extranjero, se concluye que el sospechoso debería haber sido objeto de una vigilancia constante, según Hamon.
Segun él, la DCRI fracasó en su deber "a todos los niveles".
Según Hamon, deberían haberse puesto en alerta por:
= Los antecedentes de Merah que lo muestran como un criminal violento y su reputación de tendencias extremistas en su propio barrio. = Los supuestos vínculos de su hermano con los yihadistas de Libia. = Sus visitas a Afganistán y Pakistán. Hamon no culpa a oficiales individuales de la DCRI, pero apunta a las lagunas que hubo en la vigilancia y que se remontan a la creación del departamento en 2008, cuando se fusionaron la Dirección Central de Inteligencia General (RG) y la Dirección de Vigilancia Territorial (DST).
"La fusión planteó problemas de integración de algunos agentes de policía que aún se sienten perdidos", explicó.
Hay otros enfoque sobre lo que ocurrió y qué preparan las organizaciones terroristas.
Mohamed Merah, el franco-argelino de 23 años que soñó con “poner de rodillas a Francia” y asesinó a siete personas, tres de ellas niños judíos indefensos, creyó que la forma más segura de organización es no tenerla.
“La organización frustra cualquier medida de seguridad”, escribió el sirio español Mustafá Setmarian en su obra La Llamada a la Resistencia Islámica Global, en la que induce a los discípulos del yihadismo a atacar de forma espontánea e individual y propone crear un ejército de lobos solitarios difíciles de detectar.
Merah, un joven con cara de buen chico, aparenta pertenecer a la camada alimentada durante años por este libro de 1.600 páginas que se ha convertido en un manual imprescindible de la denominada yihad global.
Los pasados días 11, 15 y 19 de marzo Merah salió a las calles de Toulouse y Montauban a bordo de su motocicleta y armado con tres revólveres Colt 45. Había elegido durante meses a sus víctimas: paracaidistas magrebíes desarmados cuya unidad estuvo destacada en Afganistán; un profesor y tres niños judíos que cayeron abatidos al azar en la puerta de su colegio. Grabó su matanza y la difundió por la Red. Era el perfecto lobo solitario formado en Pakistán y Afganistán que Setmarian, Abu Musab al Suri, fundador de Al Qaeda en España y miembro de la cúpula central, dibujó en su libro de ciencias militares para atacar a Occidente y “poner de rodillas a Francia”.
El compromiso con la yihad puede ser individual y ahí estaba Merah, nacido en Toulouse, cuarto de cinco hermanos, loco de la mecánica y los coches, convertido en muyahidín para demostrarlo y “vengar a los niños palestinos”. Para morir matando arrinconado en el baño de su casa en la postura de un combatiente yihadista y con los pies en 30 centímetros de agua para no dormirse y aguantar las 32 horas de asedio policial, según ha descrito Amaury de Hautecloque, el jefe de los RAID, la unidad de intervención de élite que acabó con su vida de un tiro en la cabeza.
¿Qué ha ocurrido para que aflore en la acomodada y vigilada Europa un terrorista en apariencia solo que mata con total impunidad durante varios días?
¿Las células locales o redes de base que actuaban de forma autónoma y desligadas de un organización central dan ahora paso al lobo solitario que promovió en su libro el pelirrojo Setmarian antes de su captura y desaparición en 2005 en Pakistán?
Assaf Moghadam, de 37 años, investigador del Instituto Internacional sobre Antiterrorismo Herzliya (ICT, en sus siglas inglesas) en Israel, apunta a la crisis y debilidad de Al Qaeda.
“Los atentados de Merah subrayan, a pesar de su éxito, la debilidad de Al Qaeda como organización. Ha sufrido serios reveses de sus jefes operativos y ahora sus dirigentes se reducen a un puñado de personas. De todas formas, la amenaza que Occidente identifica como Al Qaeda ha sido siempre más que una sola organización”.
Al Qaeda está gravemente herida y la hemorragia continúa.
Desde que Osama bin Laden, de 54 años, murió acribillado en su confortable refugio de Abbottabad (Pakistán), la central de la organización ha sufrido pérdidas irreparables, posiblemente las más graves desde que el emir saudí creó Al Qaeda en 1988 con solo 15 hermanos. Tres de sus jefes operativos han caído: el tuerto Ilyas Kasmiri y Attiyá Abd el Rahman murieron víctimas de los Predator, aviones no tripulados de EE UU, en sus madrigueras montañosas de Waziristán (Pakistán). Fazul Abdulá Mohamed se despidió para siempre de la yihad en un control militar en Somalia.
Ahora, Ayman al Zawahiri, el egipcio de 60 años convertido en el nuevo emir, busca sustitutos. Le sobra odio, experiencia y estrategia, pero no tiene el carisma de su antecesor.
El ataque de Merah no ha sido una sorpresa para los servicios de inteligencia.
Un video de Al Qaeda emitido en junio de 2011 reclamaba a los yihadistas atentados en Europa, un continente donde células locales de salafistas y otras conectadas a la central han protagonizado masacres como el 11-M en Madrid en 2004, el 7-J en Londres en 2005 y un largo rosario de atentados frustrados por las fuerzas de seguridad en Italia, Alemania, Bélgica y Francia. Documentación intervenida a dos islamistas detenidos el pasado mes de septiembre en Berlín describía la estrategia de Al Qaeda y apuntaba nuevos ataques.
“Europa vuelve a ser objetivo preferente. Francia tenía muchas cartas porque los terroristas llevan años intentándolo y Al Qaeda en el Magreb Islámico la tiene en el punto de mira”, asegura un oficial de la Guardia Civil.
Guido Steinberg, de 43 años, analista del Instituto Alemán para Asuntos de Seguridad Internacional, ve en los ataques de Francia un cambio en la estrategia de Al Qaeda. “Algo ha cambiado en su pensamiento. Años atrás no se planteaban ataques pequeños como matar policías, realizar secuestros o víctimas como las de Toulouse. Creo que obedece a su debilidad”.
El pasaporte de Merah tenía sellos de Pakistán, Afganistán, donde estuvo preso en una cárcel de Kandahar, Jordania, Siria, Irak e Israel.
“Si estuvo allí ha de tener algún vínculo con Al Qaeda u otra organización afín”, apunta Steinberg.
El terrorista estaba fichado por los Renseignement Généraux, servicios secretos franceses, había sido interrogado, y aparecía en las listas negras del FBI que impiden volar a USA.
“Es un individuo independiente de toda organización estructurada conocida”, ha asegurado François Molins, el fiscal de París encargado de la investigación. Un lobo de la camada que soñó y alentó la retorcida pluma de Setmarian.
Moghadam, el investigador del instituto israelí, define el ataque de Toulouse como un caso de yihad individual. “El riesgo de los pequeños ataques es la implementación de la llamada hecha hace años por Abu Musab al Suri [Setmarian], que abogó por la yihad individual. Recientemente, en el mismo estilo Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) introdujo la estrategia de death by a thousand cuts (una modalidad de tortura china consistente en la muerte por miles de cortes). Los ataques de Merah están en la línea de Al Asuri y de las amenazas de AQPA”.
Para este analista la aparición de la yihad individual en Europa es una buena y mala noticia. “La buena es que si los yihadistas atacan con pistolas es una muestra de que la capacidad de la central de Al Qaeda de protagonizar ataques como el 11-S ha disminuido. La mala es que los grupos asociados han convencido a los yihadistas de embarcarse en estrategias individuales para atacar a Occidente. El problema es que los ataques menos espectaculares son más fáciles de ejecutar”. Moghadam augura más acciones de lobos solitarios, “aunque su impacto será menor”.
El modelo de terrorista individual, vinculado a un grupo asociado, a la central de Al Qaeda o autónomo, apareció en Ámsterdam (Holanda) en 2004 blandiendo una pistola y un cuchillo con los que asesinó al cineasta Theo van Gogh, reapareció en un aeropuerto de Fráncfort (Alemania) en 2011 y en Estocolmo (Dinamarca) en ataques frustrados. Ahora resurge en las calles de Toulouse y Montauban a bordo de una motocicleta y armado con sus revólveres Colt 45.
El mensaje de Al Qaeda en la Península Arábiga y el manual militar de Setmarian parecen haber sido recogidos al pie de la letra por Mohamed Merah: “Ataquemos al enemigo con miles de golpes”. Las siete víctimas francesas son el trágico resultado del lobo solitario.
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